“Nos cortamos en las manos y los brazos”: una nadadora francesa revela los problemas de competir en el Sena

Tras el anuncio de que París sería la anfitriona de los Juegos Olímpicos 2024, el Sena se convirtió en la atracción principal de ciertas pruebas. Tanto el triatlón como la natación en aguas abiertas se disputaban en la arteria principal de la capital gala.

No obstante, esta decisión supuso un reto de salubridad debido a las malas condiciones en las que se encontraba. Los entrenamientos para la prueba de triatlón se tuvieron que posponer hasta en dos ocasiones. Además, tras la prueba femenina, el Comité Olímpico Belga (COIB) y la federación de triatlón de Bélgica informaron que Claire Michel se enfermó tras la competición individual. La triatleta se infectó de E. Coli, supuestamente, una bacteria presente en el río Sena.

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El 8 de agosto se disputó la prueba de 10 km en aguas abiertas. En esta ocasión, la francesa Océane Cassignol, que acabó en séptima posición, denunció que se había sufrido cortes durante el trazado. La nadadora se encontró con zarzas a lo largo del camino.

“Creo que podrían haber cortado las zarzas de todos modos. En el jardín, sobre el agua, nos cortamos bastante las manos y los brazos. Solo es eso. Teníamos que ir lo más cerca posible del borde y quedarnos en el medio al salir”, explicó tras cruzar la línea de meta a France TV.

Los atletas se vieron obligados a hacer el recorrido pegados al muelle y a las barcazas para evitar las corrientes de agua. El Sena tiene tres veces más caudal del habitual en estos momentos. Como informa Le Parisien, la triatleta Cassandre Beaugrand afirmó: “Me asusté, la corriente nos arrastró un buen número de veces. (...) No teníamos demasiados puntos de referencia. A veces teníamos la impresión de que no avanzábamos en absoluto. »

Cassignol disputó sus primeros Juegos Olímpicos y consiguió meterse entre las ocho primeras, lo que le valió para sumar un diploma olímpico. Llegó al final de la carrera 2.30 minutos más tarde de la líder, la holandesa Sharon van Rouwendaal. Esta atleta ya logró la plata en Tokio y el oro en Río.

Al igual que en muchas otras ciudades antiguas, el sistema de alcantarillado de París es combinado, es decir, que circulan por la misma tubería las aguas residuales y las pluviales. Cuando hay precipitaciones abundantes, las tuberías se desbordan y vierten aguas fecales al río. Por esta razón, el baño lleva prohibido en el Sena desde 1923.

Los vertidos fecales han generado que proliferen ciertas bacterias como el E. Coli. Este microorganismo afecta al tubo digestivo de todos los humanos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la trasmisión se produce por ingerir alimentos contaminados como carne picada cruda o poco cocida y leche cruda. La contaminación fecal del agua también causa infecciones.

Las consecuencias que pueda causar varían en función de la variedad de E. coli. Las más frecuentes suelen ser infecciones gastrointestinales, provocadas por la ingesta de agua contaminada. Esto puede derivar en episodios de diarrea, diarrea sanguinolenta, dolor abdominal. En las mujeres puede generar infecciones de orina, especialmente si están sumergidas, lo que es inevitable al tratarse de pruebas de natación.

Aunque es menos frecuente, también pueden aparecer infecciones en la piel en caso de presentarse entradas abiertas como heridas, cortes o abrasiones. Las consecuencias se manifestarían en forma de dermatitis, abscesos o celulitis, así como infecciones de oído (otitis externas).