Qué ha hecho Alito Moreno con el PRI: renuncias, rupturas y pérdida de elecciones

No se puede entender el desarrollo del México moderno sin la existencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el instituto que nació desde el poder con el fin de consolidar a los grupos revolucionarios, además de las consignas sociales que llevaron al levantamiento armado en la estructura del Estado.

Sin embargo, con el paso del tiempo, el poder que adquirió el tricolor a finales de la década de los veinte del siglo XX se volvió totalitario, llegando a ostentar todo cargo de elección popular que existía en el país. A pocos años de que concluyera dicho siglo, la oposición comenzó a tomar espacios de toma de decisiones, lo que llevó al PRI —entre muchas otras cosas— a ir gradualmente perdiendo relevancia.

Las derrotas presidenciales en el 2000 y en 2018, así como la pérdida de representatividad en los estados de la república fue mermando el marco de actuación del partido que, pese a todo eso, seguían siendo el instituto político que marcaba agenda y las directrices de la política mexicana.

No obstante, mientras la relevancia del PRI se iba reduciendo —debido a escándalos de corrupción de sus militantes, arrestos de sus cuadros, perfiles alejados de la ciudadanía, olvidarse del territorio, entre muchos otros aspectos—, a la par iba naciendo el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), un partido que buscaba ser el rival del tricolor y que, debido a un liderazgo como el de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), logró en pocos años volverse la primera fuerza política del país.

¿Cómo apareció Alito Moreno?

En medio de una crisis que se profundizó en el año 2000, pero que terminó por ser real en el 2018, el PRI empezó a sufrir la pérdida de liderazgos históricos en las entidades, debido a que algunos murieron, se cambiaron de partido o simplemente dejaron de tener una vida pública.

En ese lapso del tiempo, se comenzó a hablar de “el nuevo PRI”, un movimiento que encabezó en su momento Enrique Peña Nieto y que presentaba a políticos jóvenes —en su mayoría hombres— que pretendían encabezar gobiernos, legislaturas y todos los aspectos de la administración pública federal, en una especie de relevo generacional.

Sin embargo, este nuevo PRI tuvo muchos problemas, especialmente acusaciones por presunta corrupción, pese a eso, entre los perfiles que robaban protagonismo al interior del partido se encontraba Alejandro Alito Moreno Cárdenas, el que se convertiría en el presidente del PRI en 2019 en medio de muchas renuncias, especialmente de Ivonne Ortega y José Narro Robles.

Pérdida de gubernaturas

Como se mencionó, en medio de la crisis priista, Morena comenzó a ganar terreno en todo el país, lo que ahondó en los problemas internos del partido que no se solucionaron con la designación de Moreno Cárdenas, pues tan sólo dos años después de que obtuvo el cargo partidista, el PRI perdió las siete gubernaturas de Sonora, Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí, Tlaxcala, Colima y Campeche.

Este primer golpe para la dirigencia de Alito Moreno no cesó, pues tan sólo meses después comenzó el escándalo en su contra cuando la gobernadora de Campeche, Layda Sansores San Román, presentó algunos presuntos audios y conversaciones en donde el priista supuestamente aceptaría su participación en ilícitos relacionados con la corrupción.

Pese a lo anterior y una investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Campeche, Moreno Cárdenas no ha enfrentado a la justicia por los supuestos señalamientos, incluso ha ganado amparos contra la mandataria por lo que ésta ya no lo puede nombrar en su espacio El Martes del Jaguar.

Esta crisis de imagen personal estalló a días de los comicios del 2021, proceso electoral en donde continuaron las derrotas para el Revolucionario Institucional, pues perdieron dos de sus últimos cuatro bastiones: Hidalgo y Oaxaca; no obstante, en ese proceso lograron obtener la gubernatura de Durango.

La situación no mejoró, pues este año perdieron el Estado de México, el estado que era sinónimo del priismo, pero que a partir del próximo mes de septiembre será gobernado por Morena; sin embargo, retuvieron Coahuila, el último bastión que les quedaba.

Renuncias al partido

Si la pérdida de votos en las entidades, así como el poder ejecutivo en las mismas no fuera suficiente, Alejandro Moreno ha tenido que enfrentar las renuncias al partido desde que asumió el cargo en agosto de 2019, como se mencionó.

Es conveniente recordar que cuando se dio el escándalo por los audios que presentó Sansores San Román, algunos expresidentes del partido —Pedro Joaquín Coldwell, Beatriz Paredes, Claudia Ruiz Massieu, Roberto Madrazo, Manlio Fabio Beltrones, entre otros más— solicitaron la renuncia del exgobernador de Campeche; sin embargo, éste se negó a hacerlo.

Aunque muchos militantes han ido abandonando al partido, este año se han dado algunas de las más relevantes pues Omar Fayad, la bancada priista en el Congreso de Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Nuvia Mayorga y Eruviel Ávila han dejado al tricolor, todos bajo el mismo discurso de estar en desacuerdo con las decisiones de Moreno Cárdenas.

Muchas de las inconformidades de los hoy expriistas nacieron tras la celebración de la sesión extraordinaria del Consejo Político Nacional (CPN) el pasado mes de diciembre, en donde se aprobó la modificación de un artículo de los estatutos que permitiría la extensión en el cargo de la actual Dirigencia Nacional.

Pese a las impugnaciones ante el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), esta última autoridad aprobó las modificaciones priistas, lo que permitirá que Alito Moreno y Carolina Viggiano sigan al frente del PRI hasta agosto de 2024.

El PRI llegará a las elecciones del próximo año sin algunos de sus cuadros más relevantes en sus próximos años, además de sólo dos gobernadores, siendo la cuarta fuerza política en el Senado de la República y con poca presencia en la Cámara de Diputados, uno de los mayores retos para Alito Moreno, sin duda, será la sobrevivencia de la mano del Frente Amplio por México.