Esta es la iniciativa liderada por Colombia para fortificar los alimentos que apoya la Organización Mundial de la Salud

La iniciativa busca añadir vitamina B9 en alimentos para prevenir malformación congénitas del cerebro, la columna vertebral y la médula espinal

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Asamblea general de la OMS en la que se aprobó la resolución impulsada por Colombia. Foto: proporcionada.
Asamblea general de la OMS en la que se aprobó la resolución impulsada por Colombia. Foto: proporcionada.

El 29 de mayo, los países participantes en la Asamblea Mundial de la Salud de la OMS votaron a favor de adoptar una resolución impulsada por Colombia que busca la fortificación de alimentos para prevenir los defectos en el tubo neuronal como la espina bífida o la anencefalia.

Estos casos se caracterizan por ser un grupo de malformaciones congénitas del cerebro, la columna vertebral y la médula espinal que pueden traer mortalidad, complicaciones funcionales severas o discapacidad a largo plazo. El resultado puede ser que los niños nazcan sin cerebro o con un defecto en su columna vertebral, que no termina de cerrarse y les impide caminar o controlar sus esfínteres.

A nivel mundial, tres de cada mil bebés nacen con este tipo de defectos, y si bien existen diversos procedimientos médicos e intervenciones quirúrgicas que pueden llevarse a cabo desde el vientre de la madre o tan pronto nace el bebé, la propuesta aprobada en la OMS está más enfocada en la prevención y por ende en la adopción de políticas que garanticen la fortificación de alimentos básicos con vitamina B9 (también conocida como ácido fólico).

La iniciativa se basó en un estudio encabezado por el profesor de la Universidad de la Sabana y neurocirujano pediatra, Kemel Ghotme, quien manifestó su satisfacción por la medida tomada por el organismo internacional.

“Desde la comunidad científica y la sociedad civil recibimos con gran alegría que la Organización Mundial de la Salud en su Asamblea Mundial aprobó hoy la resolución para la fortificación de alimentos con micronutrientes para prevenir todas las deficiencias que se generan, incluyendo condiciones como la espina bífida de los defectos del tubo neural”, dijo el profesor.

Kemel Ghotme, profesor de la Universidad de la Sabana y neurocirujano pediatra. Foto: proporcionada.
Kemel Ghotme, profesor de la Universidad de la Sabana y neurocirujano pediatra. Foto: proporcionada.

La propuesta fue presentada por Colombia con el apoyo internacional de la Sociedad Mundial de Neurocirugía Pediátrica y la Alianza Global para la Prevención de la Espina Bífida, entre otros organismos supranacionales. También se sumaron otros 35 países (Australia, Brasil, Canadá, Chile, Ecuador, la Unión Europea y sus 27 estados miembros, Israel, Malasia y Paraguay).

Tras la aprobación, el siguiente paso será apoyar a los países para la implementación de estas políticas, monitoreando y vigilando que este acuerdo sea sostenible en el tiempo.

“La resolución es una guía para que todos los países empiecen a actualizar sus políticas existentes o a implementarlas por primera vez si aún no lo han hecho. Ese es el caso de más de 100 países alrededor del mundo. Además de eso, deben incluir políticas para garantizar la sostenibilidad y monitorear que realmente se esté cumpliendo a largo plazo. Cada dos años los países deberán presentar un informe al director general de la OMS para que cuenten cuáles son los avances que han tenido en este respecto”, explicó Ghotme.

En ese sentido, se espera que próximamente se fortifiquen alimentos como la harina de trigo, la harina de maíz y el arroz u otro tipo de alimentos, contando con el hecho de que en cada territorio la gastronomía varía. “Algo muy positivo de la resolución es que está adaptable a las necesidades, el contexto sociocultural y las características gastronómicas de cada país, y cada uno lo va a implementar a su manera”, añadió el doctor.

A partir de la adopción de la política aprobada por la OMS, se espera que pasados dos a cinco años de la adopción de la fortificación obligatoria de alimentos básicos, los resultados en salud se empiecen a ver por medio de una caída de la prevalencia en los defectos del tubo neural, como la espina bífida y la anencefalia, además de la prevención de la anemia, malformaciones cardíacas, labio paladar hendido e incluso cuadros de demencia.