Qué es el fenómeno de El Niño del que alerta la ONU y cómo afectará a España

Este episodio se caracteriza por aumentar la temperatura global del planeta y se produce cíclicamente de manera irregular, en periodos de entre dos y siete años

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El fenómeno tiene dos etapas. La Niña, terminado recientemente, hace que las aguas del Pacífico Ecuatorial Central y Oriental estén más frías de lo habitual. En el caso de El Niño, que está emergiendo ahora, sucede lo contrario: las aguas se calientan más de lo normal

La advertencia que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) había lanzado sobre la llegada del fenómeno metereológico de El Niño se ha convertido en realidad, lo que puede impulsar las temperaturas globales hacia valores récord.

En realidad el fenómeno se denomina El Niño-Oscilación del Sur y tiene dos etapas: La Niña y el Niño, que se diferencian por la temperatura que alcanza el agua superficial del Pacífico Ecuatorial Central y Oriental, una zona oceánica muy amplia. La Niña, cuyo último episodio ha terminado recientemente después de tres años, hace que estas aguas estén más frías de lo habitual, mientras que en el caso de El Niño, que está emergiendo ahora, sucede lo contrario: las aguas se calientan más de lo normal.

Cuenta de Twitter de Aemet.
Cuenta de Twitter de Aemet.

“Acabamos de tener los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar de que en los últimos tres años hemos tenido un enfriamiento de La Niña que ha actuado como freno temporal al aumento de la temperatura global”, señaló hace unas semanas el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, que indicó que muy probablemente el desarrollo de El Niño provocara después un nuevo repunte del calentamiento global.

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El Niño suele ocurrir, en promedio, cada dos o siete años y sus efectos se dejan sentir más allá de esa zona del Pacífico, “debido a las teleconexiones atmosféricas”, explica a Infobae España el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo. Con el fenómeno, la temperatura media del planeta “tiende a subir por esa gran cantidad de agua oceánica caliente”, razón por la cual la OMM alertaba hace poco de que había “un 98% de probabilidades de que al menos uno de los próximos cinco años, así como el lustro en su conjunto, sean los más cálidos jamás registrados” a escala global, recuerda Del Campo.

Teniendo en cuenta este fenómeno más el aumento de las emisiones de dióxido de carbono, el planeta podría superar el límite de temperatura de 1,5 grados centígrados, comenzando desde este año y hasta 2027.

“No hay una tendencia clara”

Aunque es complicado saber qué efectos podría tener El Niño en España, porque “no hay una tendencia demasiado clara”, añade el experto, después de haber analizado episodios anteriores de este fenómeno se ha observado una “cierta correlación con otoños lluviosos”, al igual que entre el final del invierno y la primavera podría haber un periodo más seco. En cualquier caso, señala Del Campo, esto no se puede tomarse como un pronóstico para el futuro otoño, porque en esas teleconexiones atmosféricas “influyen otros muchos factores”.

 Varias personas se protegen de una fuerte tormenta en Teruel el pasado 6 de junio. (EFE/Antonio García)
Varias personas se protegen de una fuerte tormenta en Teruel el pasado 6 de junio. (EFE/Antonio García)

En cuanto a las intensas lluvias que han caído en los últimos días en varias comunidades autónomas, el portavoz de la Aemet recuerda que no son cantidad suficiente como para paliar la sequía prolongada que atraviesa el país, pero sin duda han aliviado la situación. Estas precipitaciones “han humedecido los suelos y han salvado cierto estrés hídrico para los ecosistemas, lo cual es una muy buena noticia, y además están ayudando a que el riesgo de incendio no esté en niveles altos”, pues hay que recordar que el año pasado a estas alturas “ya casi se había quemado la superficie que suele arder después de todo el verano”.

No obstante, Del Campo aclara que desde el 1 de octubre y hasta ahora las lluvias “aún están un 20% por debajo de lo normal” y que esta es la segunda primavera más seca desde que existen registros desde 1961. Los niveles de agua embalsada han seguido incluso descendiendo, porque aunque estas últimas lluvias “pueden parecer muy abundantes”, indica, “no son tan eficaces como las otoñales, que caen de forma constante y durante un tiempo más prolongado”. Además, como nos encontramos a las puertas del verano, las demandas de agua “son también más abundantes”, añade.

Respecto a este verano, la Aemet ya ha indicado que además de que puede convertirse en uno de los cinco más cálidos de las últimas tres décadas, podría ser tormentoso, lo que supondría un alivio a las altas temperaturas.

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