La historia del joven emprendedor que construyó una App que vale USD 1000 millones gracias a los consejos de su novia

Ensayo y error de la exitosa trayectoria del cofundador de Instagram, desde su viaje a México hasta hoy

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Kevin Systrom, una historia con muchas enseñanzas
Kevin Systrom, una historia con muchas enseñanzas

Kevin Systrom abandonó Google frustrado, según el relato del artículo de Entrepreneur Handbook.

“Después de haber pasado casi tres años como gerente de producto en la empresa, Kevin estaba ansioso por asumir más responsabilidades y aplicar su impulso a algo tangible. En cambio, su jefe le ofreció jugar al golf”, recordó.

Su siguiente escala fue NextStop, una puesta en marcha de una aplicación de recomendación de ubicación. Con FourSquare liderando el camino, las aplicaciones de registro estaban de moda a fines de la década de 2000, y un equipo pequeño significaba que Kevin podía asumir más responsabilidades y tomar la iniciativa”.

Tras un año de perfeccionar sus habilidades de codificación en la puesta en marcha, Kevin decidió crear su propia aplicación. “No tenía una idea específica en mente, la idea era básicamente iniciar una aplicación. Probablemente fue la peor idea en la que podríamos haber estado trabajando en ese momento”, recordó el protagonista de esta historia. Para concretarla, Kevin puso sus sandalias en una valija y compró dos pasajes a México, uno para él y otro para su novia. “Ese segundo boleto se convertiría en la mejor inversión que Kevin Systrom haya hecho” se destacó sobre este emprendedor de 36 años.

Para concretar la idea de su primera App, Kevin compró 2 pasajes a México, uno para él y uno para su novia; ese segundo boleto se convertiría en la mejor inversión de su vijda

Burbn, la primera creación de un adulto de Kevin, sonaba bien en el papel. A diferencia de otras aplicaciones, Burbn permitió a los usuarios publicar fotos y videos junto con sus registros. A los inversores les gustó la idea y Kevin recibió dos cheques, uno de Baseline Ventures y otro de Andreessen Horowitz, por un total de 500.000 dólares”.

Sin embargo, aunque Burbn fue fácil de construir, “fue aún más fácil para los usuarios olvidarlo: 80 personas: esa es la cantidad de personas que se unieron a Burbn durante nueve meses”.

Kevin Systrom sonríe en el lanzamiento de IG
Kevin Systrom sonríe en el lanzamiento de IG

“Kevin recuerda que sus amigos conocieron a sus padres a través de la aplicación y se volvieron a conectar con conocidos perdidos hace mucho tiempo. Pero cada vez que mostraba la aplicación a extraños, también conocidos como usuarios potenciales, ellos asentían con entusiasmo y luego la descartaban minutos después”, según la nota.

A partir de este problema, Kevin entendió que “había muchas aplicaciones, muchos planificadores y charlas grupales, pero no había una gran solución para publicar fotos geniales con muchos amigos a la vez”.

Durante su viaje a México, Kevin le preguntó a su novia por qué no publicaba fotos en Burbn y ella le sugirió que probablemente debería agregar filtros a las fotos. “Regresamos de ese paseo, fui directamente a la habitación, tomé mi computadora portátil e hice el primer filtro, que era X-Pro II”, contó él. “En unas semanas, Burbn fue despojado de todas las funciones, excepto para compartir fotos. La versión destruida se descargó 25.000 veces el primer día” "¿Cómo se llama a una aplicación que envía instantáneas con la cámara a la velocidad de telegram? Así es: Instagram.

Los cofundadores de Instagram Mike Kriege y Kevin Systrom
Los cofundadores de Instagram Mike Kriege y Kevin Systrom

Según el autor, “Kevin es un programador autodidacta, pero admite que nunca podría crear Instagram sin la ayuda de sus amigos más competentes”. En este sentido, cree que no se construye una empresa de mil millones de dólares a los 26 esperando un milagro. “La parte más difícil es encontrar el problema a resolver; las soluciones son bastante fáciles, alude a la sabiduría de Einstein de comprender el problema y la solución surgirá”.

“Un día en el trabajo es más de un año en un libro”. Grandes palabras que provienen de alguien que tiene una pila de libros al lado de la cama en todo momento.

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