La Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) enfrenta altos niveles de contaminación por partículas PM10 y PM2.5 durante la temporada invernal, que inicia desde noviembre y termina en febrero. El periodo es conocido como temporada de partículas, relacionado a efectos grabes a la salud de los capitalinos debido a que el tamaño de los contaminantes llega de forma directa a los pulmones y aumenta el riesgo de padecer cardiopatías, neumopatías y cáncer de pulmón, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Uno de los fenómenos que acompaña a la temporada de partículas es la inversión térmica, provocada por la inversión de las capas de aire frío y caliente en la atmósfera. Esto dificulta la dispersión de contaminantes, en especial durante las mañanas, lo que resulta en una mayor acumulación de estas sustancias dañinas en el aire. Por esa razón, el invierno representa un riesgo significativo para la salud, en particular para aquellos con condiciones respiratorias y cardiovasculares preexistentes.
Las partículas suspendidas, que incluyen sustancias como nitratos, sulfatos, compuestos orgánicos, carbono negro, y metales, se originan de diversas fuentes: calles sin pavimentar, construcciones, industrias, incendios, y la quema de diversos materiales, como basura, combustión de vehículos y pirotecnia. Estas partículas micrométricas tienden a permanecer en el aire por periodos prolongados, así se facilita su entrada al sistema respiratorio humano, y están directamente relacionadas con el incremento de enfermedades respiratorias y cardíacas, según la Comisión Ambiental de la Megalópolis.
Las condiciones climáticas que inician la temporada de partículas
La quema de pirotecnia y la contaminación durante las fiestas de decembrinas contribuyen al aumento de las PM10. Cuando los contaminantes llegan a la atmósfera se encuentran con masas de aire polar y frentes fríos que favorecen la concentración de partículas suspendidas, de ahí el nombre de esta temporada. Además, se incrementa el tiempo de la exposición a estos contaminantes debido a la inversión térmica ocasionada por las bajas temperaturas.
La temporada de partículas suele ser un problema que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha intentado mitigar desde el 2006. Es usual que durante estos meses se active el Programa de Contingencia Ambiental en la Zona Metropolitana del Valle de México.
Precauciones ante la temporada de partículas
La Comisión Ambiental de la Megalópolis insta a la población a tomar medidas preventivas para minimizar la exposición a estos contaminantes. Entre las recomendaciones se incluyen: mantenerse en interiores durante las horas de alta concentración de partículas, evitar actividades al aire libre, y abstenerse de fumar o exponerse al humo en espacios cerrados.
Otras de las recomendaciones tratan de evitar encender fogatas, quemar llantas, basura y pirotecnia. Se sugiere usar el transporte público para reducir la contaminación de los vehículos particulares y realizar un barrido húmedo en las calles. Con lo anterior, se espera una reducción en las enfermedades respiratorias, los episodios de asma, los casos de complicaciones cardiovasculares y el riesgo de tener cáncer pulmonar.
Estas medidas son especialmente cruciales para niños, adultos mayores y personas con problemas respiratorios o cardiovasculares. La relación entre la contaminación por partículas y afecciones como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), ataques de asma, y riesgo incrementado de infarto al miocardio, enfatiza la importancia de seguir las directrices de las autoridades.