Rodolfo De Paoli: “Si me iba muy mal iban a decir que era un periodista que no podía dirigir, y si me iba muy bien iban a hablar de los arbitrajes”

El director técnico de Barracas Central, recién ascendido a Primera, y relator de TyC Sports que sigue a la selección argentina, rechaza las críticas por fallos arbitrales que beneficiaron a su equipo y asegura que estará en Qatar en su faceta periodística

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Rodolfo De Paoli con el trofeo obtenido tras ganar la final del reducido a Quilmes y obtener el ascenso a primera división
Rodolfo De Paoli con el trofeo obtenido tras ganar la final del reducido a Quilmes y obtener el ascenso a primera división

“El fútbol me salvó. Yo amo al fútbol por encima de ser relator o cualquier otra cosa y estoy conmovido porque una vez no pude jugar más en Nueva Chicago por una lesión y no sabía qué iba a ser de mi vida”, fueron las palabras que utilizó Rodolfo De Paoli, después del triunfo por penales (5 – 4) ante Quilmes, que le permitió el ascenso a la máxima categoría con Barracas Central. En la televisión se reflejaban sus lágrimas y la emoción. El periodista deportivo y relator, que se posicionó con estilo pasional -- “¡Pero que viva el futbol!”, “Me vuelvo loco”, “Aguante corazón aguante”, “Amigos del fútbol, amigos de la patria futbolera” – después de estar un año al frente del cuerpo técnico del Guapo, logró algo impensado para la comunidad de la calle Luna y se convirtió en el promotor del máximo hecho histórico que obtuvo el club que preside Matías Tapia (hijo de Claudio “Chiqui” Tapia, actual presidente de la AFA)

De Paoli, antes de abrazar su presente actual, fue jugador de fútbol. A los 18 años debutó en la primera de Chicago – club del cual confiesa ser hincha y donde su padre, Jorge De Paoli, fue presidente en los ‘80 – pero su paso por el Torito de Mataderos fue fugaz. Sin demasiada expectativa, intentó probar suerte por México, Ecuador y El Salvador, pero se topó con varios traspiés de los intermediarios y a los 22 años decidió retirarse. Sin poder pensar en otra cosa que no fuera una pelota, decidió estudiar y prepararse como periodista deportivo y su primera inserción fue como relator de la campaña de Chicago en una radio partidaria. Después, se presentó en un casting que organizó radio Mitre, en búsqueda de un relator por la salida de Alejandro Fantino, y entre 400 postulantes, quedó para relatar a Boca.

“Escuchaba la radio, como cualquier hincha de fútbol, y me gustaba como relataba Víctor Hugo (Morales), (José María) Muñoz, me encantaba como relataba (Marcelo) Araujo y también Mariano (Closs). Era lógico que terminara haciendo esto, porque era un futbolista que le gustaba mucho el fútbol, que soñaba con ser entrenador de grande. Por eso digo que el fútbol me salvó, pero no significa que esté pregonando que no estudien. Al contrario, me recontra preparé. El fútbol fue mi mayor combustible espiritual”, cuenta De Paoli a Infobae.

En el auge de esas incursiones por el mundo del periodismo, decidió prepararse para ser entrenador e hizo sus primeras armas en Deportivo Riestra. En el Blanquinegro alternó buenas y malas y siguió su camino como DT al frente de Argentino de Merlo. Ahí su campaña fue de regular para arriba y consiguió su primer objetivo: sacar al equipo de los últimos puestos e ingresar al torneo reducido. Estuvo dos temporadas en La Academia del Oeste. Después vinieron Dock Sud, Liniers, Real Pilar, Nueva Chicago – donde las cosas no fueron muy bien: terminó último en la tabla y su salida fue turbulenta – y llegó la oportunidad en Barracas.

De Paoli debutó como futbolista a loas 18 años en Nueva Chicago y se retiró a los 22 tras varias lesiones
De Paoli debutó como futbolista a loas 18 años en Nueva Chicago y se retiró a los 22 tras varias lesiones

Con las expectativas renovadas, puso la vara alta y sin titubear le transmitió su meta a los Tapia: jugar con Boca y River. “A cada equipo donde voy, siempre me entusiasmo y me ilusiono con que si me dan un año entero de trabajo, el segundo año es posible. Me pasó siempre en cualquier categoría y con cualquier tipo de jugador. Confío mucho en el trabajo diario y sobre todo en los grupos humanos. Y eso lleva tiempo. Quizás acá hubo menos tiempo, pero un gran grupo humano y un gran trabajo en el que se pudo coronar antes de lo prestablecido. Por eso cuando les comentaba a Chiqui, Matías e Iván de soñar con la posibilidad de jugar con River y Boca, lo decía con la ilusión en mi trabajo, en el cuerpo técnico y sobre todo en los jugadores”, dice y saborea el premio mayor del ascenso a la élite del fútbol argentino.

El joven De Paoli en una imagen de archivo en su otra función, la de relator de fútbol.
El joven De Paoli en una imagen de archivo en su otra función, la de relator de fútbol.

