En el año 2003, llegó a los cines Perdidos en Tokio, una película de Sofia Coppola protagonizada por Bill Murray y Scarlett Johansson que narraba cómo dos personas que aparentaban tener todo en su vida, se sentían profundamente solas, y al conocerse por mera casualidad en la caótica ciudad de Tokio, surge una entrañable amistad.
La película causó furor en la 77° entrega de los premios Oscar, llevándose la estatuilla a Mejor Guión Original. Rápidamente, Perdidos en Tokio se volvió de culto, sobre todo por la escena final donde los personajes de Murray y Johansson se despiden. Mientras se abrazan, Murray se acerca al oído de Johansson y le susurra algo, lo que provoca las lágrimas de Scarlett y un beso con el que le dicen adiós a lo que vivieron durante su estadía en la capital japonesa.
Lo que Bill le susurró a Scarlett en esta escena se convirtió en uno de los misterios más grandes del cine, y cientos de internautas dedicaron horas de tiempo e investigación para descifrar la incógnita. En su momento, muchos creyeron que el misterio ya se había revelado, pues un usuario aisló el audio y aseguró que las palabras que Murray pronunció eran las siguientes:
Esta bella frase le dio paz a los amantes del cine de todo el planeta, dando el caso por cerrado. Sin embargo, en una reciente entrevista que Scarlett Johanson brindó a Yahoo Entertainment durante la promoción de la cinta Asteroid City de Wes Anderson, se le cuestionó a la actriz la veracidad de las palabras que los internautas habían dado por ciertas, y esta fue su respuesta:
De esta forma, a 20 años del estreno de una de las películas más aclamadas del siglo XXI, el misterio del susurro de Bill Murray vuelve a aparecer. No obstante, parece que los fanáticos no estaban del todo equivocados, pues tras procesar un poco la frase que se popularizó, Scarlett dio a entender que estaba muy cerca de la original.
Lo que pronunció Bill en el oído de Scarlett es un misterio incluso para la misma Sofia Coppola, quien asegura que el actor improviso esa parte del guión. La idea original era que Charlotte, el personaje de Johansson comenzara a llorar, a lo que Bob, personaje de Murray, pregunta “¿por qué estás llorando?”. Charlotte responde “Te voy a echar de menos” y Bob sentencia “Lo sé, yo también te voy a echar de menos”.
Coppola asegura que este cambio en el guión funcionó mucho mejor, pues le dio a esta escena final un halo de intimidad entre Bob y Charlotte, algo que sólo ellos podrán compartir.
Probablemente nunca se sepa cuales eran las palabras de despedida de Bob a Charlotte, pero al menos se sabe que Scarlett Johansson está muy satisfecha con la historia de Coppola, incluso en un contexto post #MeToo donde la idea de un hombre mayor teniendo una relación tan íntima con una chica que aparenta la mitad de su edad, no sería tan bien recibida en los cines.
“La forma en que estos dos personajes se afectan mutuamente es realmente profunda. Lo ves y no lo juzgas. Se trata de dos personas que se encuentran en una circunstancia que les es ajena y que les resulta familiar. Por eso conectan entre sí. Sientes que si se conocieran en cualquier otro lugar o en cualquier otro momento, no serían tan vulnerables a conectar de esa manera”.
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