Disfraces inspirados en el ataque a Culiacán desataron polémica en redes sociales

Algunos de los culichis se caracterizaron de Ovidio Guzmán y sicarios del Cártel de Sinaloa

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Algunos de los culichis se caracterizaron de Ovidio Guzmán y sicarios del Cártel de Sinaloa

Este año la celebración de Halloween no estuvo exenta de polémicas. Quince días después del operativo fallido en Culiacán, para detener al hijo del Chapo Guzmán, y la violencia que desató el Cártel de Sinaloa para rescatarlo, muchos culichis salieron a las calles, inspirándose en la interminable tarde del 17 de octubre, para sus disfraces.

Hubo padres que caracterizaron a sus hijos como Ovidio Guzmán, o de integrante de la célula criminal con todo y víctima a cuestas.

En otro punto de la ciudad, decenas de personas disfrazadas aplaudieron el paso de una pipa de Pemex, como uno de los vehículos que los civiles armados amenazaron con hacer explotar si Ovidio Guzmán no era liberado. La unidad era en realidad una pipa de agua.

Un grupo de jóvenes portando armas gotcha, simularon uno de los vehículos que participó en los bloqueos del llamado jueves negro. Las personas fueron detenidos por la Policía Municipal.

Algunos de los culichis se caracterizaron de Ovidio Guzmán y sicarios del Cártel de Sinaloa

Horas antes, las autoridades de Culiacán habían hecho una advertencia: “Vamos a estar muy pendientes de aquellos en que se haga alusión a cualquier tipo de violencia, es decir, todos aquellos disfraces en los que tengan como atuendo algún arma réplica, van a ser sancionados”, señaló Oscar Quinto, titular de Seguridad Pública y Tránsito de la región.

Al menos 500 elementos policíacos patrullaron la ciudad, incluso algunos policías entregaron dulces a los menores.

Pese a que la policía detuvo durante los festejos a 250 personas, —48 menores de edad— hicieron una distinción: “Los jóvenes se portaron mejor que en otros años”.

El Sistema Estatal de Protección Integral de Niñas, niños y adolescentes en Culiacán ya busca a los padres que disfrazaron a sus hijos como integrantes de cárteles, para orientarlos a recrear éstos estereotipos.

La narcocultura se ha arraigado sobre todo en los estados donde la guerra contra el narcotráfico es más notoria. Un día después de los hechos del 17 de octubre, surgieron varios narcocorridos que hacían apología de la imagen de Ovidio Guzmán, presunto líder del cártel de Sinaloa a quien las autoridades detuvieron y soltaron tras amenazas a la población.

Un niño disfrazado de Ovidio Guzmán (Foto: Especial)
Un niño disfrazado de Ovidio Guzmán (Foto: Especial)

Los componentes de la liberación, propios de una película, se convirtieron de inmediato en carne de narcocorrido, un subgénero de la música popular mexicana que exalta las andanzas de los narcotraficantes casi como si fueran héroes clásicos.

"Saben a lo que se atienen, más no saben lo que viene. Es de ahuevo que lo sueltan, Culiacán tiene sus reglas”, dice la estrofa de un tema colgado en YouTube. Su autor, Héctor Guerrero, relata un poco de lo que se vivió aquél día en la ciudad fronteriza.

Gracias a un sonido folclórico de melodías repetitivas y una rica jerga de la calle, los narcocorridos forman parte de la cultura popular de México

“Estado de Sinaloa es cuna de los Guzmán, el gobierno imprudente al niño fue a despertar, aprovechando que el Jefe se encuentra en otro lugar. Ahora ya lo despertaron y ya no saben qué hacer, porque el niño tiene amigos que van a jugar con él, aquí quedó demostrado lo grande de su poder”. Este pasaje pertenece a otra de las canciones que se mofa de la debilidad del gobierno y destaca el poder del heredero de una de las mayores organizaciones criminales de México.

El corrido está escrito por Miguel Gastelum, un emigrante de Sinaloa, y experto en fabricar hist histográficos desde el salón de su restaurante en California, EEUU.

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