La Nobel de la Paz iraní Narges Mohammadi ratificó su lucha por los derechos humanos y de las mujeres en el país -especialmente en contra del uso obligatorio del velo y la pena de muerte- y aseguró que no se dejará silenciar por el encarcelamiento del régimen.
Este domingo, en su primer diálogo con el Comité Nobel tras haber sido galardonada, la activista aseguró que si bien “puedo hacer mucho más fuera de los muros de prisión, no dejaré que el encarcelamiento me calle, nunca”. “El compromiso en aras de los derechos de las mujeres, de los derechos humanos y de la libertad no puede verse entorpecido por ningún muro de prisión”, insistió.
Mohammadi ha sido detenida en reiteradas oportunidades y, actualmente, cumple una condena de 13 años y nueve meses en la prisión de Evin, en Teherán, por supuestamente conspirar contra la seguridad del Estado y difundir propaganda contra las autoridades.
En su reciente contacto con los miembros del Comité, se refirió a esta sentencia y la consideró un intento del régimen para silenciar su trabajo y “amordazar todas las voces de la oposición en el país”, aunque aseguró que, pese a estos esfuerzos, “el pueblo de Irán se ha levantado”, tal como quedó expuesto en el último tiempo, con las reiteradas condenas de la comunidad internacional y con las masivas protestas tras la muerte de la joven kurda Mahsa Amini.
La conversación de este domingo se dio en el marco de una libertad parcial, por tres semanas, a la que accedió el pasado 4 de diciembre, tras ser sometida a una compleja cirugía en la que le extrajeron parte de un hueso en su pierna derecha, por temor a un cáncer.
Sus imágenes descendiendo de la ambulancia al grito de “¡Hola libertad!”, “¡Mujeres, vida, libertad!”, “¡La libertad es nuestro derecho!” y “¡Viva la libertad!” y sin llevar el velo obligatorio no tardaron en hacerse virales y llevar alegría a muchos que siguen de cerca su situación en prisión y condenan este tipo de acciones del régimen.
Inclusive, su hijo, Rahmani, celebró haber podido mantener un breve contacto telefónico en el que “fue capaz de decirme que me ama” y le ratificó que “seguirá luchando sin descanso contra la República Islámica de Irán para que el apartheid de género sea reconocido como un crimen universal en todo el mundo, y que también seguirá luchando contra la pena de muerte”.
No obstante, el anuncio fue insuficiente para muchos, que insisten en la libertad de la mujer. “Una suspensión de 21 días de la sentencia de Narges Mohammadi es insuficiente. Nunca debería haber sido encarcelada en primer lugar”, dijeron sus partidarios, mientras que Estados Unidos se pronunció en un tono similar y advirtió que su situación “sigue siendo muy preocupante y desafortunada”.
“El deterioro de su salud es consecuencia directa de lo que ha tenido que soportar a manos del régimen iraní. Hacemos un llamado nuevamente para la liberación inmediata e incondicional de Narges (...) que nunca debió estar en la cárcel”, declaró el portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel.
Por su parte, Rebecca Vincent, de Reporteros Sin Fronteras, sostuvo que, a pesar de sentirse “enormemente aliviados por la liberación temporal, que es un paso importante, en la dirección correcta”, lo cierto es que “seguimos profundamente preocupados por su preocupante situación de salud y urgimos a las autoridades iraníes a concederle suficiente tiempo en casa para permitir su completa recuperación”.
(Con información de AFP y EFE)