Damien Echols: quién es el joven acusado de satanismo en el que se basó Eddie Munson de Stranger Things

Como ocurrió con Eddie, Damien Echols fue señalado injustamente como responsable del asesinato de tres niños durante un supuesto ritual satánico en 1993

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Damien Echols, como Eddie Munson, fue injustamente acusado por la gente de su comunidad por pertenecer, presuntamente, a un culto satánico. (Fotos: The New York Times | Netflix)
Damien Echols, como Eddie Munson, fue injustamente acusado por la gente de su comunidad por pertenecer, presuntamente, a un culto satánico. (Fotos: The New York Times | Netflix)

ALERTA DE SPOILERS

Eddie Munson, el joven metalero y apasionado del juego de rol Dungeons & Dragons (Calabozos y Dragones, en español) es un personaje que llegó a Stranger Things en la cuarta temporada y, poco a poco, se ganó el cariño y la simpatía de gran parte del público.

Durante sus primeros minutos en pantalla parecía que el rol de Eddie sería bastante secundario y se limitaría a compartir sólo algunas secuencias con Mike y Dustin como miembros del club de juego Hellfire. Sin embargo, las cosas se complicaron rápidamente para Eddie al ser testigo del cruel y, hasta ese momento, inexplicable asesinato de Chrissy Cunningham.

Asustado y desconcertado, Eddie huyó del lugar y, durante días, se dedicó a esconderse de la policía y los habitantes del pueblo de Hawkins, pues fue señalado desde el inicio como el principal sospechoso del crimen, ya que Chrissy murió dentro de la casa rodante en la que vivía el joven.

Escena en la que Chrissy muere ante los ojos de Eddie. (Foto: Netflix)
Escena en la que Chrissy muere ante los ojos de Eddie. (Foto: Netflix)

Posteriormente, a Eddie se le acusó de ser culpable también de las muertes de Fred y Patrick quienes, al igual que Chrissy, fueron asesinados por Vecna. ¿La razón? Jason Carver y otros miembros del equipo de basketball de la Secundaria Hawkins esparcieron el falso rumor de que Hellfire era, en realidad, un culto satánico liderado por Eddie.

A raíz de esto, Max, Dustin, Nancy, Steve, Robin, Lucas y Erica se dedican a proteger a Eddie y, con su ayuda, estructuran un plan para detener a Vecna.

En la serie Eddie es duramente juzgado por todos los habitantes del pueblo, pues nadie más que el grupo de protagonistas, así como su propio tío, confiaron en la inocencia del joven. Incluso después de su muerte, podemos ver que hay personas que siguieron acusándolo de haber pertenecido a un culto que se dedicaba a sacrificar personas.

Foto: Netflix
Foto: Netflix

El trágico final de este personaje en la serie se vuelve aún más impactante cuando se conoce que detrás de él hay una historia real llena de injusticias: el caso de Damien Echols, también conocido como “Los Tres de West Memphis” (West Memphis Three en inglés).

Durante una entrevista publicada por Netflix el pasado 30 de mayo, los hermanos Matt y Ross Duffer, creadores de Stranger Things, comentaron que querían agregarle a la serie un toque de histeria colectiva derivada del “pánico satánico”, lo cual los llevó a revisar el caso de “Los Tres de West Memphis”.

“En verdad queríamos un personaje fanático del heavy metal, que jugara Dungeons & Dragons y que fuera un verdadero nerd de corazón, pero que, desde el punto de vista de alguien más, pudiera decir ‘Esta persona da miedo’”, comentaron los hermanos Duffer.

Quién es Damien Echols

Actualmente, Damien Wayne Echols, cuyo nombre de nacimiento es Michael Wayne Hutchison, es un reconocido escritor que participa constantemente en entrevistas y podcasts para hablar acerca de su injustificada acusación en el caso de “Los Tres de West Memphis”. Además, organiza exposiciones de arte y utiliza las plataformas digitales para compartir sus creaciones.

Nació el 11 de diciembre de 1974 en West Memphis, Arkansas, Estados Unidos. Tuvo una infancia complicada, profundamente marcada por dificultades económicas y numerosos problemas entre su madre y su padre, quienes se divorciaron cuando Damien tenía sólo ocho años.

Actualmente, Daniel Echols es escritor y se dedica a organizar exposiciones de arte. (Foto: Rolling Stone)
Actualmente, Daniel Echols es escritor y se dedica a organizar exposiciones de arte. (Foto: Rolling Stone)

Durante su juventud tuvo múltiples complicaciones, pues abandonó la escuela y fue arrestado varias veces por delitos menores como robo a comercios locales. De manera adicional, fue internado en una institución de atención mental, en la que se determinó que padecía de delirios de grandeza y persecución, así como de alucinaciones auditivas y visuales.

En cuanto a su aspecto, Damien se mostró muy distinto a los demás jóvenes de la ciudad, ya que nunca ocultó su gusto por el heavy metal, así como su interés por las artes místicas.

Todos estos elementos, en su conjunto, provocaron que la policía local, así como los habitantes de West Memphis, lo señalaran como culpable del asesinato de tres niños de ocho años sin evidencia alguna de su participación en el crimen.

Los Tres de West Memphis: cuál es la verdad detrás del caso

El 5 de mayo de 1993, Steven Branch, Michael Moore y Christopher Byers, todos de ocho años, desaparecieron de su vecindario en la ciudad de West Memphis, Arkansas, Estados Unidos.

