Se celebran los 100 años del nacimiento de Antonio Di Benedetto con un libro inédito y jornadas en su honor

El autor de “Zama” será homenajeado con dos días de actividades gratuitas en el Centro Cultural Borges, donde además se presentará “Escritos del exilio”, libro con textos que el argentino escribió desde Madrid después de huir de la dictadura por ser secuestrado y torturado.

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A cien años de su nacimiento, el escritor argentino Antonio Di Benedetto será homenajeado en el Centro Cultural Borges con varias actividades gratuitas y la presentación de "Escritos desde el exilio".
A cien años de su nacimiento, el escritor argentino Antonio Di Benedetto será homenajeado en el Centro Cultural Borges con varias actividades gratuitas y la presentación de "Escritos desde el exilio".

El 2 de noviembre de 2022 se cumplen 100 años del nacimiento del escritor y periodista Antonio Di Benedetto, autor de libros como Zama o El silenciero. En homenaje al centenario de este referente indiscutido de las letras argentinas, Adriana Hidalgo editora –junto con el Centro Cultural Borges– realizará unas jornadas para celebrar esta fecha histórica los días 21 y 22 de octubre en el Centro Cultural Borges (Viamonte 525, CABA).

Ahí se llevarán a cabo actividades sucesivas y simultáneas, donde participarán escritores, actores, periodistas y especialistas en la obra del autor. Además, habrá muestras de material de colección, audiovisuales, y una biblioteca abierta al público. “Antonio Di Benedetto goza de un gran reconocimiento dentro de nuestra academia, y nos proponemos con estas jornadas homenajear el patrimonio cultural que significan su obra y su figura, y ampliar las fronteras de sus lectores”, dijeron desde Adriana Hidalgo editora.

Esta editorial ha publicado y reeditado permanentemente toda su obra, tanto la literaria como la periodística. La misma ha sido traducida al inglés, hebreo, francés, portugués, italiano, esloveno, holandés, búlgaro, checo, rumano, turco, danés, alemán, albanés y chino, entre otros idiomas. Además, sus lecturas han impactado en la cultura y grandes cineastas argentinos que han realizado películas de trascendencia basadas en cuentos y novelas del autor: Zama, de Lucrecia Martel; Aballay, de Fernando Spiner, y Los suicidas, de Juan Villegas.

Varios libros de Antonio Di Benedetto fueron llevados al cine, entre ellos "Zama", adaptado por Lucrecia Martel. (Télam)
Varios libros de Antonio Di Benedetto fueron llevados al cine, entre ellos "Zama", adaptado por Lucrecia Martel. (Télam)

Tanto el 21 como el 22 de octubre, como parte de la Jornada Antonio Di Benedetto en el Centro Cultural Borges habrá una exhibición de las primeras ediciones del autor (colección Lucio Aquilanti), así como un sector de lectura de su obra.

El viernes 21, a partir de las 16, se proyectarán entrevistas a Rafael Morán, amigo y compañero de Di Benedetto del diario Los Andes de Mendoza, a Noé Jitrik, escritor y crítico literario recientemente fallecido, y una al mismo Di Benedetto realizada en 1978 por Joaquín Soler Serrano en la televisión española.

Ese mismo viernes se presentará el libro Escritos del exilio, con la participación de Liliana Reales, Jorge Monteleone, Maxi Legnani, y Flavia Pittella. Además, se proyectará un breve documental sobre el autor. Y por último, los actores Rafael Spregelburd (Zama) y Moro Anghileri (Aballay) leerán una selección de textos de Di Benedetto.

El sábado 22, por su parte, se llevarán a cabo las mesas “Cuentística y la novelística de Antonio Di Benedetto”, con participación de Carla Maliandi, Fernando Spiner, Gabriela Saidón y Mercedes Araujo; e “Imágenes y sentidos en la obra de Antonio Di Benedetto”, en la que se presentarán Natalia Gelós, Eugenia Almeida, Silvia Hopenhayn e Inés Garland.

La Jornada Antonio Di Benedetto se realizará el viernes 21 y sábado 22 de octubre, de 16 a 20 en el Centro Cultural Borges (Viamonte 525, CABA), con entrada libre y gratuita.

