El horror, el dinero, las drogas, todo el poder: 20 años de la huella de "El Chapo" en México

En enero de 2017 México extraditó a Estados Unidos al narcotraficante más importante que ha existido en la historia del crimen organizado del país: Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera.

Su envío y el llamado juicio del siglo dejó al descubierto casos de corrupción así como anécdotas que describieron los métodos empleados por el hombre que llegó a liderar una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo, con presencia en 48 países.

El que haya sido declarado culpable y la posible sentencia de cadena perpetua que lo obligarán a pasar el resto de su vida en la cárcel supone una victoria en la lucha contra las drogas. Sin embargo, no se puede pasar por alto el hecho de que hasta ahora, el mayor juicio contra un narcotraficante mexicano se realizó en Estados Unidos y no en México, aún cuando la mayor parte de los crímenes fueron cometidos en este país.

Por 20 años, "El Chapo" controló el negocio de las drogas en México. Se apoderó de todos los eslabones de la cadena de producción: origen, trasporte y venta. Cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana, Loera lo dominaba todo.

Fue el capo que marcó la transición de la marihuana a las drogas sintéticas; cuando a mediados de la década de los 2000 la producción del cannabis se incrementó en EEUU, el Cártel de Sinaloa estableció decenas de laboratorios de drogas sintéticas en Jalisco, Sinaloa y Baja California. Muy pronto, Loera y su cártel se convirtieron en el mayor proveedor de metanfetaminas en el mercado estadounidense.

De acuerdo con la propia Administración para el Control de Drogas (DEA) de EEUU, la organización criminal modificaba con frecuencia su sistema de distribución y ampliaba su mercancía.

Pasó de usar camiones de carga y automóviles particulares para transportar droga a construir túneles en ciudades fronterizas y luego a recurrir a empresas "legales" para enviar los cargamentos en vagones de ferrocarril.

En el modelo de negocios del crimen organizado la estrategia para abastecerse de su mercancía es básico. Conforme fueron mejorando los servicios de vigilancia, también se modificó el transporte de los cárteles. De tal suerte, la cocaína fue enviada primero en avionetas, luego en lanchas y finalmente en semi-sumergibles.

El lavado de dinero con lingotes de oro

Una investigación de Bloomberg de 2014 reveló que los cárteles mexicanos empezaron a lavar sus ganancias a través de la compra de lingotes de oro, cuando el blanqueo a través de los bancos se hizo más difícil, "así que al menos una organización internacional movió su dinero en un río de oro fundido". Esa fue el Cártel de Sinaloa.

Entre 2011 y 2014, la organización criminal compró millones de dólares en lingotes de oro y pedacería de joyería para lavar dinero producto de la venta de drogas en Estados Unidos.

El valor estimado de la mercancía ilícita rebasó los USD 98 millones, según se desprendió de documentos revelados en EEUU y testimonios de agentes especiales. De acuerdo con las investigaciones, el cártel compraba el oro en casas de empeño y joyerías, y después lo fundía una compañía de Florida que vendía a cambio de efectivo. Luego, el cártel utilizaba facturas falsas para justificar el envío de los ingresos a una empresa en México.

Veinte años de impunidad

Se ventiló en el juicio que los cárteles de la droga han sobornado a las autoridades mexicanas durante décadas. Sin embargo, durante su paso por los tribunales de Nueva York, Guzmán Loera y otros testigos relataron la manera sistemática en la que funciona la corrupción en el país. Pagos a custodios, policías, fiscales, funcionarios de aduanas, militares y gobernadores.

Acusaciones como el que Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), recibió valijas con un total de entre 6 y 8 millones de dólares para proteger al Cártel de Sinaloa, abundaron en el juicio contra "El Chapo".

De acuerdo con los testimonios, Guzmán Loera empezó a enviar millones de dólares en la década de los ochenta a Guillermo González Calderoni, el primer funcionario que tuvo en nómina y que fungió como director de la Policía Judicial Federal de México.

Su nombre es relevante porque es considerado uno de los agentes que ayudó a resolver el caso de Enrique "Kiki" Camarena Salazar, el agente de la Administración de Control de Drogas (DEA) que fue asesinado en 1985 por integrantes  del Cártel de Guadalajara.

