Wall Street tuvo un día de fiesta, pero las acciones y bonos argentinos ni reaccionaron a la espera del balotaje

Fue tras conocerse que la inflación en Estados Unidos fue nula en octubre. Pero hoy no hay interés por activos locales, en un contexto de bajo interés que despierta el proceso electoral que concluirá el domingo

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FOTO DE ARCHIVO: Operadores trabajan
FOTO DE ARCHIVO: Operadores trabajan en el piso de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, en Buenos Aires, Argentina February 26, 2020. REUTERS/Agustin Marcarian

Era un jornada ideal para la recuperación de los activos argentinos, que vienen golpeados por la elevada incertidumbre electoral. Pero sucedió lo contrario y prácticamente no reflejaron la fuerte mejora del humor en Wall Street, tras revelarse que la inflación minorista en Estados Unidos fue nula en octubre. Esto alejó los temores de nuevas subas de tasas de interés al menos en lo que resta de 2023, impulsando a los activos de riesgo en países desarrollados pero también en mercados emergentes.

El riesgo país volvió a superar los 2.500 puntos, en parte afectado por la reducción de la tasa a diez años en Estados Unidos. Sin embargo, tampoco hubo interés por comprar bonos globales argentinos, que sufrieron una fuerte caída en los últimos dos meses y se mantienen aletargados en la zona de USD 25 a USD 27. Las acciones argentinas rebotaron, pero casi nada teniendo en cuenta que los principales índices bursátiles en Nueva York treparon 2% en promedio.

Este comportamiento dejó en clara evidencia el nulo interés que existe hoy entre los inversores en incorporar riesgo argentino a sus carteras. Ni siquiera el proceso electoral despierta entusiasmo. En Nueva York reconocen que la candidata del mercado era Patricia Bullrich, pero al quedar fuera de la competencia ya en primera vuelta si diluyó el poco interés que despertaba el recambio político de la Argentina.

Así quedó sepultado el “trade electoral”, que había generado una suba superior al 50% en dólares del mercado de acciones locales en los primeros siete meses del año. También los bonos habían recuperado de manera significativa hasta llegar a los USD 35. Todo quedó en la nada tras las PASO, que depararon la gran sorpresa de la victoria de Javier Milei, algo que la mayoría no tenía en sus cálculos.

Desde los picos de fines de agosto, las acciones argentinas perdieron arriba de 30% y algo similar sucedió con los bonos. Y el resultado de las elecciones del domingo difícilmente generen euforia entre los inversores, gane quien gane. Por supuesto será relevante el mensaje y las señales que envíe el presidente electo a la sociedad argentina, pero también a los inversores.

El dato de 0% de inflación en Estados Unidos y la caída interanual de 3,7% a 3,2% trajo alivio entre los inversores, que ven mucho más cerca la posibilidad del fin del ciclo de suba de tasas de interés por parte de la Reserva Federal.

Sin embargo, la búsqueda de oportunidades ahora se concentra en títulos corporativos norteamericanos, que tuvieron un fuerte aumento de tasa en los últimos meses. Sucedió lo mismo con bonos de mercados emergentes, que también se volvieron más atractivos con caída de precios y subas de rendimientos, en línea además con los aumentos de tasas de los bonos norteamericanos.

Este fenómeno generó que millones de inversores se vuelquen al armado de carteras con bonos de mediano plazo y tasas de entre 7% y 8% anual en dólares, algo que resultaba imposible por lo menos en la última década.

En este contexto, la deuda argentina tiene un atractivo dudoso. Los optimistas consideran que si hay señales de austeridad fiscal, el margen de suba desde los actuales niveles es significativo. Al mismo tiempo, aún en caso de una nueva reestructuración en 2024, es probable que las condiciones sean relativamente amigables aunque esta vez (a diferencia de la efectuada por Martín Guzmán en 2020) sí habría que incluir una significativa quita de capital.

Aunque la compra de deuda argentina podría ser buen negocio a estos valores, los grandes fondos de inversión tienen mucho en cartera producto del anterior canje, por lo que la demanda tendría poco espacio para crecer. Esto también explica por qué no aparece dinero nuevo apostando por esta opción.