Hablamos con mujeres que manejan taxis en Argentina

Por Paloma Navarro Nicoletti

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Conductoras de distintas provincias del país nos cuentan su experiencia a la hora de trabajar como chofer

El rumor comenzó a propagarse hace pocos meses en Capital Federal: "no uses Uber, el tipo se queda con tu número de teléfono y luego puede molestarte o acosarte vía whatsapp". El miedo que tenemos las mujeres a la hora de subirnos a un taxi se vive desde siempre en todo el país. Anécdotas de robos, secuestros y violaciones, choferes que deciden a último momento cambiar el rumbo de destino para hablar unos minutos más con la pasajera y pedirle una cita o para comentarle, entre la oscuridad, lo linda que está vestida. "Siempre tomá radio taxi" "avisá cuando llegues" "hace como que hablás por teléfono" son las frases más usadas a la hora contar el regreso a casa.

Existen en muchos países redes de taxis conducidos por mujeres. Los "taxis rosas" en México, "Femitaxi" en Brasil, "Pink Taxi" en Pakistán y "SheRides: Women For Women" en New York, son algunos de los ejemplos descriptos como "el nuevo empoderamiento femenino" que elige a quien llevar y a quien no, que brinda seguridad simplemente porque la persona que maneja el auto rumbo a destino es mujer y el usuario así lo prefirió. ¿Qué pasa en Argentina? Hablamos con taxistas sobre esta problemática:

Silvia tiene 58 años, es taxista y propietaria del vehículo, hace siete años que maneja, trabaja al rededor de 12 horas diarias dentro de la Ciudad de Buenos Aires.

Taxi de Silvia
Taxi de Silvia

Silvia no usa ninguna aplicación: "Uber es una competencia injusta en relación a los requisitos que debería tener un taxi, entre tantas desigualdades está el factor de competir con precios más baratos en algunas franjas horarias".

"Sin embargo, me encantaría que haya una aplicación para mujeres, la usaría sin dudarlo". Muchas veces tuvo miedo, nunca le robaron, Silvia se maneja por intuición: "a veces veo un policía y bajo al pasajero, nunca se si hago bien, pero estoy de espaldas a la persona, no tengo otra alternativa que guiarme por lo que intuyo. No quiero someterme a ningún riesgo, prefiero perder el importe".

"Una vez se subió un señor acompañado de una chica, los llevé a provincia y el me pidió mi número de teléfono, lo llevé a él sólo en varios trayectos, cuando se subía adelante me hacia sentir un poco incómoda, un día comenzó a recomendarme un camino en particular para esquivar a la policía, ese día me ofreció el doble o el triple de lo que había costado el viaje, llevaba bolsas que yo no sabía que contenían y empecé a sentir miedo. No acepté su dinero y el no volvió a llamar. A partir de ahí empecé a averiguar cómo estaba protegida si el pasajero llevaba algo ilegal, no quiero quedar pegada a nada raro".

Maria Eva tiene 44 años, es taxista hace 10 y trabaja 12 horas diarias en la Ciudad de Rosario. Creó la aplicación She Taxi.

Foto tomada por Maria Eva
Foto tomada por Maria Eva

"Siempre me pedían mi número de teléfono para seguir viajando conmigo, un día decidí hacer una aplicación. En diciembre del 2016 la sacamos en Rosario y fuimos armándola de a poco, a medida que iba creciendo se iban contactando de otras provincias". La aplicación de She Taxi funciona sólo en Rosario, en córdoba estuvo seis meses y María decidió desactivarla porque hubo exceso de demanda, hay pocas taxistas para tantas pasajeras, entonces pasaba que las pasajeras esperaban mucho y se terminaban yendo.

"Hay una resistencia a lo que puede decir el sindicato, eso nunca lo entendí, porque somos parte de eso, no es que por ser mujeres tenemos que ser un grupo aparte" cuenta María mientras analiza la auto exclusión del género femenino cuándo se trata de buscar la igualdad.

"En She Taxi hacemos todo dentro de un marco legal, con Uber puede pasar que la persona que maneja tiene antecedentes penales y nadie se entera. La seguridad del ciudadano es lo primordial, yo tengo una declaración jurada, una chapa, a ver, también pasa que taxistas han violado a pasajeras, acá nadie está exento".

Actualmente en Rosario son 100 mujeres inscriptas en la app y pueden cubrir la mitad de los viajes. En Capital Federal no puede desembarcar porque existe una ley que lo prohibe, aunque haya aplicaciones funcionando.

"El hombre no me intimida, aunque ya me robaron seis veces, la verdad es que me molesta más escuchar ciertas conversaciones dentro del auto que otra cosa. A veces se sube una pareja y el tipo me dice: 'mira la traje a mi mujer' , como si fuese un perro que saca a pasear, eso me jode" concluye entre risas.

Mónica tiene 57 años y es de Mendoza. En la capital mendocina hay 30 taxistas mujeres, ella conoce a la mayoría, maneja hace 19 años. Su marido también es taxista y el auto es de la familia.

Retrato de Mónica
Retrato de Mónica

Mendoza es una provincia rica con tarifa baja, la bajada de bandera es de 20, 80 cuando en la mayoría de las provincias es de 30 pesos. Hace 18 meses que no les aumentan la tarifa, y termina siendo una cifra desproporcionada en relación al precio del combustible —que es más caro que en Buenos Aires—.

"En Mendoza no hay Uber, existen Llamemos y Tango taxi, yo no trabajo con ninguna, porque la tarifa es tan baja que prefiero trabajar con mi cuenta y no dar comisión, tampoco trabajo con radio, trabajo en calle, en la terminal, en las paradas" cuenta Mónica.

"Cuando yo comencé habían mujeres que no se subían porque estaba yo manejando, hombres que no querían subirse por lo mismo, ahora todo cambió, las mujeres se suben, agradecen y te piden el número de teléfono".

Mónica me cuenta que en Mendoza el gobierno exige cámaras en los taxis y los siguen por satelital, entonces tienen más control, se sabe por dónde van los autos, los pasajeros recuperan objetos olvidados, tener cámaras y seguimiento es una ventaja.

Vanesa tiene 37 años, es de Córdoba y está por cumplir 20 años de profesión.

Trabaja para una empresa y utiliza en las aplicaciones vigentes en Córdoba Capital como Easy Taxi. Vanesa usó She Taxi un tiempo, pero tampoco pudo con la cantidad de demanda que había. "En Córdoba la app no funcionó por falta de autos, no por falta de viajes".

Retrato de Vanesa
Retrato de Vanesa

"El acoso existe y es lamentable, me jode decirlo porque son colegas, pero ví de todo. En este ámbito hay mucho machismo, hasta los mismos compañeros me maltratan".

Vanesa trabaja de noche, de lunes a sábado: "Tengo cuidados todo el tiempo, estoy más alerta, hace poco asaltaron a una compañera. A lo largo del tiempo aprendí a entender a la gente, todos los días hay una historia, un pasajero puede agredirte, últimamente bajo a mucha gente del auto que me trata mal sin razón alguna". Actualmente está en una agrupación que se llama FETAC, una agrupación de taxistas y conductoras mujeres, "estamos luchando para un cupo femenino, para que nos den un porcentaje de las licencias que se reparten en toda la provincia" concluye.

Publicado originalmente en VICE.com