El testigo Miguel Ángel Martínez, quien fuera piloto de Guzmán Loera a inicios de la década de los noventa, dijo que González Calderoni le daba información secreta a "El Chapo". Y gracias a él fue que el capo pudo sacar a tiempo un cargamento de cocaína luego de que la policía descubriera un túnel que había cavado debajo de la frontera con Arizona.

Sin duda, el peor caso de corrupción que se presentaría en el "juicio del siglo" sería proporcionado por Jesús Zambada García "El Rey", hermano de "El Mayo" Zambada. Durante su paso por los tribunales en noviembre, el ex jefe de plaza en la capital mexicana, se preparó para revelar que dos presidentes mexicanos habían aceptado enormes sobornos por parte del cártel.

De acuerdo con información divulgada por el New York Times, el testimonio fue suprimido porque el juez Brian M. Cogan determinó que lo que pudiera darse a conocer a partir de esa línea de investigación no superaba la necesidad de "proteger a individuos y entidades" que no estaban involucrados directamente en el caso y "que resultarían avergonzados".

Aunque el testimonio de "El Rey" a ese respecto es nebuloso, diversos sucesos en la política mexicana han dado señales de la posible vinculación de Guzmán Loera y su cártel con el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En agosto de 2012, por ejemplo, la policía española informó sobre la detención de cuatro presuntos narcotraficantes, entre los que se encontraba el primo de "El Chapo", Jesús Gutiérrez Guzmán, y Rafael Humberto Celaya Valenzuela, miembro del PRI que intentó ser candidato a diputado federal por Sonora.

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Su tío, Víctor Hugo Celaya, se integró al gabinete del ex presidente Enrique Peña Nieto como coordinador de delegaciones en la entonces Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

Otro caso similar es el de Dámaso López García, quien fue miembro del Consejo Político del PRI en Sinaloa. Es padre de Dámaso López Núñez "El Licenciado", el hombre que facilitó el escape de "El Chapo" en enero de 2001, siendo subjefe de seguridad del penal de máxima seguridad de Puente Grande, en Jalisco. El hijo de éste, a su vez, se unió al cártel y formó las Fuerzas Especiales Dámaso (FED), que por años controló la parte sur de Sinaloa y Baja California Sur.

A estos personajes se suma Alfredo Higuera Bernal, el procurador de Sinaloa que en 2007 asistió a la boda de Guzmán Loera con Emma Coronel. De igual forma, se recuerda que el contador Miguel Ángel Segoviano Berbera, quien le prestaba sus servicios a "El Chapo" Guzmán, a Héctor "El Güero" Palma, y a Amado Carrillo Fuentes "El señor de los cielos".

El contador no sólo era vecino del ex mandatario, Luis Echevería Álvarez sino que la casa era propiedad del propio Echeverría y el encargado de rentarla era su hijo. Así lo explica Anabel Hernández García en su libro "Los señores del narco".

Jeffrey Lichtman, abogado de Guzmán Loera, dijo durante el juicio que "no hay ninguna parte del gobierno mexicano ni del sistema judicial que Dámaso (López Nuñez "El Licenciado") no haya controlado".

Los caminos que conducen al capo

De estrellas de televisión a cardenales y gobernadores, "El Chapo" ha estado presente en la vida nacional por más de dos décadas.

El 24 de mayo de 1993 el obispo de Guadalajara, Juan Jesús Posadas Ocampo fue acribillado en el estacionamiento del aeropuerto de esa capital. La versión oficial es que fue confundido con el líder del Cártel de Sinaloa.

De acuerdo con las autoridades, el cardenal fue ejecutado por sicarios del Cártel de los Arellano Félix tras confundir su vehículo con el de Guzmán Loera. Sin embargo, otras versiones apuntan a que Posadas fue asesinado porque tenía información que vinculaba a funcionarios de alto rango con el crimen organizado.

