Del hit “Felicidad” del ídolo de la canción italiana a la misteriosa desaparición de una hija que ensombreció su vida

Al Bano cumple 80 años. El cantante italiano vendió más de 100 millones de disco. El dúo con su esposa Romina Power conquistó audiencias en tres idiomas distintos. Hace 30 años Ylenia Carrisi, la hija mayor del matrimonio desapareció sin dejar rastros. La búsqueda, las pistas falsas, el dolor del padre, la ilusión eterna de la madre

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 Al Bano, Romina Power y su hija mayor Ylenia Carrisi unos pocos años antes de la desaparición de la joven. (Photo by Helmut Reiss/United Archives via Getty Images)
Al Bano, Romina Power y su hija mayor Ylenia Carrisi unos pocos años antes de la desaparición de la joven. (Photo by Helmut Reiss/United Archives via Getty Images)

Al Bano cumple 80 años. El cantante italiano con extraordinario rango vocal se convirtió en ídolo juvenil más de medio siglo atrás. Canciones melódicas, pop, italo disco. Con su esposa Romina Powers, hermosa, casi una ensoñación, e hija de una leyenda de Hollywood, conformó un dúo que triunfó en varios idiomas. Su canción La Felicidad vendió millones de copias e ingresó en el inconsciente colectivo de varias generaciones en todo el mundo. Parecían la pareja perfecta. Tenían todo: cuatro hijos adorables, amor, éxito, fama, mucho dinero. Pero la tragedia los atravesó. De la peor manera. Con dolor e incertidumbre. Su hija mayor desapareció y pese a la búsqueda incansable, nunca volvió a saberse nada de ella. La pareja no pudo superar su ausencia. Al Bano siguió, pertinaz, con su vida. No se detuvo. Se volvió a casar, sacó más discos, siguió girando por el mundo, se resistió a desaparecer participando en realitys televisivos, se casó, tuvo otros hijos. Pero la ausencia de Ylenia le impidió volver a ser el mismo. Alguna vez, cuando le preguntaron si encontraba alguna explicación sobre lo que le había sucedido a su hija y sobre su divorcio con Romina Power, Al Bano sólo bajó la cabeza y dijo: “Lo que nos pasó fue una venganza de los dioses por tanta felicidad anterior”.

En 1993, Ylenia Carrisi, una joven de 23 años, decidió pausar sus estudios universitarios y viajar por el mundo. Era una muy buena alumna de letras en una prestigiosa universidad londinense. Su sueño era ser escritora y pensó que para conseguirlo tenía que salir al mundo, a buscar historias, a conocer gente. Pasó unos meses en Belice, luego fue a Nueva Orleans. Su siguiente destino sería México. Pero nunca llegó.

Ylenia Carrisi se esfumó. No dejó pistas ni testigos. Desapareció de pronto. Se desvaneció sin explicaciones. Desde entonces no se sabe de ella a pesar de que sus familiares y los investigadores siguieron decenas de pistas en estas tres décadas.

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Ylenia era la hija mayor del matrimonio de Al Bano y Romina Power, ídolos de la canción popular italiana. La fama de los padres le dio al caso una mayor resonancia pero no sirvió para que fuera esclarecido. Esa celebridad tal vez para lo único que contribuyó fue para que la exposición casi obscena del episodio permitiese que se revoleasen pistas falsas e hipótesis absurdas con total impunidad durante años. Y para que cada tanto vuelva a parecer en los medios.

Al Bano y Romina Power - Felicidad

Al Bano es un cantante melódico con mucho éxito en Italia y en otros países europeos con una carrera que ya superó los cincuenta años durante los que vendió más de 100 millones de discos. Su madre le puso ese nombre porque cuando nació, su padre estaba peleando en Albania durante la Segunda Guerra Mundial.

En su infancia vivió en Cellino San Marco, un pueblito de 5.000 habitantes. Trabajaba toda la jornada en el campo con su padre. Hasta que siendo adolescente decidió partir a Milán para probar suerte con el canto. El padre intentó disuadirlo porque seguramente fracasaría. Además cantar, dentro de la férrea ética del esfuerzo del padre, no era trabajar. Pero el joven, contra todo pronóstico, triunfó. Su primer gran éxito fue la canción Nel Sole que llegó a vender 700.000 copias. Como sucedía en esos años, a partir del suceso se hizo una película del mismo nombre, un vehículo para que el cantante (y otros artistas del sello) llegaran a más público. En esos primeros años de carrera protagonizó 7 films.

