
Una historia parecida a las películas de espías, de pasar desapercibidos, de estar de incógnito, todo por un malentendido y una mala de interpretación entre el novio y su amigo.
En octubre de 2023, Yasemin Sarli, una alemana de 31 años, voló desde Frankfurt (Alemania) a Buenos Aires (Argentina) junto a su entonces pareja, Davide, de 36, para asistir a la boda de unos amigos. La travesía duró más de 14 horas y respondía a lo que creían una invitación tácita al evento, pero al aterrizar descubrieron que nunca habían sido incluidos en la lista de invitados.
“Claro que vienes”
La confusión, según contó Sarli a la revista People, comenzó meses antes. Davide, con plena seguridad, interpretó que los comentarios informales del novio sobre querer una boda “pequeña con familiares y amigos cercanos” eran una invitación directa.
Sin invitación oficial, sin detalles del evento, pero con entusiasmo, la pareja reservó los vuelos y el alojamiento en el mismo hotel que otros asistentes: el Park Hyatt de Buenos Aires. “El novio siempre decía: ‘Quiero una boda pequeña con familiares y amigos cercanos’, y mi novio escuchaba: ‘Obviamente vienes’”, explicó Sarli. “Mi novio simplemente se confió y lo reservó todo”, añadió.
Faltando pocos días para el viaje, surgieron las dudas. No tenían dirección, ni hora, ni agenda del evento. Tampoco formaban parte de ningún grupo de WhatsApp con otros asistentes. “La realidad nos golpeó unos días antes del viaje cuando nos dimos cuenta de que no teníamos ni un detalle: ni agenda, ni chats grupales, nada”, dijo Sarli. Sin embargo, ya era tarde para cancelar, todo estaba pagado.
Misión: evitar la boda
Lejos de confrontar a los novios o cancelar la estancia, Sarli y Davide optaron por una alternativa inusual: convertirse en “agentes encubiertos”. Mantuvieron su presencia en secreto y evitaron a toda costa cruzarse con los invitados, tarea difícil estando en el mismo resort que ellos.
“Si descubríamos que el grupo de la boda estaba en la piscina, nos quedábamos en nuestra habitación o reservábamos tratamientos de spa. Cenábamos muy temprano o muy tarde para evitar coincidencias. Incluso planificábamos excursiones de un día para no encontrarnos a nadie por casualidad”, relató Sarli. “Hasta nos vestíamos de forma extraña para que nunca pensaran que podríamos ser nosotros”.
Una historia sin rencores
Durante los seis días de estancia, la pareja mantuvo su anonimato. No hubo encuentros ni escenas incómodas. A la vuelta, Davide regresó a Alemania un día antes por motivos laborales. Poco después, la relación entre ambos terminó. Hasta hoy, ninguno de los dos ha contado esta historia directamente a los novios.
Sin embargo, Sarli decidió compartirla públicamente meses después a través de un vídeo en TikTok, que se volvió viral. “Nunca se trató de ellos, sino de un gran malentendido que se convirtió en una gran historia”, afirmó. Ahora, Davide tiene planes de casarse este mismo año. Según Sarli, esta vez no hay lugar a dudas: está “oficialmente invitada”.
“Lección aprendida: siempre verifica dos veces y nunca confíes en la versión de tu novio sobre la logística de la boda”, concluyó Sarli.
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