"Declaraciones de personas que estaban adelante del carro del cardenal dicen que escucharon como si estuvieran cerrando una cortina de metal, eran los disparos, pero también dicen que cuando ya se dejaron de oír los disparos alguien dijo 'ya estuvo, no hay testigos, vámonos'", señaló a Infobae en 2018, Fernando Guzmán Pérez Peláez, quien durante dos décadas estudió el caso en comisiones del Congreso de Jalisco, la Cámara federal, como funcionario de gobierno y como abogado.

Otro fallecimiento extraño fue el del narcotraficante Héctor Beltrán Leyva, "El H", quien supuestamente murió de un paro cardíaco cuando le notificaron que iba a ser extraditado a EEUU para testificar en Nueva York en el juicio contra "El Chapo".

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La Secretaría de Gobernación informó que el líder de los Beltrán Leyva murió en un hospital de Toluca, sin proporcionar más detalles del suceso. Fue el abogado de Loera el que hizo público que murió luego de que le notificaran que iba a ser extraditado. "Me dicen que lo iban a llevar al aeropuerto cuando le dio el supuesto infarto", escribió Eduardo Balarezo en su cuenta de Twitter.

"La Chapodiputada"

Por otra parte, y en un ejemplo claro de su relación con el gobierno, Guzmán Loera tuvo una relación amorosa con una diputada local del Partido Acción Nacional (PAN). Lucero Guadalupe Sánchez López, quien en abril de 2015 se volvió noticia tras ser identificada como la mujer que visitó a "El Chapo" en la prisión de máxima seguridad de El Altiplano, con una identificación falsa.

Su vida amorosa salió a relucir durante el juicio que se desarrolla en la Corte Federal de Brooklyn en contra del fundador del Cártel de Sinaloa. Durante su testimonio, Sánchez reveló cómo traficó droga para el capo y la manera en que huyeron juntos por un túnel para luego ser traicionada por su amante.

La Fiscalía presentó como evidencia una carta que el capo le envió a la ex diputada en la que le da instrucciones para obtener la identificación falsa con la que ingresó a visitarlo al Penal Federal de Máxima Seguridad del Altiplano, en 2014.

La que fuera testigo en "el juicio del siglo" fue arrestada en 2017 mientras intentaba entrar a San Diego; desde entonces está presa en Estados Unidos, acusada de conspiración por tráfico de cocaína.

La reina y "el señor Sean Penn"

"El Chapo" quería hacer una película sobre su vida y ser él mismo el director. Para ello contactó a la actriz Kate Del Castillo, con quien se comunicaba por teléfono. Su fascinación por la actriz mexicana, protagonista de la narco novela "La Reina del Sur", y la entrevista clandestina que le concedió al actor Sean Penn  para la revista Rolling Stone fueron la perdición del capo.

Gracias al contacto que tuvo con los actores, fue detectado en la selva y rastreado por el ejército hasta su captura, anunciada el 8 de enero 2016 por el ex presidente Enrique Peña Nieto, en Los Mochis, su bastión de Sinaloa.

"Incluso, las tareas de seguimiento permitieron documentar los encuentros entre los abogados del ahora detenido y estas personas", señaló la procuradora Arely Gómez.

El inesperado final 

Tal como lo dijo el ex tesorero del capo, Miguel Ángel "Gordo" Martínez, en la década de 1990 la cocaína "era el mejor negocio del mundo" y "El Chapo" era el rey de México.

Pero todo reinado llega a su fin, incluso el del narco más rico del mundo (Forbes le atribuyó ese título). Así fue que el 19 de enero de 2017 Joaquín Guzmán Loera fue extraditado a Estados Unidos e internado en una prisión de alta seguridad en Manhattan, en una celda de 5×3 metros, sin ventana e iluminada artificialmente de manera permanente.

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Casi dos años después, en noviembre de 2018, inició el juicio del siglo. Durante los tres meses que duró el proceso, 14 criminales testificaron en contra de quien en algún momento dirigió la organización criminal en la que ellos mismos participaron.

Tras una montaña de pruebas, el 12 de febrero un jurado declaró a Loera culpable de traficar o intentar traficar más de 1,250 toneladas de drogas a Estados Unidos, sobre todo cocaína. Ahora, un juez de Nueva York se apresta a sentenciarlo a cadena perpetua este miércoles.