Con Romina Power se conocieron en 1967 en ese rodaje. Él tenía 24, ella 16. Romina era la hija de una leyenda de Hollywood, Tyrone Power. El actor había muerto filmando Salomón y la reina de Saba cuando tenía 44 y Romina 7 años. Quedó a cargo de su madre, Linda Christian, una ex actriz de una gran belleza que tuvo un paso fugaz por Hollywood pero que sin una gran carrera artística consiguió, al menos, convertirse en un personaje del Jet Set. Su primer amor había sido Alan Ladd. El matrimonio con Tyrone Power duró dos años. Pero ella ya no salió de las páginas de las revistas de sociedad y de la farándula. Una de sus hazañas fue, en medio de un banquete, estar a punto de matar al Rey de Jordania al poner en su bebida grandes dosis de LSD sin que él supiera. Linda aceptó sin problema que Romina dejara los estudios y se dedicara al cine desde los 13 años.

En las (muchas) pausas del rodaje de Nel Sole, Romina se sentaba en un rincón y tejía. Al Bano se acercaba a ella y le hablaba mientras ella mirada las agujas y la lana. Una escena en particular requirió decenas de tomas: había un beso y Al Bano se equivocaba a propósito para tener la oportunidad de besarla sin parar. A los pocos días se pusieron de novios.

La madre no aprobó la pareja, se opuso al casamiento. La de Al Bano, por supuesto: “Todas las norteamericanas son putas. Y se divorcian”, dijo la señora napolitana. La madre de Romina, con pretensiones de seguir ligada a una estrella de Hollywood ahora a través de su hija, al principio no tenía mejor opinión de su yerno. Lo veía como un simple campesino: su hija debía apuntar más alto. Su opinión cambió de forma abrupta cuando la llevaron a presenciar una gala especial en la que él cantó en Teherán para el Sha de Persia y Farah Diba. Y esa opinión se terminó de consolidar cuando se enteró cuánto cobró el cantante por su show privado e iraní.

Tyrone Power (1914 - 1958) fue una gran estrella de Hollywood. Murió cuando su hija Romina tenía 7 años. (Photo by Silver Screen Collection/Getty Images)
Tyrone Power (1914 - 1958) fue una gran estrella de Hollywood. Murió cuando su hija Romina tenía 7 años. (Photo by Silver Screen Collection/Getty Images)

Después de dos años de relación, Romina quedó embarazada. Decidieron casarse. Por ese tiempo, tantos eran los compromisos profesionales de Al Bano que la boda se celebró en el único día libre que le quedaba al cantante en su agenda. Tuvieron que convencer al cura del pueblo porque entre que era domingo (ese día no se celebran casamientos) y que ella estaba embarazada, el hombre de sotana se mostraba renuente. A la celebración concurrió una multitud.

“Entre Romina y yo nació un amor fuera de serie. Escribía música todos los días solo con mirarla, la he querido con todo mi corazón. Fue un gran amor, hemos hecho grandes cosas en la vida y en el escenario. La quise como a nadie en mi vida”, declaró hace poco el cantante.

Pocos meses después nació Ylenia, su primera hija. Luego vinieron otros tres. La familia se mudó al campo para escapar de los paparazzis.

Mientras tanto, Al Bano conquistaba Italia y Europa.

A principios de los años setenta el matrimonio conformó el dúo. No estaba pensado para perdurar. Ella tuvo una participación especial en una canción de su marido que participaba del concurso de Eurovision. Su aparición fue deslumbrante. Romina poseía una belleza cautivadora. Gracias a la buena recepción, participaron de varios festivales más. Triunfaron cantando en italiano, en inglés y también en España y Latinoamérica con las versiones en castellano. Su mayor éxito fue Felicidad, del que llegaron a vender 25 millones de copias.

Para muchos eran el matrimonio ideal. Pero la pareja se separó dos años después de la desaparición de su hija mayor. A partir de ese momento cruzaron graves acusaciones en los medios (Photo by Helmut Reiss/United Archives via Getty Images)
Para muchos eran el matrimonio ideal. Pero la pareja se separó dos años después de la desaparición de su hija mayor. A partir de ese momento cruzaron graves acusaciones en los medios (Photo by Helmut Reiss/United Archives via Getty Images)

Ylenia, su hija mayor, cantó algunas veces con ellos y participó como secretaria en algún programa televisivo. Parecía que seguiría el camino de los padres, pero al terminar el secundario fue al King’s College a estudiar literatura. En 1993 decidió tomarse un año sabático. Volvió a Italia, vendió sus pertenencias y partió hacia Sudamérica. Pensaba recorrer el mundo con sus libretas Moleskine y una mochila. Estuvo en Belice unas semanas y luego partió a Nueva Orleans. Allí, según las investigaciones posteriores, mantuvo una relación con un músico callejero llamado Alexander Masakela, casi treinta años mayor que ella.

