
Ocho meses de investigación permitieron a las autoridades identificar y detener a cuatro presuntos miembros de la organización criminal conocida como Los Richy, señalada de operar con métodos violentos y coercitivos.
Pese a eso, un juez declaró la ilegalidad de los procedimientos debido a inconsistencias en la documentación presentada por las autoridades, lo que llevó a la liberación inmediata de los cuatro acusados.
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Esta decisión judicial provocó indignación y temor tanto entre las víctimas como entre sus familiares, quienes alertaron sobre el riesgo de represalias y demandaron garantías de seguridad y justicia ante la posibilidad de que los presuntos victimarios sigan activos.
“Las familias ahora exigen protección ante posibles retaliaciones y una respuesta efectiva por parte de las autoridades judiciales”, reportó Caracol Radio tras los hechos.
Entre los capturados figura alias Richar, considerado el líder del grupo y propietario del local.
Las autoridades lo acusan de amenazar directamente a las víctimas para forzarlas a actos sexuales con los clientes.

Alias La Mona, de 38 años, desempeñaba un papel clave en el reclutamiento. Utilizaba plataformas digitales como Facebook y Whatsapp para contactar a adolescentes bajo promesas falsas de trabajo como meseras o personal de aseo.
El medio remarcó que esto permitió identificar una modalidad de captación que combinaba el uso de redes sociales con ofertas laborales fraudulentas.
Junto a ellos, la policía capturó a alias Jessica, que según la investigación administraba el bar y se encargaba de la coordinación de pagos ilegales, así como a alias Fuyol, responsable de vigilar y coaccionar a las jóvenes a fin de impedir cualquier intento de escape.
La estructura criminal no solo se especializaba en la explotación sexual de menores, sino que además implementaba una red de control físico y psicológico.
Las víctimas eran despojadas de sus pertenencias y mantenidas bajo vigilancia constante dentro del establecimiento, donde permanecían retenidas hasta cumplir con las exigencias del grupo.
Según consignó Caracol Radio, el grupo habría alcanzado ingresos de hasta cien millones de pesos mensuales (aproximadamente 25.000 dólares), explotando sexualmente a al menos cinco víctimas identificadas. Entre ellas figuran dos menores de 16 y 17 años, así como tres jóvenes de entre 18 y 21 años.

El reporte oficial indicó que cada víctima era forzada a prestar hasta cinco servicios sexuales por día bajo amenazas de muerte.
Una de las menores que logró huir relató a Noticias RCN el nivel de violencia a la que fue sometida: “Mami, el trabajo donde yo fui no fue para trabajar de mesera. Allí me prostituyeron. Me obligaron a acostarme con muchos hombres”.
Cuando intentó resistirse, uno de los captores la amenazó con arma de fuego diciéndole: “Usted de aquí sale. Si no hace lo que le decimos, sale muerta”.
La madre de una de las jóvenes reveló que las secuelas fueran inmediatas y profundas.
El operativo de captura se ejecutó el pasado 8 de julio. De acuerdo con el reporte, las detenciones se realizaron simultáneamente en Barrios Unidos, Ciudad Bolívar, Bosa y Chapinero, localidades situadas en el corazón de Bogotá.
Sin embargo, Caracol Radio informó que un juez declaró la ilegalidad de los procedimientos debido a inconsistencias en la documentación presentada por las autoridades, lo que llevó a la liberación inmediata de los cuatro acusados.
Infobae Colombia conoció imágenes del establecimiento, en el que se puede ver un par de camas en el que se presume las mujeres eran obligadas a tener interacciones sexuales.

Este medio también logró conseguir un número en el cual se ofrecían diferentes servicios del bar, incluyendo cerveza a $5.000, medio litro de aguardiente o ron a $50.000, con “show” y servicios sexuales desde $30.000.
Se conoce de la existencia de un número telefónico al que también se podía solicitar “prostitutas a domicilio”. Al momento de publicar este artículo, Infobae Colombia determinó que el número se encuentra fuera de servicio, pero la línea pertenece al nombre de Kellyli Lizararazo.
En una búsqueda más profunda, se logró identifica que dicho número era promocionado en grupos de busqueda de trabajo de la Localidad de Chapinero en Facebook.
Este número era compartido por un perfil identificado bajo el nombre de “Valero Richard”, que desde octubre del 2024, estuvo ofreciendo puestos de trabajo en Richy’ss Bar, el establecimiento en el que Infobae Colombia pudo determinar como lugar en el que se llevaban a cabo los casos de prostitución obligada.
Las ofertas de trabajo era de meseras, con diferentes horarios desde las 11:00 a. m., hasta las 3:00 a. m.y con salarios diarios desde $30.000 a $80.000.
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