Un mundo fatigado: imágenes del cambio climático

Por James Estrin

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Félix Condori, de 31 años, alcalde de Llapallapani que antes trabajaba como pescador, junto a un bote en el lecho seco de lo que alguna vez fue el segundo lago más grande de Bolivia. Ahora debe viajar para encontrar trabajos de construcción como medio para ganar dinero puesto que el lago que definió su cultura y sustento ya desapareció. Mayo de 2016. (Josh Haner/The New York Times)
Félix Condori, de 31 años, alcalde de Llapallapani que antes trabajaba como pescador, junto a un bote en el lecho seco de lo que alguna vez fue el segundo lago más grande de Bolivia. Ahora debe viajar para encontrar trabajos de construcción como medio para ganar dinero puesto que el lago que definió su cultura y sustento ya desapareció. Mayo de 2016. (Josh Haner/The New York Times)

Durante los últimos cuatro años, Josh Haner, fotógrafo de The New York Times, ha documentado mediante fotografías y videos los efectos del cambio climático alrededor del mundo. Una selección de su obra sobre la migración climática y los sitios del patrimonio mundial de la Unesco afectados por el cambio climático estará en exhibición en Photo London en Somerset House del 16 al 19 de mayo. Muchas de las imágenes fueron tomadas con un dron, pero su trabajo más reciente en las islas Galápagos lo obligó a trabajar bajo el agua. En esta entrevista con James Estrin habla sobre su cobertura.

¿Cuáles han sido los mayores desafíos al hacer esta obra sobre cambio climático?

Los efectos del cambio climático ocurren en una escala de tiempo tan lenta que a menudo es difícil documentarlos visualmente. Como resultado, creo que muchas de las imágenes del cambio climático a las que nos hemos acostumbrado se han enfocado en los osos polares flotando en pedazos de hielo marino o en glaciares que se separan. Ese tipo de fotos repetitivas ha causado que la gente sea indiferente a muchas de las historias importantes sobre cómo nuestro clima cambiante afecta a personas y lugares de todo el mundo.

Una gran cantidad de investigación se desarrolla sobre el cambio climático y nosotros tendemos a escribir nuestros reportajes con base en la evidencia científica que emana de esos informes. Sin embargo, es difícil hacer imágenes dinámicas de los científicos en un entorno silvestre. Así que siempre buscamos proyectos que sean importantes y que tengan un atractivo visual.

He documentado el cambio climático con drones alrededor del mundo durante los últimos cuatro años, y en ese tiempo he visto incrementarse las regulaciones sobre el uso de esos dispositivos en todo el mundo, lo que ha complicado producir imágenes aéreas dinámicas.

Ahora dedico la mayoría de mi tiempo en llenar solicitudes de permiso y formatos de licencia para obtener el permiso de usar drones en algunos de los lugares más frágiles del mundo como la Isla de Pascua y las islas Galápagos. Primero, tengo que investigar las leyes particulares de cada país sobre el uso de drones. Después trabajo en conjunto con abogados, gobiernos, reguladores del espacio aéreo, funcionarios de aduanas y a veces con la fuerza aérea del país para poder usar drones con el fin de tomar fotografías y grabar videos.

