El caos de jubilados en las puertas de los bancos y el desbande que se generó ayer en las calles por el cobro de haberes redefinió el esquema del Gobierno tendiente a armar una salida ordenada y escalonada de la cuarentena obligatoria después del 12 de abril. Así, se empezó a definir lo que muchos ya llaman en la Casa Rosada “aislamiento selectivo”.
“Estamos evaluando cada día que pasa y vemos que inevitablemente la cuarentena va a seguir en la Argentina si queremos combatir el coronavirus. Aunque podrán darse flexibilidades para no dañar mucho más la economía”, explicó ayer a Infobae un ministro que sigue de cerca la crisis sanitaria.
El presidente Alberto Fernández escuchó con atención y por separado desde la quinta de Olivos el reclamo de los gremialistas de la CGT y los empresarios de la UIA. Todos le pidieron lo mismo: que empiece a levantar la cuarentena para reactivar de a poco la economía. A la vez, se decidió armar un comité de crisis entre gremios y empresarios con la idea de evaluar en cada caso cómo relajar el aislamiento. El ministro de Producción, Matías Kulfas, confirmó anoche que se está buscando “una salida ordenada” de la cuarentena y apuntó que habrá sectores de la economía, entre ellos los bancos, que serán los primeros en volver a la actividad.
Del otro lado, los especialistas en epidemiología y los referentes de la OMS en el país le aseguraron al Jefe de Estado que no sería conveniente levantar la cuarentena por completo en estos momentos si se espera que en mayo vendrá un pico de infectados por COVID-19. La doctora Maureen Birmingham, representante de la OMS en la Argentina, y muchos otros expertos que aconsejan al Gobierno preferirían que continuara la cuarentena. La referente de la OMS es una de las especialistas que más escucha el Presidente. Pero como ya dijo Birmingham a Infobae, “la decisión de levantar la cuarentena es una decisión soberana de cada gobierno". "Ellos saben mejor lo que deben definir. Cada país evalúa los efectos socioeconómicos y los beneficios para frenar el contagio”, agregó.
Entre estos dos extremos de opiniones planteados para definir el levantamiento de la cuarentena el Gobierno se moverá para llegar a un equilibrio que es delicado, o lo que ya es un hecho de “aislamiento selectivo”. Pero esto no implicará abandonar la estrategia inicial que fijó el Presidente. Esto es: “la vida y la salud de los argentinos sigue siendo el eje predominante en el plan de cuarentena antes que la economía”, coincidieron varios ministros.
La imagen de ayer de miles de abuelos agolpados en las puertas de los bancos impactó de lleno en el corazón del Gobierno, que venía manejando la crisis sanitaria con cautela. Alberto Fernández se enojó duramente con el titular del Banco Central, Miguel Angel Pesce, y con el jefe del gremio de La Bancaria, Sergio Palazzo, por el desmanejo que hubo en el armado de pago de haberes de jubilados y de la AUH. Al jefe del BCRA lo responsabilizó de manera directa por el caos en las calles y por no haber previsto la apertura de bancos privados para el pago a los abuelos. En adelante, se tomarán medidas concretas para regularizar esta situación.
“Hay que entender que estamos en medio de una crisis sanitaria y estas cosas no se pueden permitir”, explicó un allegado al Presidente.
En este contexto, Alberto Fernández no cree que la Argentina hoy esté en condiciones de salir de un día para el otro de la cuarentena. De allí la idea de imponer un “aislamiento selectivo”.
De esta manera, fuentes calificadas del Gobierno dijeron que ya se empezó a perfilar un plan para después del 12 de abril que consistirá en la flexibilización del aislamiento por sectores de la economía, el armado de protocolos específicos de circulación y la instrumentación de horarios restringidos para salir.
El decreto 450/2020 que recientemente amplió el listado de actividades y servicios declarados esenciales en plena cuarentena es el esquema que se irá aplicando. Ya son más de 28 rubros exceptuados del aislamiento y se le irán agregando otros, incluso con horarios restringidos.
