Los silobolsas son una oportunidad de exportación para la industria nacional

En las últimas campañas el sistema almacenó 45 millones de toneladas de granos. Las ventas a países como Brasil o Sudáfrica alcanzan los U$S 50 millones al año. Reduce los costos logísticos y genera puestos de trabajo a sectores asociados

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El INTA comenzó a desarrollar el silobolsa a mediados de los años ´90. En la actualidad, el paquete tecnológico incluye embolsadoras, extractoras y carros tolva autodescargables, que se exportan a más de 50 países
El INTA comenzó a desarrollar el silobolsa a mediados de los años ´90. En la actualidad, el paquete tecnológico incluye embolsadoras, extractoras y carros tolva autodescargables, que se exportan a más de 50 países

Entre los inventos nacionales siempre se menciona al dulce de leche, el colectivo, la birome, el bypass cardíaco. Pero a mediados de la década de los años `90 el campo le dio al mundo otro desarrollo que en un futuro muy próximo puede contribuir a resolver los problemas de la seguridad alimentaria planetaria y posicionar a la Argentina como proveedor de esas soluciones: el silobolsa. Se trata de un sistema que permite almacenar granos secos de maíz, soja, trigo, girasol y arroz en el propio establecimiento productor, a bajo costo y con óptimas condiciones de calidad.

Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) sostiene que la tecnología de almacenamiento de granos en bolsas plásticas fue clave para incrementar la eficiencia y la coordinación del sistema de comercialización de nuestro país. En las últimas dos décadas, aumentó la capacidad de guardado de una producción que se duplicó, reduciendo el costo de este servicio a la mitad debido a la mayor oferta y la competencia con otros sistemas, como los silos fijos. Se estima que en las últimas campañas, se acopiaron con esta modalidad un promedio de 45 millones de toneladas.

Como sucede con muchos adelantos, el silobolsa también nació de una carencia; en este caso, de la necesidad de almacenamiento versus la falta de financiación para ejecutar inversiones en capacidad de almacenamiento propio, más el crecimiento de la producción de granos y el hecho de que mucha de la producción se realiza en campos alquilados, por lo que se hace inviable la instalación de un silo fijo.

(Télam)
(Télam)

Origen y destino

El informe de Blas Rozadilla y Julio Calzada de la BCR recuerda que la tecnología de almacenamiento en bolsas plásticas fue introducida en el país en 1994 y al año siguiente los investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) comenzaron a realizar los primeros ensayos. En ese entonces se producían pérdidas en cantidad y calidad debido a la poca experiencia de los productores que se animaron a incursionar con este sistema.

El crecimiento sostenido en su uso generó condiciones propicias para el desarrollo de diferentes industrias asociadas. En la actualidad, el paquete tecnológico incluye silobolsas, embolsadoras, extractoras y carros tolva autodescargables, que se exportan a más de 50 países, principalmente Brasil, Uruguay y Sudáfrica. Desde el INTA señalan que en países con grandes extensiones de tierra y crecientes volúmenes de producción, esta tecnología puede ofrecer respuestas a las tensiones en la logística de poscosecha.

Por otra parte, en casos como los de India, China y otras naciones del sudeste asiático que se caracterizan por sus altos índices poblacionales, con grandes volúmenes de producción de granos pero con grandes deficiencias de infraestructura, se registran pérdidas en el guardado que superan el 20%. En estos casos, incorporar esta tecnología les permitiría mejorar sustancialmente la seguridad alimentaria, lo que se convierte en una oportunidad para que la Argentina incremente sus exportaciones. Cabe destacar que en 2012 las ventas alcanzaron los U$S 35 millones y se estima que en los últimos años esas cifras treparon a los U$S 50 millones en ventas externas.

Pero los silobolsas también ayudan al desarrollo de la industria nacional. Según datos de Cámara Argentina de la Industria Plástica (CAIP) y del Comité Argentino de Plásticos para la Producción Agropecuaria (CAPPA), se destinan unas 65.000 toneladas anuales de consumo de plástico para fabricar diferentes productos para la agricultura. Las bolsas plásticas para almacenamiento de granos y forrajes insumen de 25 a 30.000 toneladas por año.

infobae

Grano y a la bolsa

En los últimos 15 años, los silobolsas pasaron a formar parte del paisaje habitual en las rutas que surcan las zonas productivas de nuestro país. Estos cilindros llegan a medir 75 metros de largo con una altura de 2,70 metros, y tienen una capacidad de almacenamiento de hasta 200 toneladas. Cada uno, según su tamaño y características, tiene un costo de entre U$S 300 y U$S 500.

Las bolsas se fabrican con polietileno de baja densidad de uno 250 micrones de espesor, fabricado por el método de extrusado. Están constituidas por tres capas de las cuales la exterior es blanca, tiene aditivos especiales (dióxido de titanio) y sirve para reflejar gran parte de la radiación. La capa intermedia no tiene características especiales, mientras que la interior es negra para evitar que los rayos ultravioleta afecten las condiciones de los granos.

En el interior del silo bolsa se genera un ambiente hermético, prácticamente sin intercambio de aire con el exterior, en el cual aumenta la concentración de dióxido de carbono y disminuye la concentración de oxígeno. Estos cambios de la atmósfera interior propician el control de la actividad de insectos y reducen el desarrollo de hongos.

Esta ventaja también le demanda al productor una mayor atención en el cuidado que otro tipo de ensilado, en especial en lo referido al llenado, vaciado, control de roedores y seguridad por robo. Una mala conservación de los granos por un mal llenado, un cerrado defectuoso de las bolsas al momento de producirse el llenado, la ruptura de la bolsa por piedras, la filtración de agua por alguna rotura o el ingreso de roedores al interior de la bolsa, se traduce en una pérdida de calidad y cantidad de la producción almacenada.

Costos embolsados

El informe de la BCR afirma que entre las principales ventajas que presenta el sistema de silobolsa están: la gran versatilidad y complementariedad con otros sistemas de almacenaje; la posibilidad de maximizar la utilización de los equipos de recolección ya que puede absorber hasta cuatro cosechadoras al mismo tiempo; permite extender los tiempos de venta de la producción, con una mejor administración y planificación de las mismas, y realizar un manejo más eficiente de la comercialización.

Silo tradicional
Silo tradicional

Con respecto a los fletes, este tipo de almacenaje independiza a la cosecha de la disponibilidad de camiones, lo que implica un ahorro en fletes al poder transportar la cosecha fuera de estación, cuando el costo es menor. Además, posibilita evitar la necesidad de enfrentar el costo del flete corto a los acopios y/o cooperativas; y permite programar fletes más económicos desde el campo al acopio o al puerto, en diferentes momentos del año para evitar la concentración de la actividad.

Según Calzada y Rozadilla, "todo esto genera disminuciones en los costos a nivel general, mejora la comercialización, y a su vez impulsa el desarrollo de redes de servicios y la generación de empleos estables".