Sus cuerpos fueron encontrados un día después en un canal de drenaje, sin ropa y con ataduras en sus muñecas y tobillos. En aquella época abundaba el pánico hacia los cultos y las prácticas e ideas relacionadas con las artes místicas. Dado que los análisis médicos no identificaron signos de abuso sexual hacia los menores, asumieron que se había tratado de un ritual satánico.

Sin evidencia alguna, las sospechas de la policía se volcaron rápidamente hacia Damien Echols y su amigo Charles Jason Baldwin. Este último era reconocido por la comunidad como amigo de Echols, con la diferencia de que él contaba con un impecable historial escolar.

Damien Echols, Jason Baldwin y Jessie Misskelley fueron acusados por los asesinatos de los tres niños en West Memphis. (Foto: The New York Times)
Damien Echols, Jason Baldwin y Jessie Misskelley fueron acusados por los asesinatos de los tres niños en West Memphis. (Foto: The New York Times)

La policía local detuvo a Echols y Baldwin después de obtener una confesión por parte de Jessie Misskelley, un joven de 16 años de edad. Las autoridades interrogaron a Jessie durante 12 horas sin supervisión alguna. Derivado de esto, el chico dijo que había estado con Damien y Jason cuando cometieron el crimen y evitó que uno de los niños huyera, aunque él no habría participado en el asesinato.

Algunos fragmentos de la conversación entre la policía y Jessie fueron filtrados a la prensa incluso antes de que se iniciara un juicio de manera formal.

No había pruebas de ADN que vincularan a los jóvenes con el múltiple homicidio. Las supuestas confesiones de Jessie eran inconsistentes. Todos tenían coartadas que respaldaban su inocencia. Sin embargo, el juicio ganó una atención mediática sin precedentes, pues fue presentado por las autoridades como la historia de tres asesinatos motivados por un rito satánico.

La ausencia de evidencia genética que estableciera una conexión entre los jóvenes y las víctimas, lejos de ser un impedimento para que continuara el proceso legal en su contra, fue utilizada como un argumento por la policía para asegurar que la escena del crimen había sido limpiada perfectamente, lo cual “era una prueba de satanismo”.

En 1994, los acusados fueron presentados ante la Suprema Corte de Arkansas, en donde el jurado deliberó en su contra. El 19 de marzo de aquel año, Jessie y Jason fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Por otro lado, Demian, que fue identificado como el líder del “grupo satánico”, fue condenado a muerte.

Destaca el hecho de que, antes de dictar la sentencia en contra de los jóvenes, las autoridades presentaron el testimonio de Vicki Hutcheson, quien aseguró haber escuchado a Damien Echols confesar el asesinato de tres niños en medio de una reunión de un grupo religioso pagano. Años más tarde, en 2003, Hutcheson confesó que había sido amenazada y que sus declaraciones habían sido dictadas, palabra por palabra, por la policía.

Aunque el caso carecía de argumentos y solidez, la batalla legal para defender la inocencia de Echols, Baldwin y Misskelley ha sido sumamente lenta y ha estado llena de obstáculos.

Damien Echols en compañía de Randy Blythe, vocalista de Lamb of God, una de las tantas bandas que a lo largo de las décadas han mostrado su apoyo a los acusados. (Foto: Twitter/@damienechols)
Damien Echols en compañía de Randy Blythe, vocalista de Lamb of God, una de las tantas bandas que a lo largo de las décadas han mostrado su apoyo a los acusados. (Foto: Twitter/@damienechols)

En 2007 se encontró ADN en las evidencias del caso que desestimaba la participación de los condenados. Sin embargo, un año después, se reveló que uno de los miembros del jurado comentó el caso con un abogado, quien lo convenció de la culpabilidad de los jóvenes.

Fue hasta agosto de 2011, semanas antes de que se hiciera efectiva la pena de muerte contra Damien Echols, el trío de acusados recurrió a un controvertido recurso legal conocido como la Doctrina Alford, la cual consiste en un tipo de declaración en la que la parte acusada se declara inocente, pero acepta que existen evidencias suficientes para comprobar su culpabilidad ante un juez.

Los jóvenes fueron liberados de sus penas y el entonces gobernador de Arkansas, Mike Beebe les concedió el perdón absoluto. Hasta la fecha, las autoridades no han logrado determinar a la o las personas responsables de los brutales asesinatos de Steven Branch, Michael Moore y Christopher Byers.

Durante los últimos años, Damien Echols ha mantenido una lucha constante para que el estado de Arkansas lleve a cabo las investigaciones correspondientes que permitan identificar a quien cometió tales crímenes.

El pasado 23 de junio se llevó a cabo una audiencia en la cual se determinaría la posibilidad de usar nueva tecnología de identificación genética para recabar más pruebas y, así, resolver el caso. Sin embargo, las autoridades de Arkansas no permitieron la realización de dichas investigaciones, con lo que, una vez más, todo se ha estancado.

“El estado de Arkansas cree que si hacen que las cosas sean lo más miserables e improductivas posible, simplemente nos daremos por vencidos y podrán mantener oculta la corrupción, y al verdadero asesino. No vamos a ninguna parte”, escribió Damien Echols en su cuenta de Twitter el 24 de junio pasado.

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