En Betio, Tarawa Sur, Toobeen Iareko, de 6 años, jugaba con varillas que son usadas para construir un nuevo muro marino frente a otra barrera que falló permitiendo la llegada del agua durante la Marea del Rey. Febrero de 2015. (Josh Haner/The New York Time)
En Betio, Tarawa Sur, Toobeen Iareko, de 6 años, jugaba con varillas que son usadas para construir un nuevo muro marino frente a otra barrera que falló permitiendo la llegada del agua durante la Marea del Rey. Febrero de 2015. (Josh Haner/The New York Time)
Los efectos del fuego en el parque de remolque de Journey’s End en Santa Rosa, California. Octubre de 2017. (Josh Haner/The New York Time)
Los efectos del fuego en el parque de remolque de Journey’s End en Santa Rosa, California. Octubre de 2017. (Josh Haner/The New York Time)
Los caminos desérticos afuera de Agadez, Níger, donde decenas de migrantes parten hacia Libia cada semana. Los lunes, el día más popular de la semana para viajar, muchos camiones comienzan el recorrido. Agosto de 2016. (Josh Haner/The New York Time)
Los caminos desérticos afuera de Agadez, Níger, donde decenas de migrantes parten hacia Libia cada semana. Los lunes, el día más popular de la semana para viajar, muchos camiones comienzan el recorrido. Agosto de 2016. (Josh Haner/The New York Time)
Una vista desde el hogar de la familia de Du Jinping, de 45 años, que vive en el lago Swan en el desierto de Tengger. En esta imagen, su hija Liu Jiali corre a través de las dunas detrás de su hogar. Junio de 2016. (Josh Haner/The New York Time)
Una vista desde el hogar de la familia de Du Jinping, de 45 años, que vive en el lago Swan en el desierto de Tengger. En esta imagen, su hija Liu Jiali corre a través de las dunas detrás de su hogar. Junio de 2016. (Josh Haner/The New York Time)

Estuviste en las islas Galápagos el año pasado.

Nos dimos cuenta de que las islas eran importantes para nuestra serie sobre cómo el cambio climático afecta los sitios del patrimonio natural y cultural en todo el mundo. A medida que comenzamos a analizar las investigaciones realizadas en ese lugar, se hizo evidente que la mayoría de los efectos ocurriendo bajo el agua. Así que rápidamente me di cuenta de que necesitaría tomar muchas fotografías y videos submarinos.

¿Usar un dron bajo el agua fue la solución?

Bueno, consideramos usar vehículos submarinos operados de manera remota con cámaras montadas, pero debido al cable de conexión, no se permite que estén cerca de los animales en las Galápagos. Así que eso significaba que yo necesitaba aprender a bucear. Siempre me había parecido atemorizante. Había fijado el límite en el uso de esnórquel, que me gusta mucho.

Pasé varios fines de semana durante un par de meses para aprender a bucear en la costa de California en la bahía de Monterey. Tuve la fortuna de contar con un instructor que también era fotógrafo submarino, porque existen muchos asuntos únicos relacionados con cuidar tu equipo, evitar filtraciones de agua y lidiar con el reflejo del sol y la exposición.

Además, después de meses de discusiones también nos concedieron el permiso de volar drones en las Galápagos. Una de las estipulaciones fue que tenía que estar acompañado por un guardabosques nacional todo el tiempo mientras estuviéramos sobre tierra y dentro del agua —solo para asegurarse de que ninguna de nuestras grabaciones impactaran negativamente a los animales en su hábitat natural—. Los guardabosques revisaban cualquier efecto en el comportamiento animal y también se aseguraban de que limitáramos el impacto en estas tierras extremadamente frágiles.

Todo nuestro equipo e indumentaria tuvo que estar en cuarentena antes de ir a esas islas, en muchas de las cuales el acceso está prohibido para los visitantes. Tuvimos que llevar ropas diferentes, incluyendo zapatos y sombreros nuevos para cada isla. El reportero, Nicholas Casey, y yo nos tuvimos que desnudar y poner todas nuestras pertenencias en bolsas de plástico para que pudieran ser llevadas directamente a la cuarentena cuando regresáramos a la isla principal.

Pingüinos de las Galápagos buscando peces en la isla Isabela en las islas Galápagos. Noviembre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)
Pingüinos de las Galápagos buscando peces en la isla Isabela en las islas Galápagos. Noviembre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)
Un cardumen de sardinas del que se estaban alimentando los pingüinos de las Galápagos cerca de la isla Isabela en las Galápagos. Noviembre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)
Un cardumen de sardinas del que se estaban alimentando los pingüinos de las Galápagos cerca de la isla Isabela en las Galápagos. Noviembre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)

¿Cuál fue la sensación al estar en esas islas tan célebres por su historia?

Estar allí fue una experiencia increíble. Tuvimos que comprometernos con nuestro itinerario de antemano y solo esperar a que el clima cooperara. Debido a que existen tantas restricciones para visitar estos sitios, tuvimos que apegarnos a la planificación, lo cual es difícil cuando nunca has estado previamente en un lugar.

