Hollywood ha producido otro drama apasionante. La batalla de 100.000 millones de dólares entre Netflix y Paramount para comprar Warner Bros. Discovery tiene jugosos ingredientes para la trama, desde un ambicioso multimillonario hasta misteriosos inversores saudíes e incluso un cameo del yerno del presidente. Mientras el estudio evalúa sus opciones, se esperan semanas de entretenimiento.
La venta promete revolucionar la guerra del streaming, en la que los estudios de Hollywood se disputan los suscriptores. Paramount, un estudio relativamente pequeño, anhela escala para competir con los grandes. Netflix, a la cabeza por lejos, quiere más contenido para su enorme catálogo. Pero centrarse en la guerra del streaming pasa por alto una trama más amplia.
A pesar de los miles de millones que los estudios han gastado en nuevas películas y series en los últimos años, el público pasa cada vez más tiempo viendo contenido creado fuera de Hollywood, a menudo por aficionados. La fuente más popular de distracción por vídeo en Estados Unidos no es Warner Bros. ni ninguno de sus competidores, sino YouTube. La plataforma, propiedad de Google, representa el 28% del streaming en televisores en Estados Unidos, frente al 19% de Netflix. Esto sin contar las horas que se pasan navegando en los móviles.
Los jefes de Hollywood afirman que su negocio es diferente al de los vídeos online improvisados, creados para ver en el baño. Tienen razón, pero la diferencia se está reduciendo. En primer lugar, pensemos en la tecnología. Las plataformas sociales son compatibles con las pantallas móviles, pero sus vídeos se ven cada vez más en televisión: los estadounidenses pasan más tiempo viendo YouTube en televisión que en sus teléfonos. Al mismo tiempo, Hollywood depende menos de los cines en favor de la televisión y se está moviendo hacia pantallas aún más pequeñas. En los países pobres, donde los espectadores son más propensos a ver vídeos de larga duración en sus teléfonos, ofrecen planes exclusivos para móviles.
En segundo lugar, los modelos de negocio están convergiendo. A medida que las plataformas de streaming buscan nuevas audiencias, están trascendiendo las suscripciones y optando por la publicidad, que antes era territorio exclusivo de las redes sociales. Al mismo tiempo, estas plataformas sociales están incursionando en las suscripciones; los planes sin publicidad de YouTube (que incluyen música) cuentan con más de 125 millones de suscriptores, aproximadamente la misma cantidad que Warner Bros.
El tercer ámbito de coincidencia es el más controvertido: el contenido. Las plataformas de streaming se están adentrando en formatos popularizados en redes sociales. Amazon Prime Video tiene una serie protagonizada por MrBeast, la mayor estrella de YouTube; Netflix planea emitir podcasts de vídeo desde Spotify; los estudios chinos están produciendo “microdramas”, episodios de dos minutos en series de 90 episodios. Mientras tanto, las plataformas sociales están mostrando contenido más parecido a la televisión. Los programas de entrevistas de YouTube como “Chicken Shop Date” están robando audiencia al formato tradicional de la televisión nocturna; y ahora también están robando invitados de primera línea. La inteligencia artificial está ayudando a reducir la brecha entre los efectos visuales profesionales y los amateurs, y poniendo a disposición de todos servicios como el doblaje en lenguas extranjeras. Las empresas de medios profesionales utilizan cada vez más las redes sociales para su distribución (se pueden encontrar vídeos de The Economist en TikTok y similares).
Este nuevo panorama competitivo implica que los destructores de monopolios no deberían descartar a Netflix de la carrera por Warner, como argumentan muchos en Hollywood. Puede que domine el streaming, pero en el contexto más amplio del mercado, es un actor menor. Por la misma razón, Paramount es más fuerte de lo que parece. Puede que solo sea un actor secundario en Hollywood, pero la familia Ellison, que la controla y apoya a Donald Trump, ha sido nombrada por el presidente como parte de un grupo que gestionará la prometida versión estadounidense de TikTok. Participar tanto en medios profesionales como en redes sociales promete también darles poder.
Hollywood afirma que su contenido premium prevalecerá en esta nueva guerra. Las ofertas por Warner, que reflejan una alta valoración de su catálogo y propiedad intelectual, sugieren que los profesionales están cumpliendo sus promesas. Pero quien gane la batalla por Warner se enfrenta a una contienda más importante.
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