Estos son los 10 castillos más espectaculares de Guadalajara: fortalezas milenarias que narran historias de conquistas y batallas

Guadalajara ofrece mucho más que paisajes de llanura y pueblos tranquilos. A lo largo de sus valles y montañas, la provincia despliega un patrimonio monumental único, jalonado por castillos, fortalezas y torres que durante siglos fueron testigos de batallas, leyendas y grandes cambios históricos. Los encantos de Guadalajara no pasan desapercibidos para el viajero interesado en el turismo cultural, y una de las propuestas más fascinantes consiste en recorrer la llamada Ruta de los Castillos, un itinerario que cruza municipios llenos de historia y permite descubrir la arquitectura defensiva que marcó la Edad Media en la península.

Muchos de estos castillos se encuentran en estado notable de conservación y ofrecen visitas tanto exteriores como interiores, gracias a diversos proyectos de restauración. A su atractivo histórico se suma el entorno natural, perfecto para complementar la ruta con senderismo o estancias en alojamientos rurales, que permiten al visitante empaparse del ambiente de otra época. A continuación, se detallan los castillos más emblemáticos y visitados de la provincia, cada uno con su propia personalidad y fragmento de historia.

Castillo de Sigüenza

El castillo de Sigüenza constituye una parada imprescindible en cualquier recorrido por la provincia. Este castillo del siglo XIII, restaurado y convertido en Parador Nacional de Turismo, conserva el ambiente medieval que dominó el lugar durante cientos de años. Destaca su gran patio interior al estilo de las alcazabas árabes, un espacio que servía de refugio para los habitantes en tiempos de asedio y contaba con un pozo vital para el abastecimiento de agua.

Los visitantes pueden pasear tanto por el exterior como por varias zonas interiores, donde se han recreado las estancias originales, junto al mobiliario y a las armaduras propias de los caballeros que defendieron la fortaleza. La combinación de museo, hotel y monumento convierten a Sigüenza en uno de los castillos mejor conservados y con mayor oferta cultural de todo Guadalajara.

Castillo de Molina de Aragón

Más allá de una simple edificación defensiva, el castillo de Molina de Aragón fue pieza clave en el Señorío de Molina, con su propia historia al margen de los reinos circundantes. Construido en el siglo XII, la fortaleza destaca por su muralla, la Torre de Aragón de tres plantas y el amplio patio de armas donde se estructuraba la vida del señorío. Su acceso principal está defendido por un arco apuntado y una serie de torres con grandes ventanas.

Desde la terraza de la Torre de Aragón, recientemente reconstruida, se obtiene una panorámica privilegiada de toda la comarca. Las visitas se pueden realizar en horario de mañana y tarde con opción de visita guiada, que incluye museo, o en modalidad libre, y los precios varían entre los 5 y los 2,50 euros según la edad y el tipo de recorrido.

Castillo de Jadraque

El castillo de Jadraque impresiona por su carácter palaciego y sus dimensiones, que alcanzan casi 100 metros de longitud. De origen en el siglo XV, presenta influencia arquitectónica italiana y destaca por el hecho singular de que sus torres no sobresalen del muro principal, revalorizando su uniformidad y majestuosidad. Originalmente, propiedad de Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, conde del Cid e hijo del cardenal Mendoza, simboliza la huella de los linajes históricos en Guadalajara. El acceso está habilitado para visitas guiadas los fines de semana y festivos, bajo reserva previa en la oficina de turismo local.

Castillo de Zafra

En pleno campo alcarreño, el castillo de Zafra impresiona por la imagen que ofrecen sus muros alzados sobre una roca escarpada. Esta fortaleza, conocida internacionalmente por haber aparecido en la famosa serie Juego de Tronos, cuenta con una muralla almenada, un imponente patio de armas y una torre del homenaje que dominan el paisaje. Aunque solo puede contemplarse desde el exterior, se distingue por el espectacular entorno natural y el acceso a una terraza superior mediante una escalera de caracol. Es uno de los castillos más fotografiados de la provincia y su aspecto robusto lo convierte en un símbolo del poder feudal en la región.

Castillo de Torija

Ubicado en un excelente estado de conservación, el castillo de Torija es famoso por su gran torre principal independiente y sus murallas elevadas. Construido en el siglo XIV y restaurado en 1962, actualmente alberga el Centro de Interpretación Turística de la Provincia de Guadalajara y un museo dedicado a la obra “Viaje a la Alcarria” de Camilo José Cela, así como un espacio para la figura del Cid. El horario de visitas es amplio y las tarifas accesibles, con entrada gratuita para menores y descuentos para grupos y personas desempleadas, lo que favorece su popularidad entre el público familiar y escolar.

Castillo de Zorita de los Canes

El castillo de Zorita de los Canes es una impresionante fortaleza gótica vinculada a la Orden de Calatrava, con una estructura que combina zonas militares y eclesiásticas. Entre sus espacios más representativos se encuentran la Iglesia Prioral de San Benito, la Torre del Espolón y la sala de la Omega, esta última con habitaciones excavadas en la roca, vestigio de las diferentes fases de ocupación del lugar. El acceso es libre y pasear por sus ruinas permite también descubrir materiales procedentes de una antigua ciudad visigoda próxima. La figura de la Princesa de Éboli está ligada a los trabajos de mejora de la habitabilidad del castillo, aunque el abandono posterior propició su deterioro.

Castillo de Atienza

La silueta del castillo de Atienza domina el horizonte desde varios kilómetros, encaramada sobre una impresionante roca. La fortaleza fue baluarte de personajes históricos como Alfonso III, Alfonso VI o el propio Cid Campeador, y destaca por su torre sobre la peña, que regala una de las mejores vistas panorámicas de la meseta. La historia del castillo está marcada por momentos decisivos, como la huida de Alfonso VIII, episodio que refuerza su valor simbólico y estratégico. El acceso es libre y su impresionante ubicación convierte la visita en un auténtico mirador natural.

Castillo de Cogolludo

Restos y ruinas evocan el pasado en el castillo de Cogolludo, que invita a comprender cómo las villas medievales crecían al cobijo de estas construcciones defensivas. Destaca por su estructura pentagonal con torres en los ángulos: la más singular es la torre cuadrada con media cúpula de ladrillo. A lo largo de su historia, fue propiedad de la orden de Calatrava en el siglo XII, y actualmente sus restos permiten hacer un ejercicio de imaginación sobre la importancia de estos enclaves en la defensa territorial.

Castillo de Riba de Santiuste

Elevado sobre un cerro y rodeado de paisaje montano, el castillo de Riba de Santiuste ha llegado a nuestros días en excelente estado gracias a una reciente restauración. De estructura estrecha y alargada, con dos torreones defensivos y un único acceso fortificado, su ubicación estratégica refuerza la sensación de fortaleza inexpugnable. La visita, de acceso libre, permite adentrarse en diversas dependencias y admirar los elementos de restauración que han recuperado su esplendor original.

Castillo de Uceda

Asomándose al río Jarama sobre el límite de la Alcarria, el castillo de Uceda es uno de los más antiguos y singulares de la provincia. De origen musulmán y con diversas reconstrucciones a lo largo de su existencia, hoy mantiene vestigios como la Torre del Homenaje, la antigua puerta de acceso, parte de un torreón y dos aljibes excavados en la roca. Las ruinas evocan el pasado defensivo y permiten imaginar las historias que allí se vivieron, en un entorno de gran belleza paisajística.