Muy pocas personas han visitado estos lugares y muchas de las bahías no tienen nombres reales en los mapas, así que es muy difícil buscarlas en Google. Intentar hacer una investigación previa fue casi imposible y simplemente tuvimos que confiar en nuestros contactos en ese lugar.

Lo que es realmente único sobre las Galápagos es que existen muy pocos superdepredadores ahí. Así que los animales usualmente no se sorprenden con tu presencia. Mientras mantengas una conducta muy tranquila ellos no cambian su comportamiento.

Esa también es la razón por la cual limitan el acceso a estos lugares —no quieren que los animales se acostumbren demasiado a los humanos—.

¿Cuál es el efecto del cambio climático en las Galápagos?

Ocurren tantas cosas. Está en la mira de tres corrientes. El Niño y La Niña las impactan con mayor fuerza. Estamos analizando el efecto de las temperaturas más cálidas que afectan al coral, lo cual altera a los peces más pequeños como las sardinas, y a su vez afecta a los leones marinos y a las aves que dependen de ellos.

Leones marinos en una bahía de isla Isabela en las islas Galápagos. Noviembre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)
Leones marinos en una bahía de isla Isabela en las islas Galápagos. Noviembre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)
Iguanas marinas alimentándose de algas bajo el agua cerca de cabo Douglas en la isla Fernandina en las islas Galápagos. Noviembre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)
Iguanas marinas alimentándose de algas bajo el agua cerca de cabo Douglas en la isla Fernandina en las islas Galápagos. Noviembre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)

¿Cuáles son las diferencias en la fotografía submarina y cuáles son sus desafíos?

La destreza se vuelve un problema bajo el agua porque estás usando guantes y tratas de manipular botones pequeños en una carcasa de plástico gigantesca que protege a tu preciada cámara. Y cuando vas a las Galápagos no llevas contigo una tonelada de equipo de respaldo porque debes ser ágil a medida que te mueves entre mar y tierra y cambias de isla.

Tienes que planear a qué profundidad vas a llegar para poder elegir tu carcasa. Algunas solo funcionan a unos metros de profundidad y otras pueden llegar mucho más lejos.

Así que realmente tienes que comprometerte con tu longitud focal antes de sumergirte porque no hay una manera sencilla de cambiar los lentes bajo el agua. Esto siempre es un reto especialmente cuando no estás completamente seguro de qué es lo que verás en cada ubicación.

Si no lo planeas bien, tendrás que salir a la superficie, después limpiar tu equipo con agua dulce, esperar que se seque, cambiar tus lentes, volver a lubricar los sellos de hule que van entre las diferentes partes de tu carcasa y después ensamblarlo todo, así como limpiar cualquier residuo de arena. Eso es solo para cambiar los lentes, las baterías o las tarjetas de memoria.

Se necesita mucha planeación y práctica para decidir cómo abordarás situaciones diferentes. En realidad, estaba aprendiendo conforme avanzábamos.

Así que, ¿es silencioso cuando estás buceando? quizá, al estar tan consciente de todo, hay menos distracciones.

No estoy seguro de que haya menos distracciones. El reto principal cuando buceo es que mi campo visual es limitado, debido a que usas una máscara que no te permite ver a la distancia, así como tampoco a la izquierda o la derecha.

Nick y yo siempre estuvimos juntos —en compañía del guardabosques— así que cuando alguno veía algo fuera de la vista periférica de la otra persona le tocaba en la pierna. También teníamos pizarras en las que podíamos escribir bajo el agua para que no tuviéramos que salir a la superficie para hablar y pasar tiempo para readaptarnos conforme nos sumergíamos de nuevo.

Muchos de los lugares en los que buceamos estaban cerca de la costa, así que teníamos algunas olas que impactaban la línea costera. Sin embargo, había muy pocos vehículos motorizados en los alrededores, y era muy silencioso bajo el agua. El ruido de mayor volumen era el de las burbujas de aire de nuestros reguladores cuando exhalábamos.

