Rafael Santandreu, psicólogo: “La mejor etapa en la vida de una persona es cuando empieza a pensar de esta manera”

La verdadera felicidad no es en la infancia o juventud, como mucha gente cree, sino que depende de cuándo encontremos la libertad interior

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“La mejor etapa en la vida de una persona es cuando empieza a pensar de esta manera”. (Freepik)

Desde que naces hasta que mueres, tu vida se despliega en capítulos llenos de descubrimientos y aprendizajes: los primeros pasos, las primeras palabras, las amistades; la adolescencia, con su mezcla de libertad y ansiedad; la juventud, cargada de oportunidades, exploraciones y la construcción de identidad; la adultez, con trabajos, relaciones y responsabilidades que moldean tu día a día; y la madurez, donde la experiencia y la perspectiva te permiten mirar atrás con más comprensión y hacia adelante con mayor intención.

Cada etapa trae consigo momentos de alegría, desafíos y aprendizajes, pero el interrogante sobre cuál es realmente la mejor etapa de la vida sigue siendo un tema central en psicología, y cada vez más se aleja de las respuestas automáticas basadas en la nostalgia por la infancia o la juventud.

Según Rafael Santandreu, psicólogo y autor de obras de divulgación, la verdadera plenitud no depende de la cronología ni de un periodo “dorador” perdido, sino de un punto de inflexión interior. “La mejor etapa en la vida de una persona es cuando empieza a pensar correctamente, deja de quejarse y aprecia las cosas increíbles, mágicas e incluso espirituales que la rodean a cada instante”, explica en diálogo con Linteraute.

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Cuál es realmente la mejor etapa de la vida. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El momento en que dejamos de vivir para los demás

En la práctica, los psicólogos observan a menudo cómo sus pacientes se sienten atrapados en busca de la aprobación ajena. Frases como “he arruinado mi vida” o “ya no soy joven” se suceden una y otra vez, lo que hace que la persona se sienta derrotada.

A lo que surge la pregunta que ‘cambia el chip’: “¿A quién intentas complacer todavía?” Ya no se trata de vivir para alguien, sino de vivir para ti. No obstante, surge el segundo dilema, reflejado por el paciente: “Ya no sé qué es lo que quiero”.

Para Santandreu, este instante de honestidad consigo mismo marca el inicio de la verdadera libertad interior. Según él: “La mejor etapa de la vida comienza cuando comprendemos que nuestro valor no depende de lo que piensen nuestros padres, colegas o seguidores de redes sociales”.

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La mejor etapa de la vida comienza cuando comprendemos que nuestro valor no depende de lo que piensen los demás. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Pequeños gestos, grandes transformaciones

Pero el cambio mental no llega necesariamente con crisis dramáticas. Santandreu señala que puede emerger tras un divorcio, una enfermedad o un simple cansancio silencioso: “Ocurre cuando puede, a veces después de un shock vital, a veces simplemente por la acumulación de una fatiga muda”.

Para facilitar esta transformación, existen una serie de ejercicios concretos propuestos por Santandreu:

  • Preguntarse con honestidad: “Si nadie me juzgara, ¿qué haría diferente esta semana?”
  • Escribir pensamientos sin censura: “Hoy pienso que…”, reconociendo deseos y emociones sin actuar de inmediato.
  • Decir “no” con conciencia: un paciente que siempre aceptaba todas las demandas se permitió solo un “no” al día durante una semana y descubrió que podía establecer límites sin perder respeto ni empleo.

“No se trata de aplastar a los demás, sino de dejar de aplastarse a uno mismo”, enfatiza Santandreu.

La mente programada para complacer

No obstante, el psicólogo reconoce que el cerebro humano está diseñado para complacer, como un antiguo mecanismo de supervivencia. “Seguimos funcionando como si nos fueran a expulsar de la tribu por cambiar de trabajo o rechazar un compromiso social”.

Romper este patrón requiere decisiones deliberadas y pequeñas, que poco a poco liberan del piloto automático social y permiten vivir de manera más intencional.

¿Dónde podemos encontrar la felicidad?

La felicidad no está en la edad, sino en la actitud

Contrario a la creencia popular, la infancia y la juventud no son necesariamente las etapas más felices. Ambas tienen sus limitaciones: dependencia, inseguridad y ansiedad son comunes, mientras que la vejez, aunque marcada por cierta sabiduría y perspectiva, no garantiza plenitud por sí sola.

Santandreu afirma: “Cuando decides apreciar con intensidad y concentración lo que te rodea, empieza a tener un efecto profundo en tu mente. Esa empieza a ser la mejor etapa de tu vida, mucho más feliz e intensa que cuando eras niño o adolescente”.