La particular historia del junior argentino que da que hablar en Wimbledon

Axel Geller tiene 18 años y hoy debutó con un triunfo en el cuadro principal de Wimbledon junior y dio un paso hacia su deseo de ser un tenista profesional. Tras su paso por Londres se dedicará, sin embargo, a su otro objetivo, el estudio, ya que ingresará a la prestigiosa Universidad de Standford

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Axel Geller (Foto: tenisay.com.ar)
Axel Geller (Foto: tenisay.com.ar)

Axel Geller nació en Pilar hace 18 años pero actualmente reside en los Estados Unidos. Este argentino tuvo desde pequeño un particular talento para el tenis e impulsado por su familia, se transformó en una de las grandes promesas del deporte. Pero su vida no se reduce a la práctica de este deporte o al sueño de ser profesional. Así como sus padres lo han apoyado en la práctica de la disciplina que más le gusta, también le inculcaron la importancia del estudio. Así, este joven de carrera ascendente, viene de ser aprobado para ingresar a la Universidad de Standford en los Estados Unidos, donde se presentará luego de su desempeño en Wimbledon, torneo en el que participa en su version Junior.

El final de esta historia aún no se sabe pero sí el comienzo. Hoy Geller, de 1,91 metro de estatura, dueño de un saque que llama la atención por su potencia y admirador de Juan Martín Del Potro, debutó en el tercer Grand Slam de la temporada con un triunfo por 6-3 y 6-3 ante el coreano Uisung Park y avanzó a segunda ronda en su categoría.

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"A no ser que gane Wimbledon, me voy a ir a estudiar Economía a la Universidad de Stanford. En mi familia siempre quisieron que le diera prioridad al estudio y lo tengo asumido", aseguró el argentino en la previa del torneo en una entrevista concedida al sitio batennis.com.

A aquella frase debe quitársele goy el condicional porque Geller se irá a estudiar Economía a la prestigiosa Universidad de Stanford más allá de su desempeño en la Catedral.

La carrera de Axel ya ha tenido sus hitos. El último es reciente: el pasado 7 de julio se consagró campeón de un torneo en Roehampton que le valió un reconocimiento de la Asociación Argentina de Tenis. El argentino, que pertenece a la prometedora camada 1999 junto a nombre como Bautista Otegui, Román Burruchaga (hijo del ex futbolista y actual DT argentino Jorge Burruchaga), Tomas Etcheverry y Camilo Ugo Carabelli, entre otros, protagoniza la esperada renovación en el tenis nacional que debe forjarse para continuar con la leyenda.

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Geller, apodado El Rengo, reside en los Estados Unidos y allí se entrena en la academia IMG en Bradenton, cerca de Miami. Sin embargo, su planificación lo hará cambiar a la otra costa del país norteamericano ya que a partir de haber sido aprobado su ingreso a Stanford, una vez allí se pondría a las órdenes de Paul Goldstein, el ex tenista que conduce la escuela de tenis masculino de la universidad, ubicada en Palo Alto, California.

"Es una oportunidad muy importante. Esa Universidad es muy buena, es considerada como la más difícil en el mundo para ingresar y yo ya entré. Me parecía una picardía perder esta chance", expresó tiempo atrás.

Axel Geller a sus 12 años
Axel Geller a sus 12 años

Antes, a sus 14 años, Axel había ganado el Orange Bowl, el torneo de juniors más importante del mundo, al derrotar por 6-7(2) 7-5 y 6-2 a la gran esperanza del tenis australiano, Alex De Minaur.

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Sobre lo que viene en su vida, Axel declaró: "Intentaré mechar torneos mientras estudio y hacer un mix entre la universidad y el circuito ATP así voy analizando como me va. Pero estoy seguro que luego de la universidad voy a intentar ser jugador profesional".

El pilarense piensa cada uno de sus pasos. Tiene como respaldo una familia que sabe de su talento con la raqueta pero que priorizará su formación intelectual y para entender esto acaso sea suficiente la reflexión que alguna vez hizo Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa, en referencia a su sobrino ya consagrado: "Nosotros hacemos una cosa muy simple, que es pasar la bola por encima de la red, es un juego. Es una barbaridad creerse importante por eso. Sería lo mismo que uno se creyera importante porque no le pillen jugando al escondite. Mantener los pies en el suelo no es tan difícil".

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