Tras la baja de diez puntos del impuesto PAIS, que comenzó a regir este lunes, tal como lo había adelantado la semana pasada el ministro de Economía, Luis Caputo, los importadores reaccionaron positivamente a la medida y anticiparon que esta reducción, sumada a otras medidas que puedan sucederle, como la disminución de aranceles, podrían impactar positivamente sobre los precios en el mediano plazo. También se refirieron al impacto que esta baja del gravamen tendrá en las operaciones de comercio exterior y le pidieron al Gobierno que continúe en el camino de mejorar las condiciones para que los empresarios puedan operar sin controles y con cada vez mayor competitividad.
“Un paso necesario, pero con mucho camino por delante aún, que aliviaría la presión de un impuesto distorsivo sobre los costos del comercio exterior, la producción y el consumo”, señalaron fuentes de la Cámara de Importadores de la Argentina (CIRA), ante la consulta de Infobae. Sobre el impacto que esta medida podría tener sobre los precios, desde la entidad agregaron que “la baja de impuestos distorsivos, como la de aranceles sobre las materias primas, insumos o bienes importados, podrían tener un efecto positivo sobre los precios en el mediano plazo. Su impacto es directo”.
Más allá de que se trata de un tributo aplicado de forma temporal y que el Gobierno estaba convencido de que había que eliminarlo cuando estuviesen dadas las condiciones, el equipo económico cree -y espera- que esta reducción de diez puntos porcentuales debería verse reflejada en los precios, y más aún en los productos que ingresan al país directamente para su consumo. En esos casos, el impacto para el consumidor debería ser prácticamente lineal. Cuando lo que se importan son insumos o materias primas, en esos casos dependerá de la incidencia que tengan esos componentes provenientes del exterior en el costo total. Las expectativas del mercado, y de los propios productores nacionales, no son muy alentadoras en este sentido. A lo sumo, afirman, ayudará a sostener algunos meses más los valores actuales.
Respecto de si esta rebaja permitirá un fuerte crecimiento de las importaciones, desde la entidad remarcaron que “podrían darse picos de importación producto del postergamiento de las nacionalizaciones (fines de julio y agosto) ante la noticia de la reducción del impuesto PAIS”, pero “no por nuevas importaciones”. Sucede que cuando Caputo anunció, meses atrás, que en septiembre avanzaría con la baja del gravamen, muchos operadores optaron por demorar las compras al exterior para poder hacerlo a un dólar más bajo, ya que a partir de hoy, el dólar para importadores será de $1.024, cuando hasta ayer era de $1.120.
Pero en la CIRA afirman que, más allá de esos picos, no avizoran un crecimiento importante de las importaciones a raíz de la baja del impuesto debido a que la demanda todavía no está pujante. “Aún hay excedentes de stock y una demanda que no termina de despegar para visualizar un crecimiento exponencial de nuevas importaciones. No prevemos que haya nuevas importaciones adicionales por la baja del impuesto PAIS. Sí un aumento por las postergaciones que hubo antes, pero aún no sabemos todavía cómo repercutirá en la decisión de cada empresa. Es difícil estimarlo desde CIRA en este momento”, dijeron las fuentes consultadas.
Los datos de julio muestran un nivel de importaciones de U$S 5.646 millones, que representaron una merma de 16,5% respecto del mismo mes del año pasado. Este número ya implicó una mejora respecto de los valores que se venían observando los meses previos, que oscilaban entre los USD 4.700 millones y los USD 5.000 millones. De hecho, la contracción interanual disminuyó a la mitad. En junio, había sido del 35,2%. Es esperable que a partir de septiembre los números sean incluso mejores por el efecto del impuesto PAIS pero además porque algunos sectores comenzaron a advertir una leve mejora en los niveles de actividad.
Por última, desde la entidad insistieron en que “el comercio exterior necesita continuar su camino de eliminación de impuestos distorsivos, la eliminación del cepo cambiario, la revisión de los costos y competencia de la logística y los puertos, entre otros temas”. Saben que el Gobierno van por ese camino y aplauden la decisión. Incluso, reconocen que desde que diciembre comenzaron a normalizarse las operaciones, ya no es necesario pedir una SIRA para importar -ahora el proceso es automático- y los pagos, si bien todavía no son normales, mejoraron sustancialmente, consideran en el sector.
Los 7,5 puntos que todavía quedan del impuesto PAIS quedarían eliminados en enero. A ello se sumará la rebaja de varios aranceles a la importación que tiene en estudio -y al salir- el equipo de Comercio; y la salida del cepo, el gran objetivo del presidente Javier Milei, aunque aún no tiene fecha precisa.