A pesar del avance de la variante ómicron las fronteras de muchos destinos internacionales permanecen abiertas para los turistas argentinos. Además de las opciones tradicionales para conseguir alojamiento, una de las alternativas que bien utilizadas pueden llegar a ser a la vez prácticas y económicas, es recurrir al portal de alquileres temporales Airbnb. Pero más allá de su practicidad, la popularidad de la plataforma y el siempre renovado universo de huéspedes hace que una contratación en la que no se toman muchos recaudos pueda terminar siendo un dolor de cabeza.
Desde el correcto uso de la plataforma para evitar estafas online hasta el aprovechamiento de las políticas de reembolso son claves para no quedar a la deriva en un destino lejano. De esa manera, una serie de consejos pueden servir para tener una buena experiencia.
Asegurate de no estar en una web falsa
Una de las formas de fraude virtual más comunes es el “phishing”, un intento de ataque en el que delincuentes tratan de engañar a un usuario para que le ceda voluntariamiente sus datos personales como usuario, contraseña y hasta datos financieros, entre otros. El truco consiste en crear páginas web que imitan a las de servicios como los de Airbnb o cualquier otra empresa (bancos, agencias de viajes, etc.) para que de esa manera un usuario ceda sus datos de ingreso.
Una de las formas comunes de lograr que la víctima entre al sitio falso es a través de un link enviado por mail o mensaje instantáneo, con lo cual antes de entrar a un sevicio como este es imprescindible que revises la url, la dirección de Inrternet del sitio. Tené en cuenta que siempre empieza por “https”, es decir que se trata de una conexión a una página que utiliza lenguaje codificado y, por lo tanto, ofrece mayor seguridad. Como norma, si la página te genera dudas, abandónala.
Y si recibís correos fraudulentos, comunicate con el portal para evitar que otra persona caiga en la trampa.
No trates de ir por fuera de la plataforma
Si, es una necesidad de la plataforma que toda la transacción se realice dentro de ella. Es cierto, si dos personas que se contactaron a través de ella terminan conversando para no pagar la comisión pueden terminar ambos beneficiados con un precio más bajo, para el huésped, y un ingreso más alto, para el anfitrión (más allá de todo análisis ético).
Pero el éxito de servicios como Airbnb no está basado sólo en poner en contacto a las partes. El sistema genera toda una serie de reaseguros, derechos y obligaciones para ambas partes a los que difícilmente conviene renunciar.
No pagues directamente al anfitrión
Aunque el anfitrión te parezca de confianza, al contactarlo por fuera de la aplicación podrías estar cayendo en un engaño por parte del dueño o de alguien que hubiera usurpado su identidad digital. Y, aún si no lo fuera, en caso de quedar insatisfecho con el servicio, necesitar o sufrir una cancelación no quedan vías de reembolso ni reclamo.
Utilizar la página del portal para realizar transacciones económicas es igual de importante que hacerlo a la hora de comunicarse con el anfitrií, ya que, de producirse cualquier problema y pierdes el dinero, Airbnb no se hará responsable. Por lo tanto, aunque así te lo pidieran, no prestes atención.
Hacé una buena lectura de las críticas de anteriores clientes
Como en toda plataforma de e-commerce, la reputación de vendedores y huéspedes es una de las monedas más valiosas dentro de Airbnb. Aunque todos tienen que empezar en algún lado, en lo posible conviene priorizar alojamientos de larga trayectoria y con reseñas positivas por parte de quienes lo han utilizado en el pasado. Al menos si lo que pretendes es evitar una aventura sin resultado predecible.
A priori, conviene desconfiar de un anfitrión sin apenas datos sobre sí mismo que pone al alquiler un departamento sin ninguna crítica de usuarios previos. El sitio provee datos detallados de los anfitriones y, quienes están allí para construirse una reputación y trabajar como anfitriones en el largo plazo tienden a ser muy transparentes en los datos que dan a conocer.
Vas a notár que algunos de ellos se identifican con la etiqueta “Superhost”, un distintivo que destaca a propietarios con mejores reseñas por parte de sus clientes. Un sistema similar al que utilizan mercado Libre y otros sitios para destacar a los vendedores más confiables.
Consultá la política de reembolso
Aunque el portal ofrece formas de protección ante fraudes o incumplimientos de una contraparte, eso no quiere decir que de un momento para el otro se pueda cancelar una reserva o aspirar de inmediato a una devolución del dineero. Según detalla la propia página, son sólo tres los supuestos que permitirán hacerse con el reembolso, por lo que conviene tenerlos muy en cuenta.
El primero de ellos es la anulación por parte del anfitrión de la reserva poco antes del viaje o la imposibilidad “razonable” de acceder al alojamiento (por ejemplo, no tenes acceso a las llaves o al código de seguridad). La segunda es la descripción o ilustración inexacta de la propiedad (tamaño de los ambientes, ubicación del inmueble o falta de servicios publicitados), mientras que el tercer motivo por el que Airbnb acepta el reembolso es por la falta de limpieza o de seguridad, entre otros aspectos.
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