Se lanza la cuarta edición del Premio Nacional de Arquitectura y Diseño Urbano Sustentable

Esta iniciativo busca distinguir el buen construir regido por criterios sustentables. Bajo este principio, dos reconocidas organizaciones premiarán las mejores propuestas de organismos, graduados y estudiantes

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El Parque Inundable de la Democracia en la Provincia de Chaco por el arquitecto Adrián Prieto Piragine ganó, el año pasado, El Primer Premio al Diseño Urbano Nacional Sustentable. Se propuso una intervención respetuosa de las condiciones hídricas y paisajísticas preexistentes, así como la recuperación de situaciones ambientales originales, perdidas por el impacto de la urbanización
El Parque Inundable de la Democracia en la Provincia de Chaco por el arquitecto Adrián Prieto Piragine ganó, el año pasado, El Primer Premio al Diseño Urbano Nacional Sustentable. Se propuso una intervención respetuosa de las condiciones hídricas y paisajísticas preexistentes, así como la recuperación de situaciones ambientales originales, perdidas por el impacto de la urbanización

Más de 300 profesionales de la disciplina participaron del Premio Nacional de Arquitectura y Diseño Urbano Sustentable organizado por Saint Gobain y la Federación de Entidades de Arquitectos (FADEA), el certamen que comenzó teniendo mayor penetración en la provincia de Buenos Aires y que hoy tiene, también, participación federal. Los dos premiados serán acreedores de un pasaje aéreo, estadía y acceso a la Feria Futurebuild 2020, que se va a realizar del 3 al 5 de marzo de 2020, en Londres, Reino Unido.

Eduardo Beckinschtein, presidente de FADEA, en diálogo con Infobae definió la arquitectura sustentable: “Es aquella que considera todos los factores vinculados al medio ambiente, en especial el ahorro energético, el control de los balances térmicos de las obras, así como el uso de las energías renovables”. Para el especialista no se trata simplemente de una tendencia sino de una condición de la arquitectura actual. “Los arquitectos tienen la responsabilidad de cuidar el medio ambiente, sobre todo, considerando que el 50% de las emisiones de carbono surgen de las ciudades”.

Frente al cambio climático, consideró fundamental la toma de medidas que tiendan al control de las emisiones de carbono y del consumo de la energía que incluye poder generarla tanto para el consumo como para ser volcada a la red. “La idea es que un edificio pueda tener un balance térmico 0, es decir que no pierde energía. Y que, de alguna forma, se autoalimente con la energía que fabrica. Este es uno de los principales objetivos que deberían tener las obras de arquitectura en la actualidad”. Beckinschtein no concibe otra forma de construir que no contemple criterios a fines al cuidado del medio ambiente. “La urbanización continua y creciente tiene que ir de la mano del cumplimiento de parámetros sustentables. Es un proceso que va desde la concepción de la obra, el proyecto, y la construcción, hasta el uso y mantenimiento de los edificios. El ahorro energético se puede lograr con soluciones muy simples como la orientación de la obra, así como ciertos tecnicismos. No se trata de sofisticación, sino de cuidar el medio ambiente”.

El año pasado el Primer Premio de Arquitectura Nacional Sustentable fue para Proyecto Popa, ubicado en Isla Maciel. El jurado distinguió el proyecto por conjugar la incorporación de aspectos sustentables en un contexto de emergencia social
El año pasado el Primer Premio de Arquitectura Nacional Sustentable fue para Proyecto Popa, ubicado en Isla Maciel. El jurado distinguió el proyecto por conjugar la incorporación de aspectos sustentables en un contexto de emergencia social

Mariano Bo, CEO de Saint Gobain para Argentina, Chile y Perú, se incorporó al debate y aportó 5 puntos clave inherentes al buen construir. “El confort térmico, acústico y visual; la armonía con el entorno cultural y geográfico; medios de producción y la utilización que hacemos de recursos naturales; la interacción del hecho arquitectónico con la comunidad; y métodos de producción que favorezcan la calidad vida de las personas que trabajan en la obra, la ergonomía y la reducción de los tiempos de ejecución”. Y resumió: “Las pequeñas decisiones de diseño pueden cambiar sustancialmente la perdurabilidad, envejecimiento de las obras, y su calidad. Hay que volver a las fuentes con soluciones simples que hagan un aporte importante para la obra durante su vida útil”.

Con respecto al concurso explicó que su premisa es mejorar la calidad de vida y el hábitat en general a partir de la arquitectura. Y demostrar que el universo de lo sustentable en relación a la construcción, está dado por el buen construir en todos sus términos. “Lanzamos esta iniciativa para que instituciones, graduados y estudiantes de todo el país, presenten sus obras y proyectos con énfasis en la sustentabilidad”.

El Proyecto Popa buscó reemplazar las viviendas precarias existentes por módulos básicos de 24 m2 compactos. La rapidez que ofrece este sistema en seco permite causar el menor problema posible a sus habitantes
El Proyecto Popa buscó reemplazar las viviendas precarias existentes por módulos básicos de 24 m2 compactos. La rapidez que ofrece este sistema en seco permite causar el menor problema posible a sus habitantes

La edición anterior del Primer Premio de Arquitectura Nacional Sustentable fue para Proyecto Popa, ubicado en Isla Maciel, Provincia de Buenos Aires. Bo explicó que la isla tiene una tradición de construcciones en chapa, que ya es una característica cultural, con una estética e identidad, que comparte con el barrio de La Boca. “Retomando esta identidad se propuso construir una serie de módulos básicos de 24 m2, que contienen la vivienda con sus servicios. Se obtuvo así una vivienda que ofrece a las familias confort habitacional y servicios de higiene dignos. Se buscó reemplazar las viviendas precarias existentes por estos módulos compactos que se insertan en el mismo sitio recuperado. Es muy importante la rapidez que ofrece este sistema en seco para causar el menor problema posible a sus habitantes”.

Los autores explicaron cómo resolvieron el proyecto sustentable: “Se optó por una tecnología básica dentro del concepto del Steel Frame, con un costo de 200 dólares por metro cuadrado. La estructura metálica se recubrió con un sándwich compuesto por: una cara interior de un panel aglomerado de OSB o placa de roca de yeso, un panel de aislación térmica, una barrera de vapor. Y, finalmente, en el exterior, la chapa acanalada. La estructura se asienta sobre una platea de hormigón pobre, con su correspondiente aislación hidrófuga”.

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