Pero el arribo a primera del Guapo, se posicionó en el ojo de la polémica y lo que ganó terreno fueron las dudas sobre si jugaron limpio. Redes sociales y distintos medios de comunicación colocaron la lupa en fallos arbitrales que beneficiaron a los dirigidos por De Paoli y la novela tuvo varios capítulos. Primero el video de los nueve penales a favor que circuló por Twitter, Whatsapp, Facebook, después el hashtag que caló hondo en el humor popular: #PenalParaBarracas y para sellar un camino convulsionado: el runrún de soborno a jugadores de Villa Dalmine (por el que hay una causa judicial abierta) en aquel partido decisivo que depositó a Barracas en la primera final que perdió por 1-0 contra Tigre.

Sabía que si me iba muy mal iban a decir que era un periodista que no podía dirigir, si me iba normal no iban a decir nada y si me iba muy bien iban a hablar de los arbitrajes. Lo tenía clarísimo y así fue”, dice De Paoli con la voz relajada. “Soy un hombre del fútbol y sé cómo fue la historia de Arsenal de Sarandí, sé la historia de Gustavo Alfaro. En Chicago viví una experiencia única, siendo hijo de un ex presidente, más allá de haber sido jugador y ex entrenador. Conozco las reglas del juego. Sabía que lo peor que me podía pasar para que hablen de los arbitrajes, es que me vaya muy bien. Y bueno, nos fue muy bien”, dice.

-En el video se ven muy claros los errores arbitrales, ¿Qué pensás de eso?

-Soy un tipo del medio y conozco de estas cosas. Me tomo el tiempo de investigar cuando hay ese tipo de información. Ojalá hubiese circulado el video de los nueve penales, pero no fue el que circuló. A todo el mundo que le muestro cómo fueron los nueve penales, todos coinciden en que siete fueron penales sin ninguna duda. Si de los nueve, siete fueron claros y no quedan dudas y en dos se equivocaron, estoy tranquilo. El tema es que el video ese no era de los nueve penales, eran jugadas mezcladas de penales a favor y en contra, incluso de torneos anteriores, y de circunstancias que no modificaron el score final. Para que se entienda de qué se trataba ese video: en un momento se ve que un jugador de Barracas toca la pelota con la mano y parece penal, pero no se muestra cuando el equipo del jugador rival para la pelota con la mano y luego patea. Eso no lo vio nadie. O repiten diez veces un penal de la temporada pasada y yo qué tengo que ver con eso, si no estaba. Hay manipulación y lo entiendo. Cuando investigás por qué y para qué, te vas dando cuenta. Estoy tan convencido de lo que pasó que tengo las herramientas para mostrárselo a todo el mundo, pero llegado el caso me parece que ya es algo anecdótico. Tanto nosotros que tuvimos nueve penales, como Quilmes que tuvo once y Tigre que tuvo ocho, somos los tres equipos que más pateamos al arco, que más llegamos al área rival y que jugamos las dos finales.

Tras su retiro del fútbol comenzó la carrera de periodista
Tras su retiro del fútbol comenzó la carrera de periodista

-¿Creés que las dudas que se sembraron sobre Barracas tienen que ver con el lugar que ocupó Chiqui Tapia en el club?

-Eso habría que preguntárselo a los grupos hegemónicos, a los diferentes medios y a la gente que escribe en redes sociales constantemente. Puedo imaginar que, a mucha gente, a equipos de primera, del ascenso o algunos medios de comunicación, les puede molestar cómo funciona la AFA o cómo pueden funcionar un montón de cosas, pero para mí son las reglas del juego. Seguramente, esos equipos con mucha historia que por ahí no lograron los objetivos, les sea más fácil echarle la culpa al otro. Cuando dirigí a Chicago, me tocó pelear el descenso junto con Barracas. Entonces, me pregunto: si Barracas es el caballo del comisario, por qué llegó a pelear el descenso y con un presupuesto tan alto. Y por qué ahora, con un presupuesto tan bajo, salió campeón. Eso no lo sabe nadie. Estoy muy feliz de haber logrado algo por lo que que creo, humildemente, se han sorprendido propios y extraños.

-¿Vas a seguir relatando?

-Si hay un Mundial y hace diez, quince años que relato, ¿por qué no debería hacerlo? Muchos dicen que, como dirijo, no debería relatar más. El tema es que cuando hay un Mundial, no hay competición local. No entiendo. Qué, ¿lo voy a relatar mal porque soy entrenador? Me parece que se rompió el molde y creo que soy la excepción a la regla en algo muy atípico y evidentemente la misma opinión, el mismo medio, hace que se diga qué está bien o qué está mal. La realidad es que me tocó dirigir un equipo en la temporada de la B Nacional que fue campeón junto con Tigre y no falté a un solo entrenamiento ni a un solo partido y me tocó relatar a la selección argentina en toda la Eliminatoria, en toda la Copa América, y no falté a un solo partido. Y tuve la fortuna de que la señal en la que relato haya hecho récord de audiencia y que Argentina saliera campeón de América.

-Tu relación con Tapia en Barracas, ¿no condiciona tu opinión sobre la selección argentina?

