Es hora de frenar a Putin

Putin me distrae de mi misión: terminar el libro infantil inspirado en el ataque a Ucrania, cuya recaudación irá a ayudar a niños víctimas de su ataque

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Vladimir Putin (Sputnik/Mikhail Klimentyev/Kremlin via REUTERS)
Vladimir Putin (Sputnik/Mikhail Klimentyev/Kremlin via REUTERS)

Es hora que los líderes del mundo civilizado, del cual Putin no forma parte, se pongan los pantalones largos y se den cuenta que si no hacen lo que deben, esto terminará muy mal.

Putin no es de confiar. Nunca lo fue y nunca lo será. ¿Hasta cuándo dirán que hay que buscar la vía de la diplomacia, de la negociación? No se puede negociar con un socio que te ha engañado infinidad de veces.

Dicen que la primera vez que te abusan es culpa del abusador. La segunda es tuya. En este caso, Putin no se cansa de mentir al mundo y más aún a su propio pueblo, usando un férreo control de todos los medios de comunicación rusos.

Los detalles son conocidos. Según fuentes de inteligencia internacional, ni siquiera habría consultado con sus generales antes de esta brutal invasión. Mandó a sus tropas sin informarlas sobre cuál era la misión, mal pertrechadas, mal alimentadas. Su superioridad numérica y militar es lo único que lo ha sostenido durante estas semanas. Su plan de un resultado rápido, donde el pueblo ucraniano lo recibiría con flores, no le salió como pensaba.

¿Se puede seguir diciendo que es un estratega?

Claramente está asediado, ve que sus recursos son cada vez más cercenados y está tomando medidas que se asemejan a manotazos de ahogado más que a un plan maestro. Su meta es destruir. En su frente tiene dibujado un “tiro al blanco”, y lo sabe.

Edificios destruidos en la región de Kiev, Ucrania (Presidencia de Polonia/Handout vía REUTERS)
Edificios destruidos en la región de Kiev, Ucrania (Presidencia de Polonia/Handout vía REUTERS)

Es solo cuestión de tiempo para que su pueblo empiece a sufrir las consecuencias de sus malas decisiones y vea el verdadero mapa de sus acciones. Ha quebrado su economía, matado a miles de sus propios ciudadanos, se ha convertido en un paria del mundo; todo en tiempo récord.

Logró algo sin precedentes: mancomunó a la mayoría del pueblo ucraniano en su contra (ahora lo odian aún aquellos que eran pro-Rusia), y unió a la comunidad internacional en el mismo sentido. No solo políticos o países. Empresas, artistas y organizaciones de todo tipo se han manifestado o tomado medidas en contra de Rusia y Putin.

Aún si logra hacerse de la totalidad del territorio de Ucrania por la fuerza, lo que tendrá son sitios estratégicos, con una infraestructura destruida que solo le serviría de plataforma de lanzamiento para ataques sobre otras naciones independientes. El pueblo ucraniano nunca será dominado.

Es el bully del mundo a quien le perdonaron la vida con ataques anteriores, desde Crimea a Siria, donde experimentó con armas químicas, abusos y crímenes de guerra y de lesa humanidad. Humanidad es justamente una cualidad que no posee.

Si lo dejan seguir jugando a la guerra, no se detendrá. ¿Por qué no seguir por Rumania? Ya alguna excusa para invadirla encontrará. Pertenece a la Unión Europea y a la OTAN. O Polonia, un caso similar. Los bullies son así. Empujan hasta que los frenan.

Sostengo lo mismo que dije después del ataque terrorista del 9-11. La única manera de luchar contra ellos es meterse en sus mentes, entenderlos desde adentro. No se los puede analizar desde nuestro punto de vista.

La destrucción en Mariupol (REUTERS/Alexander Ermochenko)
La destrucción en Mariupol (REUTERS/Alexander Ermochenko)

Si un joven se inmola matando inocentes en nombre de su dios y su madre sale a festejar por que su hijo es un mártir, un héroe que será recompensado con sexo con setenta y dos vírgenes en el más allá, es absurdo intentar comprenderlos desde nuestra cultura o nuestra educación.

En el caso de Putin, lidiamos con un psicópata incapaz de sentir nada por la vida ajena. Simplemente no le importa quién, cuantos o como mueren.

Niños violados frente al cadáver de sus padres y otros testimonios de los horrores que están cometiendo sus tropas hablan de quienes son.

Según Inna Sovsun, una parlamentaria ucraniana (@InnaSovsun), los ucranianos intentaron negociar con los rusos para intercambiar prisioneros. Ofrecieron devolver los cadáveres de sus soldados por no tener morgues para mantenerlos refrigerados. “No los queremos”, fue la respuesta rusa. Llevaron hornos crematorios ambulantes para no traer de regreso a Moscú la evidencia de sus caídos en combate. Cuando estos hornos sufrieron fallas técnicas, simplemente desecharon a sus soldados. Hay testimonios que también abandonan a sus soldados heridos. ¿Qué tipo de tratamiento humanitario se les puede pedir para sus enemigos?

Otra peligrosa posibilidad que temen los expertos es que Putin sabotee una central nuclear (ya tuvo bajo su poder a Chernobyl) aludiendo que “fue un accidente”, creando de esa forma un desastre cuyas consecuencias mejor ni imaginar. Con la excusa de que es un poder nuclear y puede usarlo, hasta ahora la comunidad internacional lo han dejado ir tan lejos como quiso.

Hoy el Washington Post informó que había recibido una copia de una nota diplomática. En la misma, Rusia afirmó que los envíos de armas de Estados Unidos y la OTAN a Ucrania podrían traer “consecuencias impredecibles”.

Reitero. La única forma de terminar con esta carnicería y con el peligro que representa un personaje así, es que lo saquen de la escena. O políticamente, o con uno de sus socios traicionándolo.

De otra forma, nunca estaremos a salvo.

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