Entre cascadas y junto a un Monumento Natural: así es el bonito pueblo de Cuenca que poca gente conoce

Esta localidad se enclava en plena Serranía de Cuenca y se caracteriza por sus bellos paisajes y enclaves únicos

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Vega del Codorno, en Cuenca
Vega del Codorno, en Cuenca (Adobe Stock).

Entre cascadas, bosques de pinares y paisajes montañosos existe un pueblo que desafía a la lógica en Cuenca. Esta villa es un paraíso donde la naturaleza es la protagonista más absoluta y la cual se entremezcla con la tradición y la arquitectura, creando una estampa mágica. Y es que pasear por sus calles transporta al viajero al pasado, a la vez que disfruta de uno de los rincones más mágicos de la Serranía de Cuenca.

Así, Vega del Codorno se convierte en un destino que maravilla y en el que se puede disfrutar de una naturaleza exuberante. Esto es gracias a sus bellos paisajes, pero sobre todo por su proximidad a uno de los enclaves más especiales de la provincia: el Nacimiento del río Cuervo. Este desciende creando a su paso una serie de saltos de agua que dejan con la boca abierta y que se han convertido en un atractivo único. Pero no solo eso, pues la villa es una de las más desconocidas de Cuenca y guarda una particularidad muy curiosa.

El recuerdo de una parroquia gallega

Vega del Codorno recuerda mucho a las pintorescas aldeas gallegas, pues desde su origen cuenta con una distribución formada por pequeños caseríos, que en su conjunto dan lugar al municipio. Estos diminutos núcleos cuenta con un nombre propio que los caracteriza, haciendo referencia a algún elemento del entorno o a la familia que lo habita desde tiempos inmemoriales. Así, son un total de 11, de los cuales destaca La Cueva.

Este es la capital del municipio y recibe ese nombre porque está literalmente bajo un gigantesco abrigo de roca del cual parte una gruta natural de varios kilómetros de profundidad. A su vez, un paseo por sus calles permite contemplar la arquitectura tradicional serrana caracterizada por los tejados rojizos y disfrutar de otros puntos de interés como es la iglesia. Esta fue construida en 1940 y es común para todos los caseríos. Aunque si por algo destaca es por su entorno natural, lo que le ha convertido en un destino rural de gran belleza dominado por bosques de pinos, prados y ríos de aguas cristalinas.

Un Monumento Natural

Nacimiento del río Cuervo, Cuenca
Nacimiento del río Cuervo, Cuenca (Shutterstock)

Uno de los principales atractivos es su proximidad al Nacimiento del río Cuervo, una de las maravillas naturales más visitadas de Castilla-La Mancha. Este paraje, declarado Monumento Natural, sorprende con sus cascadas escalonadas que se deslizan por formaciones de toba calcárea, creando un espectáculo visual especialmente impresionante en invierno, cuando el agua se congela y forma un paisaje de hielo. No obstante, el acceso es libre, por lo que se puede visitar en cualquier época del año.

De este modo, se convierte en un paraje ideal para los amantes del senderismo, pues cuenta con múltiples rutas que conducen al nacimiento del río, siendo las tres principales las siguientes:

  • Sendero del nacimiento del río Cuervo: Este trayecto circular de 1,5 kilómetros nos da la oportunidad de poder apreciar las cascadas y el nacimiento en sí. Además, está preparado para personas que vayan en silla de ruedas.
  • Ruta o sendero de la Turbera: Comienza a unos 150 metros del nacimiento y en su 1,5 kilómetros de camino atraviesa una turbera calcárea.
  • Sendero del Pinar: Esta ruta es algo más compleja que las dos anteriores. Se accede desde el sendero de la Turbera y en sus 11 kilómetros de recorrido ofrece un paseo entre pinos silvestres con grandes vistas panorámicas.

Cómo llegar

Desde Cuenca, el viaje es de alrededor de 1 hora y 15 minutos por la carretera CM-2105. Por su parte, desde Teruel el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 50 minutos por la vía A-1512 y A-1704.

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