Republicanos y demócratas en Estados Unidos siguen pendientes este lunes, seis días después de las elecciones legislativas, del conteo de 18 escaños de la Cámara de Representantes que definirán el control del Congreso para los primeros dos años de Presidencia de Donald Trump.
Los republicanos, que se han asegurado ya 214 escaños, acarician la mayoría que está en 218. Los demócratas, con 203, ven cada vez más difícil evitar el control conservador de todos los poderes.
De los 18 escaños que aún quedan sin ganador, los republicanos encabezan el escrutinio en 9, más que suficientes para revalidar mayoría en la Cámara Baja.
Todos los ojos están puestos en el escrutinio en California, pues 10 de esos 18 escaños pertenecen a ese estado.
El control conservador de la Cámara Baja se sumaría al del Senado, que los republicanos arrebataron a los demócratas la misma noche electoral tras cuatro años en la oposición.
Todavía queda un último escaño en juego, con el demócrata Rubén Gallego aventajando en el escrutinio a la republicana Kari Lake, pero no cambiará el balance en la Cámara Alta.
Los republicanos contarán los próximos dos años con al menos 53 senadores (cuatro más) por 46 de los demócratas.
Los recuentos lentos y la incertidumbre han sido una tónica en las últimas citas electorales en Estados Unidos.
En las elecciones presidenciales de 2020, hubo que esperar cuatro días para conocer al ganador. En las legislativas de 2022, el control de la Cámara de Representantes no se definió hasta 9 días después de los comicios.
Legisladores de EEUU se preparan para el último esfuerzo en el Congreso saliente
Es una lista corta pero importante de tareas mientras el Congreso regresa a Washington esta semana para comenzar lo que se conoce como una sesión de pato cojo — ese período entre las elecciones y el final del término congresional de dos años.
Con el vencimiento del actual financiamiento del gobierno el próximo 20 de diciembre, el Congreso enfrenta decisiones cruciales para evitar un nuevo cierre gubernamental. Una posible extensión de corto plazo hasta principios del próximo año surge como la alternativa más viable, ya que persisten fuertes diferencias entre republicanos y demócratas respecto a niveles de gasto y prioridades políticas. Estas negociaciones, que incluyen proyectos de ley clave, se verán influenciadas por el próximo cambio en la administración, con el republicano Donald Trump asumiendo la presidencia en enero.
Un acuerdo anterior entre el entonces presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, y la administración de Joe Biden estableció un incremento del 1% en el gasto de defensa y programas civiles. Sin embargo, el Senado ha propuesto superar este límite, mientras que la Cámara, dominada por los republicanos, impulsa recortes en áreas no relacionadas con defensa, con mandatos políticos que los demócratas rechazan. La posibilidad de un acuerdo parece incierta, especialmente con los incentivos políticos para los republicanos de esperar hasta que Trump asuma el cargo, lo cual podría permitirles mayor influencia en las decisiones presupuestarias.
En respuesta a los recientes huracanes Helene y Milton, el Congreso aprobó un desembolso de más de 20.000 millones de dólares para la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) en septiembre. No obstante, el aumento de solicitudes de ayuda ha acelerado el uso de estos fondos, lo que obliga a los legisladores a considerar un paquete adicional de financiamiento de emergencia. El presidente de la Cámara, Mike Johnson, afirmó durante una visita a Carolina del Norte que el Congreso actuará “de manera bipartidista” para cubrir las necesidades adicionales de las comunidades afectadas.
El Congreso también trabaja en la aprobación de su tradicional proyecto de ley de defensa, valorado en 895.200 millones de dólares en la versión aprobada por la Cámara, con un incremento del 1% en línea con el acuerdo McCarthy-Biden. Este proyecto incluye un aumento del 19,5% en el pago de los miembros de servicio de menor rango, junto con un 4,5% para el resto de personal militar. Sin embargo, varios mandatos de corte conservador, como la prohibición de reembolsos por gastos de transporte para abortos fuera del estado, han provocado rechazo entre los demócratas, rompiendo la tradicional naturaleza bipartidista de la medida. La versión del Senado, que autoriza 919.900 millones de dólares, sigue pendiente de votación en el pleno mientras los legisladores intentan armonizar las diferencias.
Por último, a medida que el Senado se enfoca en el cierre del año, los demócratas han intensificado la confirmación de jueces nominados por Biden, con 213 confirmados hasta la fecha. El senador Dick Durbin, líder del comité judicial, busca confirmar a la mayor cantidad posible antes de finalizar el periodo legislativo. Se estima que Biden podría superar el total de jueces confirmados por Trump, aunque este último mantiene la ventaja en cuanto a designaciones para la Corte Suprema, con tres jueces frente a uno de Biden.
(Con información de EFE y AP)