-¿De verdad esta pregunta? Relato a Argentina desde 2012. ¿Qué quieren dar a entender, que relato a Argentina porque el presidente es Chiqui Tapia? En 2014 iba por la calle y la gente me decía “¡Que viva el fútbol!”, “Messi, Messi, Messi”. ¿De verdad quieren llevar mi terreno a que relato la Selección porque tengo un vinculo con el presidente de la AFA? Fíjense en el archivo si hablo o no hablo mal de la Selección. Fíjense qué pasó y qué dije cuando Argentina quedó eliminado en el mundial de Rusia 2018. Relato a la Selección Argentina desde 2012, cuando el presidente era Julio Grondona. Esto es lo que me jode de los medios: no soy un NN que aparecí un día, dirigí Barracas Central y me pusieron a relatar a la Selección.

-¿El jugador, el relator, el entrenador son parte de un mismo mundo?

-Para mi mundo, sí. El del jugador que relataba en la ducha con los compañeros o que jugaba a la play en las concentraciones y relataba. Me preparé mucho y tuve la fortuna de relatar en radio y televisión. Logré lo máximo como relator de ambos medios y un día le dediqué todas las fuerzas al entrenador y he tenido mi premio catorce años después.

Siempre lo tuve en claro y por eso traté de ser lo más medido posible a la hora de la crítica, el análisis o alguna charla en algún medio de comunicación. Había sido futbolista, me consideré siempre un entrenador y sé lo complejo que es estar adentro. Si analizan a fondo, siempre hablo del juego. Nunca hago sentencias a ningún jugador o entrenador. Jamás. Pero bueno, a veces se cae en la volteada de la gente que opina sobre los periodistas también.

“Sabía que si me iba muy mal iban a decir que era un periodista que no podía dirigir, si me iba normal no iban a decir nada y si me iba muy bien iban a hablar de los arbitrajes. Lo tenía clarísimo y así fue”
“Sabía que si me iba muy mal iban a decir que era un periodista que no podía dirigir, si me iba normal no iban a decir nada y si me iba muy bien iban a hablar de los arbitrajes. Lo tenía clarísimo y así fue”

-¿Cuáles son las ventajas y las contras de haber transitado tu vida de entrenador en el Ascenso?

-Las ventajas que te da el Ascenso es que te acostumbrás a superar situaciones muy difíciles. Es una instancia donde no tenés lugares para entrenar, no tenés herramientas, no tenés materiales y es el espíritu amateur del fútbol. A partir de ahí, todo lo que viene para delante siempre es más fácil. Y lo que tiene de positivo es que cuando llegás a un lugar más profesional, estás curtido y solo te tenés que preocupar por trabajar. Es una experiencia que le recomiendo a cualquiera porque te hace mejor.

Te mejora como entrenador, como líder de grupo, como persona, como compañero.

-¿Qué objetivos proyectas para esta nueva etapa de Barracas en Primera?

-El objetivo principal es mantener la base del equipo, mejorarlo, reforzarlo y potenciarlo. Quiero sostener la base porque encontré un corazón y un vestuario único e irrepetible en mi historia en el fútbol. Creo que esa fue la clave por la cual pudimos atravesar tantas adversidades. Y los chicos que se sumen, vamos a buscar que tengan ese hambre que tuvieron los que nos dieron la posibilidad de llegar a Primera. Y obviamente entrenar mucho y convenciendo, sobre todo, desde el liderazgo, el conocimiento y la empatía constante.

Y deportivamente nos ponemos el objetivo de ser un equipo muy competitivo y ser difícil para los rivales, y tratar de ganar todos los partidos posibles para no pensar ni abajo ni arriba.

-¿Qué es el fútbol argentino hoy: un producto o un juego?

-Lamentablemente sufrimos una crisis económica muy dura que terminó repercutiendo, más que en el producto, en el juego propiamente dicho. El producto depende de cómo lo quieran ver. Para mucha gente el fútbol es un entretenimiento y lo acepto. De hecho, muchos programas deportivos son más de entretenimiento que del juego. El fútbol representa mucho más que el juego y además es un comercio inmenso. No digo que esté mal, digo que es así. Después, que a mí me guste más el juego y luche por eso es un tema personal. Mi objetivo como entrenador es mejorar a los jugadores para que nos regalen un juego mejor y sean más felices en sus vidas personales.

De Paoli, hace una pausa. Piensa. Parece acomodar lo siguiente que va a decir, aclara que tiene poco tiempo para continuar con la entrevista y concluye:

“Mi esencia, mi pasión por la pelota, está mucho más allá del negocio propiamente dicho. Está en el juego, en la emoción que nos genera el espíritu de esos nenes que cuando jugábamos a la pelota de chicos, soñábamos con jugar en la tele. De eso se trata mi felicidad y es lo que trato de inculcarles a los chicos. No tengo dudas de que en las categorías que he dirigido todos tuvimos los mismos sueños: pedirle una pelota a nuestros padres, a nuestros tíos y jugar un rato en la calle por el solo hecho del placer. Si logramos convencer a los profesionales que no pierden de vista ese espíritu, seguramente puedan pasar cosas imposibles”.

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