¿Moda o falta de seguridad? 10 deportivos sin parabrisas que se vendieron en el mundo

Son pocos pero se hacen notar. Los autos sin parabrisas marcaron un punto de inflexión en la industria porque dividió las aguas entres gustos y seguridad. Cuando algunos decían que estos vehículos eran totalmente innovadores por su estética, otros creían que era un paso atrás muy notorio en el cuidado de los ocupantes.

Aunque parezca obvio recordarlo, el parabrisas nos protege de los elementos y de la intrusión de objetos al habitáculo. Además, protege en caso de vuelco, actúa como apoyo del airbag del acompañante cuando este se despliega y sirve de soporte a las cámaras y sensores de los sistemas de seguridad ADAS.

El parabrisas es uno de los elementos de seguridad que más vidas salvó, pero en los últimos años se lanzaron muchos automóviles que carecen de este protector elemento. Se trata de una moda insegura, un paso atrás en materia de seguridad, incluso si estos automóviles –que están homologados para circular por la calle- solo se usasen en un circuito cerrado y con casco.

Lo cierto es que, para manejar estos modelos, es casi imprescindible contar con un casco, porque, a partir de cierta velocidad, el aire en los ojos empieza a molestar. Y, aunque llevemos casco, a velocidades elevadas hay que tener un cuello fuerte para mantener la cabeza firme y soportar el empuje del aire sobre el casco.

Aunque parezca obvio, el parabrisas nos protege de los elementos, de condiciones climáticas y también de la intrusión al habitáculo de objetos, que pueden ser desde una piedra “escupida” a gran velocidad por los neumáticos del vehículo que nos precede, hasta objetos más contundentes caídos de otros vehículos o arrastrados por el viento.

Todos estos modelos que ponemos en nuestra lista alguna vez se vendieron como vehículos 0 kilómetros y hoy algunos son piezas únicas para los coleccionistas. Mirá los diez autos que salieron a la calle sin parabrisas:

Renault Sport Spider

En 1996, Renault decidió lanzar un modelo creado para la competición que se vendía con o sin parabrisas. Este Sport Spyder, como denominó la marca a este ejemplar, puede considerarse como el pionero de esta moda.

Esta joya francesa se fabricó en Dieppe (Seine-Maritime, Normandie), la antigua sede de Alpine-Renault. Sin su parabrisas, el modelo tenía un peso total de 930 y contaba como opción con una lona de protección que debía retirarse para usar el vehículo.

Renault Sport recurrió al motor del Clio Willians. Es decir, era un cuatro cilíndros 1.998cc y 147 CV a las 6000 rpm. Gracias a su ligereza y potencia, era capaz de alcanzar los 215km/h y de acelerar de 0 a 100 en menos de siete segundos, debido a los cortos desarrollos de su cambio manual de cinco velocidades. Hubo versiones para competición con potencias cercanas a los 300 CV que incluso eliminaban el asiento del pasajero para reducir aun más el peso.

Lamborghini SC20

Un ejemplar tan único que fue diseñado y desarrollado siguiendo los deseos de un cliente. El objetivo era crear un vehículo extremo en su estética y en sus prestaciones, con líneas inéditas y detalles exclusivos. Según la marca, “la carrocería de fibra de carbono dirige los flujos de aire con gran eficiencia, lo que permite una conducción cómoda, incluso a altas velocidades”.

Equipa un motor V12 con 770 CV y disponía de dos pequeños deflectores para el viento, uno para el conductor y otro para el acompañante.

McLaren Elva

El McLaren más ligero jamás construido es capaz de alcanzar 200 km/h en 6,7 segundos. Eso sí, para alcanzar esas velocidades en circuito es imprescindible el uso de un casco o encargar el modelo con parabrisas (sin coste adicional).

Según la marca, el sistema “Active Air Management” permite circular hasta 120 km/h sin casco de forma confortable. Este sistema succiona el aire, lo reconduce por el interior y lo expulsa a alta velocidad por las salidas situada en el capó. Esto crea una “cúpula” de aire virtual que evita que el viento entre en el habitáculo y moleste al conductor o al pasajero.

