Los estudiantes que han terminado los estudios de enfermería saben que una de las posibilidades que tienen de cara a labrarse una carrera es presentarse al examen EIR (Enfermero Interno Residente), una oposición que se realiza a nivel nacional para lograr una plaza como especialistas en el Servicio Nacional de Salud.
De este modo, los graduados deberán demostrar en ese examen todos los conocimientos adquiridos, teóricos y prácticos, durante su formación, para demostrar que son aptos para tratar de la mejor manera a sus pacientes. Según la puntuación obtenida, además, los candidatos pueden elegir entre las diferentes especialidades que se ofertan: ginecológica y obstétrica, pediátrica, familiar y comunitaria, de salud mental, del trabajo o geriátrica.
Así se descompone el salario de una enfermera
Hay que tener en cuenta que, como las competencias sanitarias están en manos de las comunidades autónomas, el salario de un EIR puede variar según el territorio. Sin embargo, la estructuración del sueldo suele ser similar, y es que hay un sueldo base al que se le suelen añadir diferentes complementos. Sin embargo, hay algunas cosas que no varían: el salario básico de una enfermera residente que acaba de entrar, por ejemplo, es de 1.113,98 euros netos al mes en su primer año.
Anualmente esta cantidad irá aumentando, hasta llegar a una cifra situada entorno a los 1.600 euros netos. A esto habría que añadirle dos pagas extras, de una cantidad de 812,45 euros que se ingresan en junio y diciembre. Aquí entrarían en juego las diferencias por comunidad autónoma, ya que habría que añadir un complemento de destino, el cual varía incluso según el hospital.
La especialización de una enfermera, así como las necesidades que esta pueda implicar, también son motivo de un añadido en el salario, al igual que su rendimiento en el servicio puede ser meritorio de un complemento conocido como CRP (de Rendimiento Profesional). Por otro lado, el desarrollo profesional a largo plazo puede verse incrementado con otro pago más, contemplado en el artículo 43 de la Ley 55/2003, pero que solo se da en algunos casos.
Pagos aparte y una suma que puede ser muy alta
Por otro lado, las guardias son otro factor muy importante a la hora de que el salario de un enfermero o enfermera residentes pueda ser cuantioso. Trabajar en turnos de noche o en festivos se paga con mayores cantidades, de modo que este tipo de cuestiones pueden hacer que el sueldo aumente a final de mes. Eso sí, habrá que tener en cuenta que cuestiones como las guardias son pagadas aparte, por lo que no entrarían dentro de la nómina en un primer momento.
Según la escuela para opositores Formación Ninja, el sueldo de una enfermera EIR puede llegar hasta los 2.500 euros al mes. Esta cantidad se ve reflejada en los datos de las nóminas publicados por el Servicio Andaluz de Salud en 2023. Al sueldo base de 1.113,98 euros habría que añadirle un complemento de destino de un máximo de 549,89 euros y otro específico de hasta 622,21 euros. Unas cantidades a las que se añadirían las pagas extras, las guardias e, incluso, un CRP cuando ya haya desarrollado una carrera sólida.