Adriana Franco, recordada por su papel de Julia Solano de Pinzón, madre de la icónica “Betty” en la exitosa telenovela Yo soy Betty, la fea, enfrenta un momento difícil tras ser víctima de una estafa millonaria que ha puesto en aprietos su estabilidad económica y emocional.
Franco, quien lleva una destacada carrera en el teatro y la televisión colombiana, denunció recientemente que, pese a sus intentos de hallar justicia, nadie parece estar dispuesto a responder por el engaño del que fue víctima junto a su esposo, el también actor Rafael Bohórquez.
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En una entrevista con el programa Buen Día Colombia, Adriana Franco narró cómo, confiando en una persona cercana, cayó en una trampa que los dejó sin una suma cercana a los 400 millones de pesos. La actriz y su esposo depositaron su confianza en una mujer que habían considerado una amiga de toda la vida que les ofreció un negocio inmobiliario en Fusagasugá. Sin sospechar de sus intenciones, Franco y Bohórquez accedieron a la propuesta, pensando que sería una inversión segura y confiable para el futuro.
El negocio, que se planteó como una oportunidad de compra, pronto se reveló como un fraude. Aunque inicialmente la actriz y su esposo recibieron un pago de 30 millones de pesos, no volvieron a ver más dinero ni noticias de su supuesta amiga, que desapareció sin dejar rastro y, hasta la fecha, no ha respondido ante la justicia.
Para Adriana Franco, la traición fue un golpe devastador en muchos sentidos. Más allá del daño económico, la situación también ha afectado profundamente su confianza y su círculo de apoyo. En declaraciones a los medios, Franco expresó su desilusión y su tristeza, señalando que esta estafa ha afectado su economía y su estabilidad emocional y la de su esposo. “Nosotros confiábamos plenamente en ella, era alguien cercano, alguien de quien jamás esperábamos un acto así”, comentó Franco, visiblemente afectada.
La situación resulta especialmente compleja, ya que Franco y Bohórquez dependen de su trabajo en la actuación como única fuente de ingresos para su retiro. Sin otro sustento económico a largo plazo, la pérdida de esta suma representa un duro golpe a su seguridad financiera.
Franco, quien ha hecho pública su denuncia, continúa esperando que la justicia colombiana actúe en su favor. La actriz ha manifestado su esperanza de que las autoridades logren rastrear a la responsable y que su caso sirva para alertar a otros sobre los peligros de confiar ciegamente, incluso en personas cercanas.
El caso de Adriana Franco ha despertado una ola de solidaridad entre sus seguidores y colegas del medio artístico. En redes sociales, los admiradores de la actriz le han manifestado su apoyo y han resaltado su fortaleza en momentos difíciles. “Es doloroso pensar que alguien a quien consideramos un amigo pueda hacernos tanto daño”, comentó uno de sus seguidores, destacando la resiliencia de Franco y su capacidad para mantenerse firme a pesar de las adversidades.
A lo largo de su carrera, Adriana Franco ha logrado destacarse en la televisión colombiana y ganarse el cariño de millones de espectadores. Su papel como Julia Solano de Pinzón en Yo soy Betty, la fea se convirtió en un referente, y con el tiempo, la actriz ha demostrado su versatilidad en producciones como Francisco el Matemático, Pura Sangre y La Marca del Deseo. Nacida en Bogotá y con una amplia trayectoria en el teatro, Franco se ha mantenido como una figura respetada y querida en el ámbito del entretenimiento.
Este triste episodio de su vida parece haberla fortalecido aún más. Franco, quien ha expresado la importancia de la familia y el apoyo en momentos críticos, reafirma su deseo de continuar adelante y de luchar por recuperar lo que se le ha quitado. Su historia es un recordatorio de la fragilidad de las relaciones humanas y de cómo incluso aquellos en quienes depositamos toda nuestra confianza pueden terminar siendo los responsables de nuestras mayores decepciones.