El pueblo de Lleida con solo cinco habitantes que está entre los más bonitos de España: casas medievales en medio de la montaña y una iglesia Patrimonio de la Unesco

Cardet, un precioso pueblo de menos de 20 casas ubicado sobre una colina del Vall de Boi, a casi 1.200 metros de altura

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Cardet, el precioso pueblo de
Cardet, el precioso pueblo de 5 habitantes en el Vall de Boi, Lleida, Cataluña (Adobe Stock)

Entre las verdes hondonadas y sierras del Vall de Boí - el municipio más extenso de la comarca catalana de la Alta Ribagorça (Lleida) - y en la ribera derecha del Noguera de Tor, existe un pequeño pueblo en el que, al menos según los últimos datos del año 2023, residen únicamente 5 personas. Ni que decir tiene que, por este motivo, ha quedado bastante al margen de la modernización arquitectónica, lo cual es precisamente parte de su encanto: conserva, aún, los callejones empedrados y la arquitectura románica característica de las antiguas poblaciones del Valle.

Un pueblo de 5 habitantes en la Alta Ribagorça

Destaca, por ejemplo, la iglesia románica de Santa María de Cardet, construida entre los siglos XI y XII sobre la fuerte pendiente de la montaña, aprovechando el desnivel del suelo para levantar también una pequeña cripta en su interior. Es, además, parte del conjunto de iglesias románicas del Vall de Boí que fue declarado patrimonio Mundial por la Unesco en 1998, aunque tiene una particularidad que la diferencia del resto: su campanario es el único de todo el Valle que incluye elementos barrocos, debido a una restauración que se realizó en aquella época (s. XVII - s. XVIII).

La iglesia románica de Santa
La iglesia románica de Santa María de Cardet, Patrimonio Mundial de la Unesco (Adobe Stock)

El centro de este pueblo está compuesto por algo menos de unas veinte casas, todas construidas en piedra y con tejados de pizarra, en el estilo característico del Valle. De entre todas ellas, hay dos que destacan: la Casa Llobetó, que forma un conjunto con el pajar y la era (el terreno, por lo general redondo y empedrado, donde se trillaban los cereales y posteriormente se aventaban para obtener el grano); y la Casa Armengol, que también forma parte de un conjunto parecido. Ambas sirven como ejemplo simbólico de la actividad tradicional de la comarca, centrada principalmente en la ganadería.

Además de su autenticidad, que hace de este pueblo una ventana al pasado de la región, su ubicación es otro de los grandes atractivos del municipio: se encuentra situado a casi 1.200 metros de altura, y desde el mirador de Cardet, en la parte inferior del pueblo homónimo, se pueden apreciar unas vistas maravillosas de una gran parte del valle, de la zona del Salencar, y del embalse de Cardet, ubicado a los pies de la colina sobre la que descansa este pueblo. Se trata de una presa que recibe las aguas del Noguera de Tor. Y, aunque bañarse en embalses no está permitido por una serie de motivos relacionados con la seguridad (como las fuertes corrientes que se forman bajo la superficie del agua por procesos de regulación térmica o sus fondos fangosos y poco fiables), hay una serie de miradores, como el de Presa de Cardet, desde donde uno puede sentarse a contemplar las preciosas vistas.

Por otro lado, para quienes prefieran una visita más activa y menos turística, Cardet es un lugar conocido por su amplia oferta de deportes de montaña durante el verano, y de esquí durante el invierno. Hay un único inconveniente: a la hora de comer, los visitantes tendrán que desplazarse a alguna de las comunidades vecinas (como Barruera), porque en Cardet no hay restaurantes. Tampoco hay alojamiento, más allá de las Casas Torellola, dos casas tradicionales de montaña que hacen las veces de alojamientos rurales con capacidad para 8 y 6 personas que permiten a los turistas vivir la experiencia más auténtica de la Alta Ribagorza, disfrutando de la naturaleza plena de la región.