Por otra parte, hay una decisión ya casi tomada de que las escuelas y las fronteras seguirán cerradas por ahora. “Se trata de dos factores de alto riesgo de circulación del virus”, evalúan en la quinta de Olivos. Es decir que los colegios continuarán en cuarentena al menos por un tiempo más y se impedirá el ingreso de argentinos y extranjeros al territorio nacional.
Repatriados y hospitales
El canciller Felipe Solá ayer se abocó durante toda la jornada a entablar videoconferencias con embajadores y cónsules argentinos en varios puntos del mundo. Busca calmar ansiedades y el malestar de miles de argentinos varados en el exterior por turismo y otros que perdieron sus trabajos por la pandemia y que también buscan regresar cuanto antes al país.
No hay, al menos en el corto plazo, posibilidades de que se produzca un masivo regreso de argentinos del exterior. El cierre de fronteras es un eje central de la estrategia de aislamiento contra el COVID-19 que el Presidente no está dispuesto a abandonar por ahora. Se empezó a armar desde la Cancillería el esquema de atención financiera a aquellos argentinos que se encuentren en situación de vulnerabilidad para otorgarles facilidades de hospedajes y comida.
En paralelo a todo esto, el otro eje de análisis central en el Gobierno ante la apertura gradual de la cuarentena es la capacidad sanitaria que hay en el país frente al pico de contagios que se podría dar en mayo.
Según adelantó Infobae hace unos días, el Presidente elaboró junto con la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires un “plan coordinado de contingencia” que contempla la organización sanitaria del AMBA para el hipotético caso de una crisis de contagios de coronavirus que podrían ascender a 2.500 personas en su etapa inicial.
Este informe que aprobaron el presidente Fernández, el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador bonaerense Axel Kicillof consta de 47 páginas y tiene como objetivo “planificar el aumento de la capacidad instalada del sistema de salud en el AMBA y su correcto funcionamiento, de manera coordinada entre la Nación, la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos”.
El documento al que tuvo acceso Infobae prevé un escenario de crisis de la pandemia de 2.500 casos con internaciones leves, moderados y graves. La Argentina llegó ayer a 1.353 casos de contagio de COVID-19 y 42 muertes.
“En mayo vamos a estar al límite de atención sanitaria si seguimos a este ritmo”, dijo un funcionario del gobierno porteño. En el plan de contingencia de los gobiernos nacional, porteño y bonaerense se sostiene que cada un millón de habitantes habrá 2.000 camas disponibles para casos leves de coronavirus, 400 camas generales de pacientes agudos y 150 camas para cuidados intensivos. Este cálculo se tomó en base a un supuesto de que haya un 5% de casos críticos, 14% severos y 81% leves.
El informe destaca que ante una población de 3,076 millones de personas en la CABA y 11,240 millones en la provincia de Buenos Aires, la cobertura sanitaria pública está capacitada para recibir 1 millón de personas en la CABA y 7 millones en el Gran Buenos Aires.
En este sentido, el documento señala que en el caso de un “parámetro para el cálculo de necesidades” ante un pico de casos de coronavirus en el AMBA se prevé que la Ciudad de Buenos Aires tendría disponibles: 150 camas de cuidados intensivos entre 25 días de internación, con un enfermero cada 2 camas y un médico cada 7 camas; en tanto para casos de coronavirus “generales” habría 400 camas para internaciones de 15 días con un enfermero cada 6 camas y en los casos “leves” habría 2.000 camas con 5 días de internación, enfermeros cada 40 a 60 habitaciones y un médico por cada hotel designado para estos casos.
En este contexto, la decisión del Presidente de avanzar hacia un esquema de “aislamiento selectivo” resultará crucial para que no haya un desborde en los hospitales si se dan más de 2.500 casos de coronavirus en mayo y la capacidad hospitalaria colapsa.
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