
Chuck Lamb es un informático de Columbus, Ohio, que llevó una vida común y corriente hasta los 47 años. Su cotidianeidad transcurría entre una gris oficina de una compañía de seguros y un hogar conformado por su esposa Tonya y seis hijos en común. El hombre que siempre había soñado con trabajar en la televisión, se consideraba nada atractivo y sin ninguna experiencia actoral ni talento especial para saltar a la pantalla. Sin embargo, a través de una epifanía descubrió algo en lo que realmente era bueno: actuar de muerto. Su insólita trayectoria, hizo que hoy sea conocido como de “Dead Body Guy”, el “hombre cadáver”.

Todo comenzó una noche de 2005, en la que el programador compartía con su esposa la serie “La Ley y el Orden”. Inspirado por la presencia recurrente de cadáveres en los primeros minutos de cada episodio, y tras soñar que era examinado por uno de los detectives de la serie, tuvo la idea de convertirse en el “hombre cadáver”.
Según relató a BBC Mundo, “soy aficionado al programa de TV ‘La Ley y el Orden’ y un día soñé que era Homero Simpson, pero estaba muerto y el inspector de ‘La Ley y el Orden’ examinaba mi cadáver”. A partir de ese momento, Lamb comenzó a recrear situaciones de asesinatos. Simulaba haber muerto de formas de lo más absurdas, cómicas o dramáticas: electrocutado por una tostadora, aplastado por libros o desplomado en el jardín.
La iniciativa pronto tomó forma con la publicación de una página Web DeadBodyGuy.com, donde publicaba sus fotos y videos que fue creciendo mientras lo compartía con amigos: “Cualquier persona puede actuar como un muerto, ¿por qué yo no?” Tonya, lejos de ser una espectadora, se convirtió en una pieza fundamental como fotógrafa y creativa principal de los escenarios, ideando semanalmente nuevas formas en las que Lamb podía aparecer “muerto”. “Lo que realmente me asustó al principio fue que se le ocurrían diferentes maneras de matarme tres veces por semana”, confesó Lamb a Business Insider.

En el sitio, pedía expresamente ayuda para abrirse paso en el cine y la televisión, conseguir trabajo como cadáver y salir en los créditos. “Puedo quedarme ahí y estar muerto. Puedo lograr mi sueño siendo baleado, apuñalado, drogado, asaltado, mutilado, estrangulado o en cualquier otro escenario que se les ocurra. Incluso puedo decir algunas líneas si es necesario. Como probablemente ya habrán adivinado, no soy nada tímido. Le estoy pidiendo a la gente de todo el mundo: Ayúdenme a vivir mi sueño — Déjenme hacerme el muerto", pedía en su Web.
El impacto de su proyecto fue inmediato. En apenas seis semanas, su historia llegó, sin escalas, a la tapa de The New York Times. La nota disparó la popularidad de su sitio web, que recibió 50 millones de visitas. Su sueño ya estaba listo para convertirse en realidad. Este impacto mediático lo llevó a otras entrevistas y más estudios de televisión de programas como Good Morning America, The Today Show y CNN, y más tarde lo llevó a recibir invitaciones en convenciones de terror, concursos de autógrafos e incluso a los Oscar de 2006.
La notoriedad alcanzada por Lamb finalmente se tradujo en oportunidades concretas en la industria audiovisual. Su primer papel en televisión llegó de la mano de la serie “What I Like About You”, donde compartió escena con Amanda Bynes y Jennie Garth. Posteriormente, su carrera se consolidó con participaciones en películas como “ThanksKilling”, “Horrorween” y “Stiffs”, donde acumuló más de dos docenas de apariciones como cadáver en cine y televisión. En “ThanksKilling”, una comedia de terror sobre un pavo asesino, Lamb consiguió incluso un papel con diálogo, lo que describió como su proyecto favorito hasta la fecha.
En una oportunidad, confesó que al ver su nombre en los créditos por primera vez se sintió fascinado. “Como una Cenicienta calva de 1,84 metros y 104 kilos, si te lo podés imaginar. Estaba en las nubes”.

El trabajo de interpretar cadáveres, lejos de ser glamoroso, exige mucha paciencia. Lamb detalló a Business Insider que las jornadas de rodaje pueden extenderse durante horas para apenas unos segundos en pantalla. En la película Stiffs su personaje moría de un infarto, lo metían en una bolsa para cadáveres y lo bajaban por unas escaleras antes de caer al suelo. La escena les tomó 8 horas para ser filmada.
El proceso incluye largas sesiones de maquillaje, donde se emplea una paleta conocida como “La Rueda de la Muerte”, y la necesidad de permanecer completamente inmóvil, sin parpadear, incluso en condiciones incómodas. “Intento quedarme lo más quieto posible y parecer lo más muerto posible”, explicó Lamb, que no siempre cierra los ojos al morir, los deja entreabiertos.
Por estos tiempos, Lamb tiene todo tipo de anécdotas en el set. Durante la grabación de “The Jury”, donde interpretó a un DJ estrangulado, se dejó picar por hormigas coloradas mientras estaba echado en la arena para evitar interrumpir la toma. Una vez que el director dio por terminada la escena, Lamb se fue corriendo al agua. Al ser consultado por éste sobre por qué no avisó, le respondió: “Porque quería ser el mejor cadáver que jamás hayas tenido”, según relató a Business Insider.

Ser un muerto profesional en el cine puede ser rendidor. Lamb reveló que los honorarios por sus actuaciones como “extra destacado” oscilan entre USD 300 y USD 500 por día, aunque en una ocasión llegó a recibir USD 1.500 por una participación para el canal STARZ. Los ingresos por publicidad en su sitio web, en contraste, resultaron modestos: “Unos 30 dólares”, admitió.
La popularidad de Lamb inspiró a otros. Un niño de 12 años de la India le escribió porque quiere ser como él, gesto que el actor consideró como la devolución más encantadora. Además, su imagen llegó a colgarse en la pared del emblemático restaurante Carnegie Deli de Nueva York, un reconocimiento reservado a figuras destacadas.
A pesar de su éxito, especialmente entre los medios, que le dedicaron unos 400 artículos, la carrera de Lamb enfrentó un punto de inflexión debido a problemas de salud. Tras cuatro cirugías de espalda, decidió retirarse de la actuación, como explicó en una entrevista con CBC: “Algunas de las cosas que me piden hacer, simplemente ya no puedo hacerlas. Incluso volar a Los Ángeles me duele mucho”.

Actualmente, puso en venta el dominio de su sitio web y expresó su deseo de que alguien continúe su legado como “Dead Body Guy”. No obstante, Lamb no descarta un eventual regreso. “Me encantaría hacer The Walking Dead. Soy un gran fan. Y me gustaría hacer La Ley y el Orden, ya que fue con lo que empezó todo”, declaró a CBC.
Su aspiración de convertirse en el cadáver más famoso del mundo permanece intacta, como él mismo afirmó: “No me importa si esto dura 15 minutos o diez años, me estoy divirtiendo”.
Según contó el extra en una entrevista de BBC Mundo, tan obsesionado con su propia muerte está que ya tiene pensadas las palabras que irán en su lápida: “Esta vez es en serio”.
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