Dos vecinos de una granja tendrán que aguantar los ruidos molestos de los cencerros de las vacas: la Justicia frena su demanda

Los afectados presentaron una queja civil argumentando que el constante tintineo de los cencerros entre las 22:00 y las 07:00 afectaba su tranquilidad

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Vacas (Freepik)
Vacas (Freepik)

En un pequeño distrito del cantón de Friburgo, Suiza, se ha llevado a cabo una peculiar disputa sobre el sonido de los cencerros de las vacas durante la noche. Dos propietarios de un terreno, vecinos de una granja, presentaron una queja civil argumentando que el constante tintineo de los cencerros entre las 22:00 y las 07:00 afectaba su tranquilidad y calidad de vida y para respaldar su demanda, elaboraron un horario de emisiones sonoras y realizaron mediciones propias de los niveles de ruido.

En los tribunales, la demanda inicial, presentada en primera instancia, logró un resultado parcial favorable: se ordenó la retirada temporal de los cencerros. Sin embargo, el Tribunal Cantonal de Friburgo ha revocado esta decisión, indicando que era necesaria una evaluación técnica independiente. Además, los demandantes solicitaron medidas provisionales para suspender el uso de las campanas mientras se resolvía el caso de fondo.

El Tribunal Federal suizo, máxima autoridad judicial del país, ha rechazado esta solicitud de medidas provisionales. Según su fallo, publicado el jueves 5 de diciembre de 2024, no ha habido violación del derecho de los demandantes a ser escuchados, y consideró que la “experticia privada” presentada no era suficiente para justificar una medida de suspensión inmediata.

La Segunda Sala de Derecho Civil ha concluido que el Tribunal Cantonal actuó dentro de los márgenes del derecho suizo al evaluar correctamente las pruebas privadas y remitir el caso para una pericia objetiva. Además, ha sostenido que el rechazo a las medidas provisionales no era cuestionable jurídicamente, dejando en claro que la causa deberá seguir su curso antes de llegar a una decisión final.

¿Se pueden denunciar los ruidos de los animales de granja en España?

En el ámbito rural, los conflictos por el ruido generado por animales de granja han suscitado debates sobre la convivencia y el derecho a un entorno saludable. Según un análisis reciente, en áreas rurales no existe una normativa específica que regule el ruido como en las ciudades, donde las ordenanzas municipales abordan la contaminación acústica. En el campo, la regulación se basa en el sentido común y las relaciones de vecindad, lo que complica la resolución de disputas por vías administrativas o judiciales.

En Aranda de Duero, una localidad de la provincia de Burgos, el canto de un gallo generó en 2019 una disputa que culminó en una sanción económica. El Ayuntamiento falló a favor de una vecina de La Aguilera, quien presentó una queja formal debido al ruido excesivo producido por el animal. Según informó La Razón, el propietario del gallo tuvo un plazo de un mes para implementar medidas correctivas; de lo contrario, podría enfrentar una multa que oscila entre 12.001 y 300.000 euros.

La controversia comenzó cuando los residentes de la calle San Sebastián número 7 de La Aguilera, una entidad local de Aranda de Duero, se vieron afectados por el canto del gallo que comenzaba a las cuatro de la madrugada. La situación se volvió insostenible para los vecinos, quienes decidieron presentar una denuncia ante el Ayuntamiento después de intentar sin éxito dialogar con el dueño del corral.

Tras la denuncia, presentada en julio del año anterior, se llevaron a cabo mediciones técnicas para evaluar el nivel de ruido tanto de día como de noche, dentro y fuera de las viviendas afectadas. Los resultados mostraron que el canto del gallo superaba los límites de decibelios permitidos por la normativa vigente. En concreto, se registraron niveles de hasta 66 decibelios en la calle y 41,2 decibelios dentro de las viviendas durante la madrugada.

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