Singapur se prepara para eliminar la penalización con la que viven desde hace casi un siglo: el sexo entre hombres. No solo deja dudas y genera jubilo, sino también piensan en la aceptación que tendrá la comunidad LGBT+ de la conservadora isla.
Esta ley es una herencia que el imperio británico les dejó a los ciudadanos de Singapur. La sección 377a habla sobre la penalización a los hombres que tienen sexo con hombres.
“Surge la pregunta de qué más vendrá. Todavía hay mucha inseguridad sobre cuál será la otra cara de la moneda”, dice a Efe Becca D’Bus.
El nombre de Becca D’Bus es de guerra, de Eugene Tan, es el creador del espectáculo de drag queens más exitoso de Singapur y famoso por su inusual mordacidad en un país donde aún impera una estricta censura.
Becca se pregunta sobre lo que vendrá después de esa derogación, y hace referencia a la letra pequeña del anuncio realizado por el político Lee Hsien Loong, el 22 de agosto, ya que solo lo ve como una manera de calmar a los grupos de la isla que tiene 5.7 millones de habitantes.
También piensa en los sectores religiosos que tiene la isla, ya que son: 33 por ciento de población budista en la isla, cerca del 20 por ciento cristiana y un 14 por ciento musulmana, y otros credos minoritarios.
Lee piensa que el gobierno establecerá el matrimonio como la unión exclusiva entre un hombre y una mujer. Aunque nadie del Partido de Acción Popular (PAP) se ha declarado nunca gay abiertamente.
La sección 377A cuenta con penas de hasta dos años de cárcel para hombres que “acometan actos de grosera indecencia con otro hombre”.
A lo que Lee mencionó que este pensamiento “no va en consonancia con los tiempos actuales” quien ha esperado su anulación sin saber la fecha por la cual esto sea una realidad y “alivie en cierto modo a los singapurenses gais”.
Esta revocación de la norma es la batalla que han peleado durante décadas la comunidad LGBT+ de Singapur. La última vez que tuvieron una decepción fue cómo el Tribunal fallaba en contra de una demanda de inconstitucionalidad sobre la misma.
“Me siento muy feliz por todos los que han luchado por su derogación. Deberían ser aplaudidos por su duro trabajo”, cuenta a Efe Joseph (nombre ficticio), un singapurense que lleva años en una relación homosexual y que pide preservar su anonimato.
“No es que me importe mucho el matrimonio, pero hay una clara intención de limitar las maneras en las que los ciudadanos pueden ser tenidos en cuenta”, señaló Becca, de 44 años.
“Creo que deberíamos hablar de cómo la gente elige a quién quiere y cómo proteger esas relaciones, cualesquiera que sean”, añade.
La derogación de la 377A, que India si anuló en 2018 y que aún está vigente en excolonias británicas como Malasia y Birmania, es considerada como una forma efectiva de eliminar la criminalización de la homosexualidad en Singapur, aunque desde hace años la postura del gobierno haya sido no aplicar la ley.
“Nunca he sentido ninguna forma de discriminación aquí debido a mi sexualidad, ni en lo personal ni en lo profesional”, apunta Joseph, quien prefirió contestar por correo electrónico y sin que se le identifique.
Becca también reacciona al pensamiento erróneo que tiene la opinión pública sobre los espectáculos, pues afirma que multitud de empresas y salas teatrales han declinado contratar su show por ser “demasiado queer”, y cuestiona el impacto que la derogación tendrá en asuntos vitales.
“Hay indicaciones de que hay cosas que no cambiarán: las leyes de vivienda (Singapur, donde el 80 por ciento de la población vive en casas subvencionadas por el Gobierno, favorece su acceso a matrimonios y familias), el matrimonio, la discriminación en el entorno laboral… "
“Aquí aún hay jefes homófobos que te pueden despedir y no tienes nada que hacer en los tribunales, no estamos protegidos”, denunció.
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