La patrulla del hielo: los hombres y perros que enfrentaron a los nazis en el Ártico durante la Segunda Guerra Mundial

En 1941, un pequeño grupo de daneses, noruegos e inuits recorrió la costa de Groenlandia en trineos para detectar y neutralizar estaciones meteorológicas alemanas. Su labor, poco conocida, fue decisiva para privar al Tercer Reich de información estratégica clave durante el conflicto

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Los perros de Groenlandia, esenciales
Los perros de Groenlandia, esenciales para el transporte y la defensa de la patrulla de trineos, tiran del trineo de un patrullero (Niels Ove Jensen / Instituto Ártico Danés)

En el otoño de 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, un puñado de patrulleros se adentró en la desolada costa noreste de Groenlandia, deslizándose en trineos tirados por perros sobre un mar de hielo interminable. Armados con rifles y apenas lo necesario para sobrevivir, su misión parecía simple pero crucial: rastrear las estaciones meteorológicas secretas de los nazis ocultas en la tundra ártica.

Lo que para muchos era un detalle menor resultó ser una operación estratégica de gran alcance. La información climática que lograron obtener se transformó en un recurso vital para las fuerzas aliadas, que necesitaban anticipar el tiempo en Europa para planificar con precisión sus movimientos militares.

Según precisó Atlas Obscura, Alemania y las fuerzas aliadas reconocieron el valor meteorológico de Groenlandia. Los alemanes instalaron cuatro estaciones secretas en la isla para anticipar las condiciones climáticas en el continente europeo.

Los aliados comprendieron la necesidad de detectar y destruir esos centros de información. Esta tarea recayó sobre la Patrulla de Trineos del Noreste de Groenlandia, una unidad especial formada por daneses, noruegos e inuits, con apoyo logístico de la Guardia Costera de Estados Unidos.

De acuerdo con la Fundación para la Historia de la Guardia Costera, el comandante estadounidense Edward “Iceberg” Smith y el gobernador de Groenlandia, Eske Brun, formaron la patrulla antes de la entrada formal de Estados Unidos en el conflicto.

Eli Knudsen, Bendt Jensen y
Eli Knudsen, Bendt Jensen y Petrus Pêke descansan con sus perros en un puesto de caza (Niels Ove Jensen / Instituto Ártico Danés)

El comandante Edward “Iceberg” Smith, con amplia experiencia en exploraciones árticas, fue quien promovió el uso de trineos como medio de vigilancia, destacando la resistencia y la capacidad de los animales de Groenlandia para abrirse paso en las condiciones más extremas.

Por su parte, Eske Brun, gobernador de la isla, apoyó la iniciativa no solo como una estrategia militar, sino también como una forma de sumar a Groenlandia a la causa aliada, especialmente tras la ocupación alemana de Dinamarca en 1940.

Los líderes de la patrulla decidieron trasladar a los habitantes del norte de la costa este al sur para evitar riesgos y facilitar la vigilancia. Se reubicó a 27 personas, según el informe de la Fundación para la Historia de la Guardia Costera.

La patrulla original tenía diez daneses, un noruego y cuatro inuits. Al finalizar la guerra, el equipo reunió a 27 integrantes. Brun seleccionó a Ib Poulsen, radioperador danés acostumbrado al clima de Groenlandia, como comandante de la unidad.

Según declaraciones registradas por la Guardia Costera, el conocimiento del territorio y la experiencia en técnicas de supervivencia distinguen a los integrantes inuit. Los patrulleros avanzaron en grupos y se apoyaron en pequeñas chozas de caza para descansar y abastecerse. Si no hallaban refugio, acampaban sobre el hielo.

El capitán Niels Ove Jensen
El capitán Niels Ove Jensen capturó el trabajo de la patrulla en fotos que tomó durante sus misiones (Niels Ove Jensen / Instituto Ártico Danés)

De acuerdo expresó a Atlas Obscura Bob Desh, retirado de la Guardia Costera y actual regente de la Fundación para la Historia de la Guardia Costera, los perros de Groenlandia mostraron una fortaleza notable. Su agudeza sensorial permitía alertar sobre peligros en un entorno hostil, donde las condiciones meteorológicas y la oscuridad complicaban las patrullas navales y aéreas.

En 1941, la patrulla logró su primer golpe al descubrir un pesquero noruego que transportaba soldados y suministros alemanes, lo que permitió a los aliados incautar la embarcación. Años más tarde, en 1943, vivirían su primer enfrentamiento directo cuando un danés y dos inuits toparon con una cabaña sospechosa en la remota isla Sabine, dando inicio a un choque que confirmaba la presencia enemiga en el Ártico.

Divisaron huellas y a dos hombres que escaparon. Decidieron montar guardia en una cabaña cercana, pero los alemanes enviaron grupos armados para buscar a los patrulleros. Los perros alertaron con aullidos; los conductores escaparon a pie, recorrieron casi 160 kilómetros hasta su base, y luego reportaron la presencia enemiga.

Durante los meses siguientes, bajo instrucciones de Brun, la patrulla recibió el rango de unidad militar. Sus miembros portaron brazaletes con los colores nacionales y se les encomendaron tareas de reconocimiento y enfrentamiento. “El gobernador comunicó que los alemanes pueden ser detenidos o eliminados”, relató el patrullero Kurt Olsen en su diario, según el Instituto Ártico Danés.

El capitán Niels Ove Jensen
El capitán Niels Ove Jensen capturó el trabajo de la patrulla en fotos que tomó durante sus misiones (Niels Ove Jensen / Instituto Ártico Danés)

En medio de aquellas misiones heladas, la patrulla sufrió su primera y única baja cuando el danés Eli Knudsen cayó bajo fuego nazi. Dos compañeros fueron capturados, pero uno de ellos, Marius Jensen, logró dar un giro increíble: desarmó a un oficial alemán y lo llevó prisionero en un trayecto de 470 kilómetros hasta entregarlo a los aliados. Según reportó Associated Press, el cautivo terminó finalmente en manos estadounidenses, convirtiendo el episodio en uno de los más audaces de la campaña en Groenlandia.

En 1944, un nuevo ataque verificó el valor de la unidad. El capitán Niels Ove Jensen lideró a seis hombres que localizaron la estación meteorológica Bassgeiger en la isla de Shannon. Derribaron a un comandante alemán y forzaron la retirada del resto, quienes destruyeron las instalaciones para eliminar pruebas.

Según los archivos de la Fundación para la Historia de la Guardia Costera y el Instituto Ártico Danés, Estados Unidos reconoció la labor de la patrulla con la entrega de la Legión al Mérito a Poulsen, Jensen y Knudsen, este último de manera póstuma.

Estos hombres defendieron a Groenlandia y colaboraron con el esfuerzo militar”, afirmó en la ceremonia Edward R. Stettinius Jr., secretario de Estado interino de Estados Unidos.

Al finalizar la guerra, la patrulla se disolvió, pero fue restablecida en 1950 bajo el nombre de Patrulla de Trineos de Perros Sirio. Desde entonces, la unidad forma parte de la Armada Real Danesa.

Según Atlas Obscura, el trabajo de la patrulla resultó decisivo para impedir la ventaja estratégica alemana en el Ártico. Sin sus recorridos sobre la nieve y el hielo, las estaciones meteorológicas alemanas habrían continuado enviando información valiosa al alto mando del Tercer Reich hasta el final del conflicto.

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