Por qué el programa continental que plantea Marine Le Pen puede poner patas para arriba a la Unión Europea

La segunda vuelta para elegir presidente de Francia se llevará a cabo el próximo 24 de abril y decidirá entre la candidata de ultraderecha y el actual mandatario, Emmanuel Macron

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Marine Le Pen. REUTERS/Christian Hartmann/File Photo
Marine Le Pen. REUTERS/Christian Hartmann/File Photo

Tan solo faltan 6 días para la segunda vuelta que definirá el futuro presidente de Francia, cargo disputado por Marine Le Pen y quien lo ocupa actualmente, Emmanuel Macron.

La llegada de Le Pen al Elíseo, teniendo en cuenta el papel cardinal de Francia en la construcción europea, obligaría a una revisión radical del funcionamiento y de las políticas de la Unión Europea si se aplicara su programa.

CONCILIADORA CON PUTIN

La líder de la ultraderecha francesa ha manifestado hasta hace pocos meses una proximidad ideológica con Vladímir Putin que explotó electoralmente en 2017 y que pretendía volver a hacer en estos comicios.

Con el estallido de la guerra en Ucrania, ha criticado sin paliativos la invasión rusa y ha denunciado “crímenes de guerra”. Pero insiste en que una vez que termine el conflicto, la OTAN tendría que restablecer su relación con Moscú para evitar que se asocie con China, que dice ser su gran temor.

LA PRIMACÍA DEL DERECHO FRANCÉS

Le Pen considera que la mejor forma de no tener que someterse a las reglas de la UE que no le gustan es imponer la primacía del derecho francés sobre el europeo y el internacional.

La segunda vuelta entre Le Pen y Macron se realizará el próximo 24 de abril. REUTERS/Sarah Meyssonnier
La segunda vuelta entre Le Pen y Macron se realizará el próximo 24 de abril. REUTERS/Sarah Meyssonnier

Una idea que ya enfrenta actualmente al Gobierno nacionalista de Polonia con Bruselas y que, de llevarse a cabo en un país clave en la UE como Francia desmontaría el funcionamiento del bloque europeo, con medidas que se imponen a todos y garantizan, por ejemplo, el funcionamiento del mercado único.

COOPERACIONES VOLUNTARIAS EN UNA EUROPA DE NACIONES

En su lugar, Le Pen propone “una alianza europea de naciones” abiertas a cooperaciones voluntarias y pone como ejemplo lo realizado con Airbus en los aviones de línea o con Arianespace en los cohetes espaciales, proyectos en los que participan solo algunos países.

Desde su fracasada experiencia electoral en 2017, también frente a Emmanuel Macron, Le Pen ha abandonado su idea de sacar a Francia del euro, que tantos temores generaba y la lastró electoralmente. Pero sigue defendiendo barreras dentro del mercado único porque tiene intención de arrogarse el derecho de controlar las mercancías que entran en Francia desde otros países europeos con la excusa de la lucha contra el fraude.

FIN DE PROGRAMAS DE ARMAMENTO COMO EL FUTURO CAZA EUROPEO

Su política de defensa contempla, para garantizar la estatura de potencia de Francia, retirarse del mando integrado de la OTAN, un “diálogo con Rusia sobre los grandes asuntos comunes”, y al mismo tiempo romper con Alemania -a la que lanza muchos reproches- las “cooperaciones estructurales” en materia de armamento.

Eso afecta en particular a un programa bilateral para carros de combate y al del futuro sistema de aviones de combate (SCAF) en el que también participa España. Su prioridad es reforzar las exportaciones francesas de armamento, que serían uno de los ejes de su diplomacia.

La política de defensa  de Le Pen contempla, retirarse del mando integrado de la OTAN, un “diálogo con Rusia sobre los grandes asuntos comunes”, y al mismo tiempo romper con Alemania.
 / AFP PHOTO / FRANCOIS NASCIMBENI
La política de defensa de Le Pen contempla, retirarse del mando integrado de la OTAN, un “diálogo con Rusia sobre los grandes asuntos comunes”, y al mismo tiempo romper con Alemania. / AFP PHOTO / FRANCOIS NASCIMBENI

RENACIONALIZAR EL CONTROL DE FRONTERAS

Marine Le Pen promete restablecer la vigilancia y el control sistemático en sus fronteras, lo que en la práctica significa el fin de la libre circulación en la zona Schengen, que en los últimos años se ha visto en parte limitada en nombre de la lucha contra el terrorismo, contra la inmigración irregular o por la covid.

Con ese objetivo, renegociaría los acuerdos de Schengen para establecer un procedimiento simplificado para franquear las fronteras interiores que estaría limitado a los ciudadanos de la UE, no al resto.

Su política para poner fin a lo que llama la “inmigración masiva” también socavaría el principio de la libre circulación, por no hablar del hecho de que las demandas de asilo solo se podrían hacer desde el exterior del territorio francés.

CUESTIONA LA POLÍTICA AGRARIA Y LOS ACUERDOS COMERCIALES

Le Pen despotrica contra la deriva que ha tomado la Política Agraria Común (PAC) en el marco del Pacto Verde de la UE, porque las nuevas reglas medioambientales a su juicio aumentarán la importación de alimentos de países terceros. Su intención es completar las ayudas europeas con otras francesas en apoyo de los sectores en dificultades para incentivar la producción, lo que puede generar distorsiones.

En nombre de la soberanía alimentaria, pretende excluir los productos agrícolas de los acuerdos comerciales de la UE con otros países o bloques regionales y suspender las negociaciones de los que se están negociando con Mercosur, Australia y Nueva Zelanda, además de negarse a ratificar el que ya se concluyó con Canadá.

Foto de archivo. Un granjero opera un tractor para sembrar remolacha a azucarera en Cambrai, Francia.  REUTERS/Pascal Rossignol.
Foto de archivo. Un granjero opera un tractor para sembrar remolacha a azucarera en Cambrai, Francia. REUTERS/Pascal Rossignol.

En la misma línea, quiere impedir la importación de alimentos cuya producción no cumple las reglas sanitarias o medioambientales a las que se tienen que atener los agricultores europeos, pero además imponer la identificación del país de origen de todos los productos.

(con información de EFE)

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