Qué fue ‘Lienvoy’, la operación que reveló detalles sobre el comunismo en México

Esta actividad de seguimiento permitió documentar operaciones de las embajadas cubanas y soviéticas durante la Guerra Fría

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El programa Lienvoy surgió como
El programa Lienvoy surgió como expansión de un esquema previo para interceptar comunicaciones clave en el marco global de la Guerra Fría. (Jovani Pérez/Infobae México)

El pasado 19 de marzo, a raíz de una Orden Ejecutiva firmada por el actual presidente Donald Trump, los Archivos Nacionales de Estados Unidos publicaron miles de documentos desclasificados sobre el asesinato de John F. Kennedy, entre los cuales se menciona la Operación Lienvoy.

Este programa, que surgió como una colaboración entre las autoridades mexicanas y la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), tuvo como objetivo principal monitorear las actividades de las embajadas de países socialistas y de organizaciones comunistas en México.

Entre sus múltiples resultados, en enero de 1963, año en que fue asesinado el entonces presidente norteamericano, la Operación Lienvoy entregó a la estación de inteligencia estadounidense un total de 47 páginas de resúmenes diarios sobre las comunicaciones interceptadas de diversas líneas telefónicas, de acuerdo con lo detallado en el registro de la Administración Nacional de Archivos y Registros (NARA) número 104-10187-10030, consultado por Infobae.

Entre estas, se incluyeron 10 páginas relacionadas con líneas cubanas, 26 páginas de líneas checas y 57 páginas de líneas soviéticas, además, se recopilaron 32 piezas adicionales de información y se utilizaron 285 carretes de cinta de grabación para registrar las conversaciones.

¿Cuál fue el origen de Lienvoy?

Adolfo López Mateos antes de
Adolfo López Mateos antes de ser presidente fue Secretario de Trabajo y Previsión Social durante el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines. (WikiCommons/Harry Pot)

Según un documento del Colegio de México, la Operación Lienvoy comenzó en 1959 como una extensión del programa LIFEAT, que ya se dedicaba a intervenir llamadas telefónicas de embajadas soviéticas, polacas y checoslovacas. La idea de establecer Lienvoy fue propuesta por el entonces presidente mexicano Adolfo López Mateos, quien contó con el apoyo del presidente del Consejo de Administración de Teléfonos de México (TELMEX), Carlos Trouyet. Este respaldo permitió que el programa se desarrollara como una operación conjunta entre la CIA y el gobierno mexicano.

La supervisión del programa estuvo a cargo de figuras del gobierno mexicano como Luis Echeverría Álvarez, quien en ese momento era subsecretario de Gobernación y desempeñó un papel central en la dirección del puesto de escucha desde el inicio de la operación. Más tarde, durante la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz, Echeverría continuó supervisando el programa como secretario de Gobernación. Según el archivo, Díaz Ordaz fue informado sobre Lienvoy en agosto de 1964, durante una reunión con el jefe de la estación de la CIA en México, Winston Scott, y Rodolfo Echeverría Esparza, padre de Luis Echeverría.

¿Cómo era la organización de Lienvoy?

En el documento 104-10187-10030 se
En el documento 104-10187-10030 se detalla parte de la logística de la operación Lienvoy. (National Archives EEUU)

En el archivo número 104-10187-10030, se mencionan en múltiples ocasiones los nombres clave LIELEGANT, que presuntamente se refería a Rodolfo Echeverría Esparza; y LIENVOY-2, supuestamente Luis Echeverría Álvarez.

El equipo encargado de las escuchas incluía aproximadamente a 10 personas, entre las que se encontraban amigos y conocidos de los supervisores, así como oficiales del Ejército Mexicano, explicó el licenciado Gerardo Alfonso Méndez Gutiérrez en su tesis “Los espías que vinieron al trópico: los servicios de inteligencia extranjeros en México, 1904-1970″.

Según el especialista, el trabajo se dividió en tareas específicas, donde cuatro agentes, identificados como LIENVOY-4, LIENVOY-5, LIENVOY-11 y LIENVOY-12, se encargaron de monitorear las conversaciones, mientras que otros tres agentes se dedicaron a transcribirlas. Las conversaciones de la embajada cubana fueron transcritas por LIENVOY-6 y LIENVOY-7, mientras que LIENVOY-16 se ocupó de las comunicaciones de la embajada soviética, incluyendo su traducción al español. Además, el agente LIENVOY-15 actuó como vigilante y LIENVOY-14 como archivista.

Por otro lado, los agentes de la CIA asumieron la responsabilidad de transcribir y traducir las conversaciones de las embajadas soviética, checoslovaca, polaca y yugoslava. El mantenimiento del equipo y la supervisión técnica estuvieron a cargo del agente estadounidense Arnold F. Arehart, quien permaneció en el puesto hasta 1969 con la función de garantizar que la estación de la CIA recibiera copias de todas las conversaciones consideradas de interés.

En un memorándum fechado el 2 de octubre de 1963, el Jefe de Inteligencia Extranjera, comentó:

“México cuenta con personal capaz de detectar cualquier pequeño detalle de importancia para la inteligencia. Esto incluye al Jefe de Estación, quien revisa cada mañana los puntos destacados de la toma del día anterior y marca ciertos elementos para que los oficiales de caso o los oficiales de informes de la estación tomen medidas”.

Memorándum registrado en el documento
Memorándum registrado en el documento 104-10187-10030. (National Archives EEUU)

Qué encontró la operación

Aunque la información recopilada por Lienvoy fue extensa y variada, según el archivo desclasificado 104-10187-10030, el programa proporcionó detalles sobre contactos entre una estación de televisión de Hollywood y la embajada cubana en México para coordinar una entrevista con Fidel Castro, además, los informes de Lienvoy incluyeron datos sobre la disputa fronteriza entre China e India. Por otro lado, también arrojó a la luz datos sobre la organización de la Central Campesina Independiente (CCI), uno de sus principales objetivos de espionaje durante la Guerra Fría.

Sin embargo, a pesar de la magnitud de los esfuerzos, los resultados no siempre fueron concluyentes pues, según el archivo número 104-10301-10001, “había poca evidencia explotable de que Cuba estuviera utilizando a México como base para la subversión en el resto de Latinoamérica”.