Bogotá está en crisis por baja vacunación: 100.000 niños sin la triple viral, así puede ponerse al día con el esquema

El riesgo de brotes de enfermedades prevenibles por vacunación sigue siendo una preocupación en Bogotá, especialmente entre la población infantil. Según la Secretaría Distrital de Salud, cerca de 100.000 niños y niñas en la ciudad aún no reciben el refuerzo de la vacuna triple viral, la cual protege contra el sarampión, la rubéola y las paperas.

Esta situación se debe, en gran parte, a los cambios implementados en el esquema de inmunización en 2023, cuando la edad para recibir esta dosis se modificó de los 5 años a los 18 meses. Como resultado, muchos menores quedaron rezagados en su esquema de vacunación, lo que llevó a las autoridades sanitarias a insistir en la importancia de ponerse al día con esta inmunización.

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La Secretaría de Salud advirtió que el sarampión, la rubéola y las paperas son enfermedades altamente contagiosas que pueden provocar complicaciones graves, especialmente en niños pequeños. Por ello, instó a padres y cuidadores a acudir a los puntos de vacunación habilitados en la ciudad y cumplir con este refuerzo, con el objetivo de evitar la propagación de estas enfermedades y proteger la salud infantil.

Para reforzar la cobertura de inmunización y facilitar el acceso a la vacuna triple viral, la Alcaldía de Bogotá puso a disposición más de 200 puntos de vacunación en distintas zonas de la ciudad. Estos espacios, ubicados en hospitales, centros de salud y puntos móviles instalados en plazas y parques estratégicos, ofrecen la vacuna de manera gratuita sin importar el régimen de afiliación a la EPS.

En este contexto, la Secretaría de Salud insistió en la importancia de que los niños de entre dos y cinco años que aún no reciben la dosis de refuerzo sean llevados lo antes posible a los centros de vacunación. Para ello, los ciudadanos pueden consultar en la página oficial de la Alcaldía de Bogotá la lista completa de puntos habilitados.

Garantizar que la población infantil reciba la inmunización completa sigue siendo una prioridad, pues aunque en 2019 Colombia fue certificada como un país libre de sarampión endémico, la importación de casos sigue siendo una amenaza. La movilidad internacional y la desinformación sobre las vacunas provocaron un resurgimiento de esta enfermedad en distintas partes del mundo, lo que llevó a reforzar las estrategias de vacunación.

A nivel global, el sarampión sigue siendo una de las principales causas de mortalidad infantil, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque la implementación de programas masivos de vacunación reduce drásticamente los casos, los brotes aún representan un riesgo en comunidades con bajas tasas de inmunización. Antes de estas iniciativas, enfermedades como el sarampión, la rubéola y las paperas causan un alto número de muertes y dejaban secuelas permanentes en muchos niños.

Así mismo, el escepticismo y el rechazo a las vacunas representan una amenaza para la salud pública, exponiendo a la población a enfermedades que podrían haberse prevenido. No obstante, la inmunización es un pilar fundamental en la erradicación y control de padecimientos como la poliomielitis que en décadas pasadas cobraban millones de vidas cada año.

Marcela Martínez, subdirectora de Acciones Colectivas de la Secretaría Distrital de Salud, destacó el impacto positivo de la vacunación y la necesidad de mantener una cobertura amplia en la población infantil. “El rechazo y el escepticismo hacia las vacunas han puesto en riesgo a la población en distintos momentos de la historia. Sin embargo, han sido fundamentales para reducir enfermedades como la poliomielitis y el sarampión, que en el pasado causaban millones de muertes anuales”, afirmó la funcionaria.

En respuesta a esta realidad y con el objetivo de reforzar la protección de la niñez, se llevó a cabo una actualización en el esquema de inmunización. La modificación se fundamentó en recomendaciones emitidas por diversas entidades especializadas, entre ellas la Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP), la Asociación Colombiana de Infectología (Acin) y el Comité Nacional de Prácticas de Inmunización (Cnpi). La finalidad de esta medida fue fortalecer las defensas de los menores y disminuir la incidencia de enfermedades prevenibles mediante la vacunación.