Ferrari Monza SP1 y SP2

La firma italiana también tenía que tener sus modelos sin parabrisas. Para eso, creó dos ejemplares de serie limitada para clientes y coleccionistas: los Monza SP1 (monoplaza) y SP2 (biplaza). Son automóviles que persiguen el concepto ‘Icona’, que “conecta con el pasado a través del hilo conductor de los vehículos más evocadores de la historia de la marca”, según Ferrari.

“La visibilidad sin parabrisas ni montantes permite disfrutar de una entrada y salida de curva solo equiparable a la conseguida en un F1. El piloto así goza de una integración con un vehículo deportivo, y una sensación muy gratificante”, anunció la marca cuando los presentó.

Estos disponen de lo que la marca denomina “parabrisas virtual”, unos elementos aerodinámicos diseñados para desviar el flujo de aire de la cabeza del conductor. Parte del aire que fluye sobre el capó entra por una toma de aire, que lo acelera y dirige verticalmente por delante del cuadro de instrumentos. Se genera así un flujo de aire empujado hacia arriba que genera una bolsa de baja velocidad en torno a la cabina.

Aston Martin V12 Speedster

La automotriz británica ya había mostrado en 2013 el CC100 Speedster Concept sin parabrisas, inspirado en el DBR1 ganador de las 24 Horas de Le Mans. Pero el V12 Speedster fue un modelo de producción, con una serie limitada de 88 unidades “que irán a parar a los garajes de coleccionistas de todo el mundo”, anunciaba la marca.

Su motorización es un V12 de 700 CV que le permite acelerar de 0-100 km/h en 3,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 300 km/h.

Lotus 3-Eleven 430

Se construyeron 20 ejemplares del Lotus más radical, que delante del conductor solo tiene un deflector aerodinámico.

Su motorización es un 3.5 litros V6 sobrealimentado por compresor para alcanzar los 430 CV de potencia a 7.000 rpm y un par motor máximo de 440 Nm a 4500 vueltas. Todo en un vehículo que pesa 920 kilos que da como resultado una relación peso-potencia de 2,14 kg/CV.

Dallara Stradale

El primer automóvil de calle del fabricante de reconocido fabricante del automovilismo. No tiene parabrisas de serie, pero opcionalmente ofrece uno de policarbonato con un marco de fibra de carbono. Además, también se puede agregar techo y puertas.

Aunque no se detallaron las especificaciones exactas del modelo, en su lanzamiento se conoció que pesa unos 855 kilos y su potencia alcanza unos 400 CV.

Ariel Atom

Un vehículo de culto para los amantes de la conducción, capaz de superar a deportivos mucho más potentes por su extrema ligereza (612 kg). No solo carece de parabrisas; tampoco tiene techo, puertas, ventanas ni carrocería. Entre su lista de opcionales hay un minúsculo “aero screen” que deriva algo de viento de la cabeza del piloto.

Está disponible con un motor cedido por Honda, el cual pertenece al Civic Type R, de 4 cilindros de doble árbol de levas con tecnología iVTEC y 2 L de cilindrada desarrollando 245 CV de potencia a 8200 rpm. Opcionalmente, se ofrece una sobrealimentación, llevándolo hasta los 300 CV.

KTM X-Bow

El radical deportivo biplaza de KTM está pensado para disfrutarlo en un circuito, aunque está homologado para su uso en la vía pública. La marca recomienda utilizar casco para conducirlo, aunque no es obligatorio. Este modelo también dispone de una versión GT con un parabrisas de gran tamaño y ventanillas laterales.

Su unidad de potencia alcanza los 300 CV y el vehículo pesa unos 847 kilos.

Polaris Slingshot S

Por ahí es el modelo más alejado a la industria automotriz convencional porque solo dispone de una única versión de tres ruedas. La incorporación de un parabrisas es totalmente opcional.

Su motorización es un 2 litros de cuatro cilindros que produce 180 caballos y 163 Nm de par motor en las versiones S y SL. La variante R eleva su potencia hasta los 206 CV y el torque hasta los 195 Nm.

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