
A medio mes de haber sido reasignado a su puesto, durante la tarde del martes, el Secretario Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE), Edmundo Jacobo Molina presentó su renuncia ante el órgano electoral.
Esta se efectuará el próximo 3 de abril, día en el que la presidencia del órgano se renovará junto con la salida de algunos consejeros. Sin embargo, lejos de que en las filas del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) haya celebración, se encendieron las suspicacias
Pues los legisladores del partido guinda, Julieta Ramírez y Hamlet Almaguer, por medio de un video, advirtieron que los consejeros del INE, antes de terminar su gestión, podrían intentar designar a alguien nuevo y de este modo seguir con el control del Instituto.
En el videocomunicado conjunto compartido en sus redes sociales pidieron al Consejo General no llevar a cabo ningún nombramiento hasta que fueran designados y entraran a sus puestos los nuevos consejeros del órgano electoral.
Al respecto la suplente de Morena afirmó que el Instituto Electoral se ha manejado de forma inadecuada por parte de los consejeros electorales, por lo que dijo que no era de sorprender que estos podrían hacer un albazo para la designación de alguien nuevo.
Almaguer recordó que el puesto tiene una duración de seis años, por lo que advirtió que podrían tratar de “amarrar” la siguiente administración.
Lo anterior debido a que el partido y los simpatizantes de la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) han acusado a los consejeros Lorenzo Córdova Vianello y a Ciro Murayama de usar el INE de forma arbitraria y para su propio beneficio.
Además de que se ha señalado a Edmundo Jacobo de permanecer ya varios años al frente del INE. Es por esto que a través del Plan B, en el artículo transitorio 17 del decreto se buscó la destitución del Secretario Ejecutivo. Sin embargo, tras ser impugnado, se logró la reincorporación de Jacobo Molina.
Los motivos de la renuncia de Edmundo Jacobo
Edmundo Jacobo ofreció una rueda de prensa en donde ofreció una explicación sobre su renuncia, presentada ante el consejero presidente Lorenzo Córdova Vianello.

Uno de estos estuvo directamente relacionado con el asunto de su destitución con el Plan B, pues aseguró que se puso en duda su trabajo dentro del Instituto y se afectó el diseño interno del órgano con la reforma electoral del primer mandatario.
Añadió que la nueva persona que lo reemplace debe ser alguien que cuente con el dominio técnico del puesto y que se encuentre distante a los actores políticos que convergen en la esfera pública.
Tras lo anterior, anunció su renuncia de manera irrevocable: “No me anima el preservarme en una posición laboral, sino de la Ley y las instituciones”.
Al terminar, fue cuestionado sobre la liquidación que recibiría, pues Jacobo Molina estuvo dentro del INE desde el año 2008, 16 años en lugar de los 30 señalados por el presidente López Obrador.
Sin embargo, este se abstuvo de dar una cifra clara e incluso aseguró que el tema de los finiquitos, liquidaciones o compensaciones estaba siendo utilizado con fines políticos por los medios de comunicación.
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