Escritos del exilio (fragmentos)

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Absurdo y metáfora

Consulta Semanal, 15 de julio de 1983

Kafka nació hace cien años. Para la gente de hoy es como muy mucho tiempo y, sin embargo, cuán presente y vivo está por su obra, quizá a causa del descubrimiento tardío. Murió en 1924 pero sus libros empezaron a circular solo en la década de los 50. Pesaba el mandato del autor a su amigo y albacea testamentario, Max Brod, de destruir sus papeles. Por fortuna, este colega que pasó sus últimos días en Israel, desoyó la consigna kafkiana, aunque en cierto modo se dedicara a imitarlo, con decencia y de lejos.

No es el único discípulo; Dino Buzzatti lo es entre tantos otros. Este es uno de los que se aprovechan de las nociones de infinitud y distancia de Kafka. Otros lo han seguido por los senderos del absurdo, especialmente los autores teatrales franceses, Ionesco por caso, a tal punto que la absurdidad suele llevar un adjetivo, cuando la explotan esos autores: se habla de una absurdidad y se dice kafkiana. Este último vocablo es válido también para todo lo que signifique confusión, galimatías no frívolo, espera sin solución de continuidad, postergación infinita.

Creemos estar dando algunos de los caracteres y temas de Kafka que se desenvuelven en sus novelas, especialmente El castillo, América y El proceso, esta como típica de la justicia que no lo es y que se maneja con agentes ciegos. Preanuncio de los métodos del totalitarismo. No otra cosa son los cuentos y nouvelles, aunque nada distintos en la raíz. Pero sí se diferencian en que introducen la metamorfosis (palabra que para Borges no vale como título de una de las piezas célebres, la del hombre que un día amanece escarabajo y pasa mil penurias y vergüenzas por ello). Borges dice que la traducción correcta es La transformación. Puede ser, pero como relato de horror frío quedará por siempre La metamorfosis.

Horror y ruindad, concepto este último que quizá sea una transferencia, de la que reconocía en el padre, una de sus obsesiones negativas, posiblemente en una confusión con Dios. Se valía también de las encarnaciones en los animales como recurso metafórico, tal es el caso del “Informe para una academia”, el cuento del monito, con la variante de que en este no hay miserabilidad, sino amor (por una monita) y, desde luego, sufrimiento.

El símbolo de la puerta cerrada asimismo es asociable al orden de la divinidad en un cuento específico, y de manera más torturada o tortuosa, en El castillo, donde aparece igualmente la idea del laberinto. En todo caso, a lo largo de todo ese panorama temático, el fondo es constante: la angustia existencial. Con lo que estamos en las orillas de un tema mayor: el existencialismo de Kafka, no abordado por él de manera filosófica ni narrativa, ni lo menciona siquiera.

No obstante, cuánto ha engendrado en tal sentido con sus narraciones. Principalmente hay que notar que Kafka está dispuesto, en sus libros, a las más intrincadas, metafísicas y filosóficas discusiones, aparte el costado literario. Por este último aspecto guarda parentesco, en significación, con la otra gloria literaria contemporánea, James Joyce, con la diferencia de que Kafka es de más fácil lectura, lo único que provoca como anomalía es un ligero dolor de cabeza, como si uno, al entrar en una de sus novelas, se pusiera bajo una campana neumática. En todo caso, a Kafka hay que validarlo por su alejamiento de la realidad real, lo que Joyce perseguía de otra manera, con el lenguaje. ¡Gloria a ambos en las alturas! (No queremos decir las celestiales, sino las del arte de las Letras).

Entre los textos escritos desde el exilio por Di Benedetto se encuentra uno sobre Franz Kafka a cien años de su nacimiento.
Entre los textos escritos desde el exilio por Di Benedetto se encuentra uno sobre Franz Kafka a cien años de su nacimiento.

El cuervo: cuando lo macabro hace reír

Consulta Semanal, 16 de diciembre de 1983

Se estrena, en diversos cines de España, un “ciclo Corman”, de tres películas del conocido cultor del cine de terror. Con La caída de la casa de Usher y La máscara de la muerte roja, viene El cuervo que, pese a su dramatismo espeluznante, arranca risas de los espectadores.

Aunque Roger Corman es un director de abundante filmografía, que se inició en 1955 con Cinco pistolas y ha dejado recuerdos como La última mujer sobre la tierra, el llamado “ciclo Corman”, basado en temas de Edgar Allan Poe, es algo de lo más notorio y consistente de su cine de horror, y los tres filmes que lo componen están siendo estrenados actualmente en las salas de España.

