En la cultura mexicana, el 2 de febrero es uno de los días de mayor relevancia para la gastronomía mexicana pues en el Día de la Candelaria las familias acostumbran a comer tamales, los cuales son cocinados o comprados a los diversos comerciantes que se encargan de preparar este alimento.
A pesar de que la festividad de la Candelaria corresponde a una fecha de la religión católica —que recuerda la purificación de la virgen María 40 días después del nacimiento de Jesús y la presentación del niño Dios en la iglesia—, en México se agregó la tradición de cocinar tamales y pagar la “deuda” adquirida en la rosca de reyes.
El tamal es uno de los alimentos icónicos de la cocina del país pues su historia se remonta a cientos de años atrás, motivo por el cual su preparación alberga diversos mitos y leyendas que narran algunos de los secretos para lograr la mejor cocción de los tamales.
Uno de los mitos para la preparación de tamales es que si no se “baila” la olla de tamales, es probable que no se cocinen de manera adecuada. Pero, no es el único ya que existe una gran variedad de mitos que se han compartido de generación en generación.
Por ello, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SAGARPA) enlistó algunos de los mitos más populares en la cultura mexicana para la preparación de tamales
“Bailar” al bote de tamales
El más popular es el de “bailar” la olla. Una vez que ya están los tamales en el bote a punto de ponerlos al fuego, la cocinera debe de bailar el bote para que se cuezan bien. Una variación es el de bailar dentro de la cocina para que estén listos, aunque esto no implique necesariamente el bailar la olla.
Cantarle a los tamales y a la olla
Muy similar a la de bailar a los tamales, en esta la cocinera o las cocineras deben de cantarle a la olla cuando ya está en el fuego, con la finalidad de que no salgan agrios.
No tener a personas hambrientas dentro de la cocina o cerca de los tamales
Si alguien dentro de la cocina tiene hambre o está desesperado por comer un tamal, éstos no se terminan de cocer y salen crudos.
Cocinar de buenas, sin tristezas ni enojos
Si alguien en la familia se pone a llorar o inicia una discusión cuando el bote de tamales está cocinándose, los sentimientos negativos repercuten en los tamales; cuando alguien llora, los tamales pueden salir salados.
Y cuando alguien se enoja pueden salir apelmazados.
Los tamales “se hacen del rogar”
Cuando se cumplió el tiempo estimado de cocción y los tamales aún siguen crudos se dice que “se están haciendo del rogar”, por lo que la o el cocinero debe de golpear o zarandear la olla para que estén listos.
Si no duele al amasar, no esponjarán los tamales
Cuando se está preparando la masa, el mito dice que se debe amasar hasta que duelan los brazos, de lo contrario no se esponjarán cuando se cocinen.
Mujeres embarazadas no pueden hacer tamales
Una creencia es que si hay alguna mujer en la cocina y quiere ayudar en la preparación de los tamales, debe de amarrarse un listón rojo alrededor del vientre, si no lo hace los tamales quedarán “pintos” es decir que algunas partes quedarán crudas.
Por ello es preferible que las embarazadas no cocinen tamales, lo mismo con las mujeres que están en su periodo menstrual.
No contar chismes al lado de la olla
Si dentro de la cocina se está platicando chismes ajenos, la olla “escucha” y no se cuecen adecuadamente. Por ello no se debe tener pláticas de este tipo.
Los tamales “se encelan”
Solo la tamalera puede abrir la olla, moverla o probar si ya se cocinaron, pues si lo hace alguien más los tamales se “encelarán” y no se cocinarán bien.
No abrir la vaporera porque quedan “pintos”
Durante la cocción no se debe abrir la vaporera antes de tiempo, pues los tamales se “encelan” y quedan “pintos”, con algunas partes cocidas y otras no.
Bendecir la tamalera
Antes de ponerlos al fuego, la cocinera debe persignarlos para que se cuezan.
Las tres monedas en el bote
Antes de poner los tamales en el bote, se deben arrojar tres monedas para que se cuezan y no queden crudos. Aunque este mito también remite para saber si la olla aún tiene agua en el fondo para su cocción.