En los últimos días de 1993 su rastro se va haciendo borroso y los testimonios confusos. Su hermano se había comunicado con ella y pensaba pasar juntos Año Nuevo, pero no la pudo ubicar. Cuando se dieron las alertas internacionales sobre su desaparición, luego de casi dos semanas de no saber nada de Ylenia, ya era tarde. Los rastros y las pistas que pudo haber dejado se habían borrado. La policía de Nueva Orleans detuvo a Masakela pero lo liberó por falta de pruebas. Luego se trató de buscar en la oscuridad. De seguir pistas que nunca condujeron a ningún lado.

A lo largo de todos estos años el caso revivió varias veces. Siempre con gran estruendo y nulos resultados. Apenas se produjo la desaparición, los padres de Ylenia contrataron un investigador privado. Varias pistas lo llevaron hasta República Dominicana, pero la búsqueda fue infructuosa. Un guardián del Acuario de Nueva Orleans declaró que por esos días vio a una joven cuya descripción física era similar a Ylenia lanzarse desde un puente al Río Mississippi mientras decía: “Pertenezco al agua”. Este testimonio es el que se ha inclinado a creer, con el correr de los años, Al Bano: “Yo sé que Ylenia se tiró al río y el Mississippi no perdona a nadie”.

En 2005 un programa de chimentos español retomó el tema. Volvió a poner el caso en las tapas de las revistas y en la conversación pública al afirmar que Ylenia Carrisi estaba con vida. La conductora Lydia Lozano dijo tener pruebas y certezas de ello. Pero todo se trató de especulaciones e historias inventadas para mantener el interés del público. La mujer tuvo que pedir disculpas y comprometerse a no volver a hablar del tema.

Después de la separación, se creyó que el matrimonio ya no volvería a cantar junto. Pero diez años atrás se volvvieron a juntar en los escenarios con gran aceptación del público (Photo by Frank Hoensch/Redferns)
Después de la separación, se creyó que el matrimonio ya no volvería a cantar junto. Pero diez años atrás se volvvieron a juntar en los escenarios con gran aceptación del público (Photo by Frank Hoensch/Redferns)

En todos esos años, cada tanto, el teléfono de la casa familiar sonaba y del otro lado se escuchaba una voz que juraba haber visto con vida a Ylenia. Con cada llamada las esperanzas renacían.

En 2011 alguien dijo que se encontraba en un convento de clausura, retirada y haciendo vida monacal. La tía de Ylenia, la hermana de Romina, viajó hasta Phoenix para comprobarlo. Pero no se trataba más que de otra pista falsa. No era un convento de monjas, sino un monasterio dónde no había mujeres y nunca habían visto a nadie parecido a Ylenia.

Frank Crecentini, un investigador privado norteamericano, ofreció sus servicios gratuitos a la familia pero fue rechazado. A él no pareció importarle demasiado porque siguió con el tema durante más de una década. Cada tanto vuelve a aparecer con un hallazgo revelador que sólo se sustenta por sus afirmaciones. Crecentini se cruzó con Al Bano en varias oportunidades. En realidad, el cantante no se dirige a él, pero el supuesto investigador contesta cada afirmación del padre de la chica.

Hace unos años un asesino serial norteamericano declaró que él había matado a Ylenia. Dijo que la había visto en la ruta haciendo dedo, que la había subido a su camión y que esa misma noche la había ultimado. E identificó el cuerpo como uno que la policía había encontrado en 1996 sin poder determinar la identidad. Pareció que, por fin, el misterio se terminaba. Pero los exámenes de ADN demostraron que el cuerpo no era el de Ylenia Carrisi.

La última de las versiones sobre Ylenia circuló en julio de 2021. Varios medios sensacionalistas italianos afirmaron que había sido encontrada en un sótano de Nueva Orleans. Dijeron que vivía junto a un grupo de indigentes y que pasaba sus días drogada. Después de un par de días de titulares rimbombantes y de horas de televisión en los programas de chimentos, la historia se fue evaporando ante la falta absoluta de pruebas. Se trató sólo de otro (perverso) juego mediático que lo único que demostró es que el tema, pasado ya más de un cuarto de siglo, sigue generando interés.