Corman, que se ha abastecido copiosamente en la literatura fantástica de Valdemar, Morella y El gato negro, a una cierta altura empieza a mostrar una firme preferencia por Poe, como lo demuestra su temprano El pozo y el péndulo. Las tres películas de su presente lote son: La caída de la casa de Usher, La máscara de la muerte roja y El cuervo. De las tres primeras hemos hecho mención en ediciones anteriores. Hablaremos hoy de El cuervo.

A diferencia de otras películas, ésta no se inspira en un cuento, sino en un poema verdaderamente célebre. Es el que empieza: “Cierta triste medianoche, cuando débil y cansado, / meditaba sobre un libro de olvidada ciencia, / cabeceando soñoliento, de pronto escuché unos golpes, / como si alguien estuviera llamando suavemente a mi puerta. / Murmuré: Es un visitante que está llamando a mi puerta. / Solo es esto y nada más”. Estas últimas palabras: “nada más”, que luego cambian en “nunca más”, se repiten como un estribillo o letanía a lo largo de las diecinueve estrofas de la poesía, tanto cuando el personaje busca en vano, en sus libros, “consuelo por mi pena por la perdida Lenore, sin nombre aquí nunca más”. Tanto cuando en la ventana descubre “un majestuoso cuervo de los santos días de antaño”. Como cuando le pregunta: “¿Cuál es tu nombre en la orilla plutónica de la noche?”, y el cuervo dice: “Nunca más”. O bien cuando incita al pájaro a beber un bálsamo para olvidar a esta perdida Lenore y el cuervo dice: “Nunca más”. Hasta terminar con estas estrofas: “Sea esa palabra el signo de nuestra separación. / Regresa a la tempestad y a la orilla de la noche. / Ni una sola pluma dejes cual prenda de tu mentira. / Mi soledad deja intacta. Deja el busto a mi puerta. / Quita el pico de mi pecho y tu forma de mi puerta”. Dijo el cuervo: “Nunca más”. “Y sin volar, sin moverse, el cuervo sigue posado / en el busto de Minerva, que está encima de mi puerta; y se parecen sus ojos a los de un demonio que sueñe, / y la lámpara proyecta su negra sombra en el suelo, / y mi alma de esa sombra que está flotando en el suelo / no se alzará nunca más”.

Con las ideas que esta pieza literaria coloca, el guionista Richard Matheson ha dado el texto para que trabajara Roger Croman. El argumento carece de la metafísica del poema, pero tiene mayor espacio como relato. No se limita el diálogo entre el cuervo y el poeta. Reproduce la escena inicial, para luego lanzar al poeta en busca de Lenore, y para ello lo obliga a unas aventuras tenebrosas, no solo con magos y criaturas de espanto, sino con Lenore funcionando como fantasma o yacente, con el cadáver descompuesto (aunque solo sea una treta de “La doncella a quien los ángeles llaman Lenore”, porque como en el más acreditado cine policiaco, Lenore se ha hecho sustituir por una muerta de verdad).

Ha sido hábil la transfiguración narrativa, incluso con episodios de aventura, pues el personaje, Erasmus, entra en una búsqueda tenaz de su amada Lenore, que lo lleva a invadir criptas y a castigos y enfrentarse a malditos como el doctor Scarabus, encarnado por el terrorífico Boris Karloff, el de Drácula y Frankenstein, y asociarse con el servil doctor Bedlo, a cargo de Peter Lorre, un Peter Lorre blando y envejecido, tan lejos de cuando hizo de Raskolnikoff en Crimen y castigo.

Otra figura conocida que aparece es la de Jack Nicholson, a quien se vio en la película de guerra Ataque. Protagonista es Vincent Price, a quien se tiene presente por un sinfín de películas con castillos del mal, pero asimismo por algunas más edificantes, como Los diez mandamientos, y una cómica, con Abbott y Costello. Justamente El cuervo tiene pasajes que provocan la risa del espectador, bien por ridículos o macabramente fantásticos, bien por los variados recursos del duelo entre magos.

Quién fue Antonio Di Benedetto

♦ Nació en Mendoza, Argentina, en 1992. Falleció en Buenos Aires, Argentina, en 1986.

♦ Fue escritor, docente y periodista.

♦ Es autor de libros como Zama, Los suicidas y El silenciero.

♦ Recibió galardones como el Caballero de la Orden de Mérito del Gobierno Italiano, la Medalla de Oro de la Alliance Française, la Beca Guggenheim, el Premio Konex de Platino y el Gran Premio de Honor de la SADE, entre otros.

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