En los últimos años, los delincuentes han comenzado a utilizar cada vez más cuentas corrientes a nombre de terceros para lavar los beneficios de actividades ilícitas. Estas cuentas, conocidas como “cuentas mula”, sirven como intermediarias para mover dinero de origen fraudulento de un punto a otro, en operaciones de blanqueo de capitales. El nombre “mula” hace referencia a cómo estas cuentas transportan el dinero de los delincuentes, similar a las personas que, a veces sin saberlo, transportan droga a través de sus equipajes.
¿Cómo reclutan a las mulas bancarias?
Los delincuentes suelen abrir cuentas a nombre de otras personas, utilizando datos robados mediante técnicas como phishing, smishing y otras formas de ingeniería social. Esto incluye anuncios falsos de empleo, alquileres o vacaciones, a través de los cuales obtienen acceso a las cuentas bancarias de las víctimas sin que estas se den cuenta. En otros casos, son las propias personas las que, voluntariamente o por ignorancia, proporcionan sus datos a los delincuentes o abren cuentas para ellos.
En ocasiones, personas como jóvenes o aquellas con poca formación se prestan a este tipo de actividades, desconociendo las consecuencias legales que pueden enfrentar. Prestar una cuenta o datos personales para realizar operaciones ilegales puede ser considerado tan grave como ser parte de una organización criminal, con responsabilidades penales y civiles, incluyendo la obligación de resarcir a las víctimas de los delitos cometidos.
Cómo prevenir ser víctima o cómplice
Es fundamental tener en cuenta que ceder una cuenta o compartir datos personales para movimientos de dinero relacionados con actividades ilícitas puede acarrear serias consecuencias. Las autoridades aconsejan seguir estas recomendaciones:
- No entregues las claves ni los datos bancarios a terceros. Las cuentas abiertas a tu nombre pueden ser utilizadas con fines delictivos, y serás responsable cuando las autoridades investiguen.
- No realices operaciones bancarias siguiendo instrucciones de personas desconocidas. Desconfía de empleos que te pidan ser titular de una cuenta y ponerla a disposición de una empresa para operar con ella. Estarás cometiendo un delito.
- No compartas tus datos personales a cambio de dinero. Los delincuentes usarán tu información para estafar a otras personas. El beneficio que obtengas nunca compensará las responsabilidades legales.
- Evita dar información personal a desconocidos en redes sociales o en cualquier medio público. Si sospechas que has sido engañado, denuncia el caso a las autoridades.
- No hagas clic en enlaces de correos electrónicos, SMS o mensajes que se hacen pasar por tu banco. Las entidades bancarias nunca piden información sensible a través de esos medios. Ante cualquier duda, contacta directamente con tu banco.
- Informa a las autoridades si detectas una cuenta que no has contratado. Si alguien ha robado tus datos y te está suplantando, es crucial alertar a las autoridades.
Una estafa tipo
Francia está alertando estos días. Recientemente, se ha registrado allí una modalidad de estafa que también utiliza las “mulas bancarias”. Los delincuentes realizan una transferencia de dinero a la cuenta de la víctima, y luego la contactan alegando un error. La víctima es invitada a devolver la suma transferida, pero el objetivo de los delincuentes es borrar la trazabilidad del dinero mediante estos movimientos. Esta estafa ha afectado a diversas personas vulnerables, como jubilados o desempleados, a quienes se les ofrece una compensación económica a cambio de utilizar sus cuentas.
Una mujer de 50 años casi cae en esta trampa, pero, afortunadamente, contactó a su banco antes de realizar la transferencia. La entidad la desaconsejó y, al no recibir el dinero de vuelta, el delincuente insistió a través de mensajes y llamadas. En este tipo de situaciones, se recomienda no mover el dinero y contactar inmediatamente con tu asesor bancario.