En 2014, treinta años después de su desaparición, Al Bano solicitó a la justicia italiana la declaración oficial de muerte de su hija. Se trató de una formalidad dado que había pasado largamente el plazo legal que se necesita para determinarlo. Más allá de alivianarle a sus otros hijos los trámites de su propia herencia en el futuro, Al Bano necesitaba eliminar la incertidumbre, terminar con el tema, que alguien más dijera -y si era de forma oficial mejor- lo que él en su fuero interno sabía desde hacía décadas: que su hija ya no iba a aparecer, que Ylenia está muerta.

Romina Power se opuso. Ella sigue creyendo que su hija está viva y la sigue buscando. Cada nuevo dato, cada pista por lejana que sea, cada nueva teoría alimentan su ilusión. Se aferra a esos hilos delgados para no perder la esperanza de volver a encontrarse con ella. Hace un par de años publicó una foto de Ylenia a sus veinte años y escribió el siguiente mensaje: “Noviembre es el mes en que nació Ylenia. Desapareció en los Estados Unidos en enero de 1994. Tenía 23 años. Nunca he perdido la esperanza de volver a abrazarla. Sé que debe haber cambiado desde entonces, pero si alguien reconoce a una mujer que se parece a esta chica, contáctame. Gracias. Por favor comparte, si puedes”.

Romina y Al Bano se separaron al poco tiempo de la desaparición de su hija mayor. Fue un impacto para la opinión pública italiana. Parecían el matrimonio perfecto. Pero el dolor y la incertidumbre los terminaron de derrumbar. Se miraban a los ojos y ya no veían lo que habían visto desde hacía un cuarto de siglo. Cada mirada era la confirmación y el recuerdo de que Ylenia no estaba. Al Bano se volvió a casar en 1999 y tuvo otros dos hijos. Su nueva esposa, Loredana Lecciso, lo dejó mientras el participaba del reality show, La Isla de los Famosos en 2005.

Al Bano, a sus 80 años, sigue cantando y girando por Europa. 
Imagen de archivo. EFE/EPA/ETTORE FERRARI
Al Bano, a sus 80 años, sigue cantando y girando por Europa. Imagen de archivo. EFE/EPA/ETTORE FERRARI

Con los años Al Bano y Romina dieron a conocer que la pareja ya tenía problemas desde antes de lo de su hija mayor. Y cuando casi veinte años después, Al Bano reconoció que él ya no tenía ilusiones, que había asumido la muerte de su hija, mantuvo con su exesposa una larga pelea mediática en la que se cruzaron acusaciones muy fuertes. Romina y su madre afirmaron que Ylenia se había ido de la casa porque no soportaba a su padre, que Al Bano se había convertido en un dictador doméstico y hasta que habían existido episodios de violencia (aunque luego quiso minimizarlos diciendo que eso era habitual en los hombres del sur italiano). La repuesta del cantante tampoco fue serena. Dijo que Romina había introducido a su hija en las drogas y que en unas vacaciones había mantenido relaciones sexuales con el novio de Ylenia. Luego de este enfrentamiento algo obsceno, desesperado, pasaron años de silencio.

Lo que quedó claro fue que lo que los separaba de manera insuperable era la postura frente al destino de su hija.

En 2013, cuando ya nadie lo esperaba, el dúo se volvió a juntar para una presentación especial en Rusia. Lo consiguieron los millones de un magnate. Sobre el escenario, pese al tiempo pasado, pese a que Romina hacía años que no se presentaba ante el público (Al Bano nunca dejó de cantar: “La música me salvó la vida”, dijo), todo volvió a fluir. Los pedidos de contratación llegaron como un aluvión. Y desde entonces se presentaron juntos regularmente. “En los últimos años solo hemos cantado juntos en los tribunales. Ahora ya somos amigos”, dijo el cantante. Eso hizo que los rumores de romance volvieran a circular.

Albano vive en una gran mansión. Es propietario de resorts, restaurantes y viñedos en el sur de Italia. Sigue dando shows por toda Europa: “No quiero que el dolor sea el único protagonista de mi vida”

Ylenia Carrisi hoy tendría 53 años. Hace 30 que está desaparecida. Hace 30 años que es la protagonista de un misterio que parece quedará sin resolver. Para su madre siempre habrá esperanzas, siempre seguirá cada pista que aparezca por inverosímil que suene. Romina Power nunca dejará de buscar a su hija.

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