Pingüinos de las Galápagos en busca de peces en isla Isabela en las islas Galápagos. Noviembre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)
Pingüinos de las Galápagos en busca de peces en isla Isabela en las islas Galápagos. Noviembre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)

¿Cómo se diferencia de otros entornos que has fotografiado?

Bajo el agua, hay visibilidad limitada, y los animales a menudo están camuflados, por lo que tienes que hacer una gran búsqueda para localizar a la vida animal y vegetal que quieres documentar. Es un poco como una búsqueda del tesoro pero con la presión del tiempo porque tienes cantidades limitadas de oxígeno cuando estás bajo el agua.

¿Cuánto te dura el oxígeno bajo el agua?

Tuvimos entre treinta y cuarenta minutos de oxígeno y, en una de nuestras inmersiones, mucho de nuestro tiempo fue invertido solo en intentar encontrar una iguana marina bajo el agua durante la breve cantidad de tiempo que pasan alimentándose de algas. ¡Están camufladas y son difíciles de ver!

¿Usaste una luz estroboscópica?

No usé una luz estroboscópica porque estaba grabando video, pero sí utilicé algunas luces ledes bajo el agua. Y es una cosa más que debes manipular cuando estás bajo el agua. Así que además de foco, exposición, cambiar entre fotografía fija y video, luego debes ajustar la intensidad y la dirección de las luces que se encuentran en estos brazos articulados sobre la cámara, y hacer todo esto cuando haya corrientes.

Una tortuga marina en La Lobería en la isla San Cristóbal de las Galápagos. Noviembre de 2018 (Josh Haner/The New York Time)
Una tortuga marina en La Lobería en la isla San Cristóbal de las Galápagos. Noviembre de 2018 (Josh Haner/The New York Time)

¿Cuál es el siguiente reto?

Alguna combinación de imágenes de drones con tal vez modelaje 3D y gráficos interactivos para que puedas usar el movimiento del dron con el fin de crear un efecto narrativo en la pieza. Eso es lo que más me gustaría experimentar en el futuro.

También intenté hacer piezas con cámara rápida en Yellowstone porque los drones están prohibidos en los parques nacionales de Estados Unidos. Me quedé realmente cautivado con las imágenes de la cámara rápida y espero usarla mucho más en los siguientes años.

¿Siempre has sido un amante de las actividades al aire libre?

Mi papá era un amante de las actividades al aire libre y cada uno de mis padres trabajó medio tiempo cuando yo crecía. Cuando mi papá me cuidaba, a menudo estábamos en contacto con la naturaleza para realizar senderismo, y desde una edad temprana me quedó grabada la importancia de estar al aire libre. Y he seguido haciendo eso. Tomé algunas de mis primeras fotografías en bosques alrededor de San Francisco y en las montañas de Yosemite.

A mediados de cada año, realizo largos recorridos con tan solo una mochila. Realmente me siento más en casa cuando estoy lejos de toda la tecnología y sentado en un lago en la sierra.

Una de las principales razones por las que mi esposa y yo recientemente decidimos mudarnos al norte de California fue para estar más cerca de la naturaleza y de los lugares que visité y en los que acampé durante mi infancia. Realmente queremos compartir eso con nuestra hija a medida que crece.

Gran Fuente Prismática, Parque Nacional Yellowstone. Octubre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)
Gran Fuente Prismática, Parque Nacional Yellowstone. Octubre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)
Bisontes peleando, Parque Nacional Yellowstone. Octubre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)
Bisontes peleando, Parque Nacional Yellowstone. Octubre de 2018. (Josh Haner/The New York Time)
Amiya Brunet en el puente que conduce a su hogar en la isla de Jean Charles, en Luisiana (Josh Haner/The New York Time)
Amiya Brunet en el puente que conduce a su hogar en la isla de Jean Charles, en Luisiana (Josh Haner/The New York Time)
Iguanas marinas alimentándose de algas bajo el agua cerca de cabo Douglas en la isla Fernandina en las islas Galápagos. (Josh Haner/The New York Time)
Iguanas marinas alimentándose de algas bajo el agua cerca de cabo Douglas en la isla Fernandina en las islas Galápagos. (Josh Haner/The New York Time)

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