El narco mexicano puso los ojos en una poderosa droga ancestral y “más orgánica”

Los hongos alucinógenos que contienen la poderosa triptamina psicodélica llamada “psilocibina” podrían ayudar a tratar trastornos psicológicos como ansiedad, depresión y el síndrome de estrés postraumático, al menos en microdosis reguladas, según han descubierto los últimos avances científicos.

Sin embargo, a pesar de dichos hallazgos, y que en Estados Unidos varios estados avanzan en su legalización, la ley general de salud en México establece que esas especies deben estar sujetas a control y las clasifica como sustancias psicotrópicas, situándolas al mismo nivel que la marihuana y otras sustancias ilegales.

La pena por transportar, suministrar y comercializar hongos alucinógenos en México puede alcanzar hasta los 20 años de prisión.

Aún así, su consumo está en auge debido a sus presuntas propiedades para tratar trastornos mentales que son de amplio interés para la medicina alternativa. Las ventas se hacen discretamente por internet y se entregan en casas u oficinas. La presentación más común es un pequeño gotero.

Estados de EEUU como Oregón y Colorado, que recientemente voto a favor de los hongos alucinógenos, abogan por un escenario que, según las estimaciones, en 2026 sea factible y se traduzca en la venta de hongos con psilocibina en centros gubernamentales regularizados.

Para al año siguiente, 2027, se estima que el mercado de los hongos alucinógenos tenga un valor de unos 6 mil 900 millones de dólares anuales y esté liderado por farmaceúticas como Johnson & Johnson.

Sin embargo, al tratarse de un negocio millonario, probablemente los cárteles mexicanos no querrán estar fuera, advirtió el periodista Óscar Balderas.

Balderas, en su última intervención para MVS, explicó que hace una década los hongos con psilocibina crecían en ambientes silvestres en zonas del centro y sur de México, pero desde entonces el panorama ha ido cambiando.

Comunidades indígenas como los nahuas, chinantecos, mixtecos, mazatecos y zapotecos, han visto la irrupción del narco en sus territorios para apoderarse de esos recursos naturales.

Un informe de la Guardia Nacional (GN) señaló a dos cárteles mexicanos por robar peyote y hongos: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa, y apuntó que familias criminales, ubicadas desde Zacatecas hasta Oaxaca, han asesinado a defensores de territorio y cuidadores hongos.

En octubre, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) dio a conocer que busca que los tratamientos a base de psilocibina y hongos psilocibios (hongos alucinógenos) para combatir diversos padecimientos mentales como la depresión y la ansiedad sean legales y regulados por el Estado.

Alejandra Lagunes Soto Ruiz fue la senadora encargada de promover el Parlamento Abierto que tiene por objeto abordar las diferentes aristas que contiene el fenómeno proveniente del reino fungi. Motivo por el que se montó la primera mesa de discusión el martes 11 que llevó por nombre “Innovación para la Salud Mental, Medicina Transformativa y Evidencia Internacional”.

Al encuentro acudieron Anja Loizaga-Velder, psicoterapeuta especializada en psicología humanista, transpersonal y del estudio de la consciencia; Yaqui Andrés Martínez Robles, fundador, director ejecutivo y docente del Círculo de Estudios en Terapia Existencial; José Valencia, médico psiquiatra; Eduardo Silva, psicoterapeuta corporal; Carmen Lucía Amezcua Guerrero, médica psiquiatra; y Raúl Iván Escamilla, psiquiatra Especialista en esquizofrenia.

Durante su participación, Amezcua Guerrero sostuvo que existe evidencia que indica que el consumo terapéutico de hongos psilocibios pueden ayudar a sanar cuadros depresivos en los pacientes, así como quitar diferentes adicciones como al alcohol o al tabaco. Al respecto, Escamilla señaló que existe un efecto positivo en las personas depresivas y que, en consecuencia, se evita que lleguen al suicidio.

No obstante, el panel completo coincidió en que debe de existir sustento científico en la legislación que emane de estas mesas de diálogo y, al mismo tiempo, el texto resultante debe de estar cuidadosamente redactado para aplicar en México, esto para evitar la charlatanería en el ejercicio de estos procesos terapéuticos, pues el manejo inadecuado de éstos podría ser oprobio para la salud mental.

“El debate en Colorado nos obliga a una reflexión: o vamos con la corriente del mundo de discriminalizar drogas inofensivas o dejamos el narco se beneficie del negocio”, apuntó Balderas.

SEGUIR LEYENDO: