
Las recomendaciones de esta semana iban a estar centradas en otra temática que, con certeza, es algo que a los chicos y chicas les gusta, pero no les adelanto nada, que sea sorpresa. Sorpresa para las vacaciones.
¿Y por qué el cambio? Porque es fin de año, y en el aire se respira celebración, vacación, entonces, a sintonizar con eso. Y si no es así, y embarga la tristeza o el cansancio, mejor inyectar un poco de frescura, de sol, de sentimientos luminosos.
La selección de esta semana bordea, roza, la naturaleza, el tiempo y la alegría por lo inesperado, que no es más que lo que da sabor a la vida. Porque muchas veces lo que necesitamos está ahí y solo haga falta aguzar la mirada. Como se insiste en esta columna, el recorte siempre está movilizado por y para el disfrute, nunca por seguir un canon. La idea es que al leer y compartir en familia (o en soledad, igual de rico), se activen la imaginación, la mente y la emoción.
Los cuatro libros, sí, por esas cuestiones del azar, o tal vez por un hilo invisible e inconsciente, se tocan por otros motivos que dejo que descubran ustedes. Eso sí, todos harán esbozar una sonrisa, ya sea por el texto o por las ilustraciones.

El árbol de los disparates (La brujita de papel, 2024), de Verónica Álvarez Rivera y Pablo Pino. Un libro que ya desde la cubierta convoca a ser feliz: un árbol cargado de pompones en su copa invita, al menos, a trepar y recostarse entre sus ramas. Pero ojo, porque no son pompones, son disparates, y además, al tío Arturo, el dueño del jardín donde crece el árbol, no le gusta que se arranquen los disparates. Pero sí que se recojan al caer. Como un fruto dulce.
El árbol de los disparates relata lo que sucede con esos frutos sabrosos y los chicos que los recogen. Esos frutos no son cualquier fruta, y como tales, “consumirlos” conducirá a los sucesos más desopilantes. Un libro para descostillarse de risa a cualquier edad.

Cocorita (Lecturita, 2024), de Clémence Sabbagh y Magali Le Huche, es una gallina muy acelerada, pero bueno, tiene cómo y por qué: es una alta ejecutiva. Vive acelerada y estresada, corriendo de acá para allá, viajando por negocios, e incluso por placer. Nada la detiene, porque parece que Cocorita no puede ni quiere parar.
No descansa ni en las vacaciones, hasta que un día pasa algo que, pum, la saca de su zona de confort. Un libro cautivador y frenético: ilustraciones y texto marcan el ritmo y reflejan lo que el relato expresa. Otro que va a fascinar sin importar la edad.

¿Malezas? (pípala, 2023), de Marie Dorléans. Un libro cuyo título, a priori, pareciera hacerle justicia, pero ¿podría llamarse de otra forma? De por sí, atrae su formato que, paradójicamente, rompe una estructura, la del libro clásico para las infancias. Con una ilustración sobria en su cubierta y un título que poco dice, genera un contrapunto que, por curiosidad, conduce a que sea abierto. Y qué gran idea, por fin, hacerlo, porque es una historia que irá in crescendo de principio a fin.
Es un gran libro álbum que genera diferentes sentimientos, con el que vale la pena detenerse a observar las ilustraciones y en el que también hay que activar el modo de lectura entrelíneas, ya que dice mucho, mucho, más. Y es cuando se termina que el título cobra sentido, como una suerte de pregunta retórica. Impecable.

Júbilo: Romance del jardinero (Limonero, 2016), de Andrea Pizarro Clemo. Tal vez el volumen de esta selección más inesperado, por ser un poema largo, por no ser una novedad y porque no tiene la dosis de humor que tienen los otros tres. Júbilo es, sí, casi con certeza, el más esperanzador de todos, o el que se acerca a una palabra bastante en boga, ‘resiliencia’.
Júbilo es, también, el libro más para adultos de los cuatro, pero que, sin lugar a dudas, por la musicalidad de sus estrofas y las ilustraciones plenas de detalle, seducirá a los más chicos. Es un libro para paladear de a poco, para detenerse cada noche en sus dobles páginas, en textos y palabras, y llevar al sueño esas que resuenan para descansar. Un libro, definitivamente, para cerrar el año con la idea de que siempre puede salir el sol.
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Estas son solo algunas recomendaciones del maremágnum que existe en la literatura para chicos y chicas. Lo importante es descubrir cuáles pueden ser las lecturas preferidas. Lo importante es leer.
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