La triste revelación detrás de dos rastreadores satelitales de tiburones ballenas de las Galápagos encontrados en tierra

De un total de ocho ejemplares de esta especie en peligro de extinción que fueron marcados para monitoreo, la aparición en la costa de dos encendió las alarmas

Compartir
Compartir articulo
La bióloga Sofía Green marca a un tiburón ballena. (Foto: cortesía de Sofía Green/ GWSP)
La bióloga Sofía Green marca a un tiburón ballena. (Foto: cortesía de Sofía Green/ GWSP)

Dos de ocho tiburones ballena marcados por el Proyecto Tiburón Ballena de las Islas Galápagos (GWSP, por sus siglas en inglés) terminaron en las costas del Ecuador continental. Uno de estos se localizó en las costas de Manta y el otro en las de Santa Elena.

El tiburón ballena o Rhincodon typus es una especie de peces cartilaginosos de hocicos cortos y colas pequeñas, único en su familia y género. El tiburón ballena es el pez existente más grande del mundo, con aproximadamente 12 metros de longitud. Habita en aguas cálidas tropicales y subtropicales entre los paralelos de cáncer y de capricornio en el cinturón ecuatorial terráqueo. Se lo puede encontrar en las aguas de la península de Yucatán al sur de México, en las islas de la Bahía de Honduras, en las islas Maldivas y las islas Galápagos de Ecuador en América Latina. También se lo encuentra en otras partes del mundo como Filipinas, Tailandia, Australia Occidental o Mozambique. En Ecuador es una especie que se encuentra en peligro de extinción según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

En noviembre de 2021 apareció en tierra una marca satelital del GWSP. La marca se colocó en una hembra adulta de tiburón ballena de 12 metros de longitud en septiembre del mismo año. El tiburón ballena salió de la Reserva Marina de las Galápagos en dirección de la Cordillera Volcánica Oceánica del Coco al norte del mar galapagueño y luego se dirigió hacia el sur en dirección del Ecuador continental. En su rastreo se mostró un cambio de dirección y un probable encuentro con un barco.

Ruta reportada del tiburón ballena por el rastreador que terminó en Santa Elena. (Cortesía de Sofía Green/ GWSP).
Ruta reportada del tiburón ballena por el rastreador que terminó en Santa Elena. (Cortesía de Sofía Green/ GWSP).

El 1 de noviembre a las 19:00 hora local la marca transmitió la primera señal en tierra en la provincia de Santa Elena, Ecuador. La marca fue recuperada y se encuentra en Guayaquil. Un pescador artesanal de la zona entregó la marca a una cooperativa de pesca e informó que nunca vio al animal. Asegura que cuando levantó su red de trasmallo tenía un hueco gigante y la marca satelital se había quedado atrapada en la red.

Lo mismo sucedió con un tiburón ballena de 11 metros de longitud aproximada, marcado en agosto del 2021 por del GWSP en la Isla de Darwin que apareció en el Ecuador continental en octubre del mismo año. Al monitorear su trayectoria y perfil de inmersión en detalle, los expertos identificaron como probable un encuentro entre un barco y el tiburón ballena, el 10 de octubre. El mismo día la calidad de transmisión de la marca satelital mejoró, pero no mostró más inmersiones del pez en el agua. La ruta de navegación marcada también cambia abruptamente de dirección y 9 días después la marca aparece cerca del Puerto Pesquero Artesanal Jaramijó en Manabí, provincia continental del Ecuador.

Ruta reportada del tiburón ballena por el rastreador que terminó en Jaramijó. (Cortesía de Sofía Green/ GWSP).
Ruta reportada del tiburón ballena por el rastreador que terminó en Jaramijó. (Cortesía de Sofía Green/ GWSP).

Para estos casos se puede suponer que hubo un encuentro entre el tiburón y un bote pesquero. Tras la captura, la etiqueta fue llevada a tierra con o sin el tiburón ballena. Fuentes en Manabí informaron a Infobae que un barco artesanal pesquero ilegal lanzó su red sobre cuatro tiburones ballena, entre las que se encontraba el espécimen marcado.

Sofía Green, bióloga y máster en Recursos Biológicos Marinos, Conservación y Ecología, integra el Proyecto Tiburón Ballena de las Islas Galápagos en la Isla Santa Cruz (GWSP). Ella conversó con Infobae y contó que fue la primera en verificar al tiburón en Santa Elena y comunicar al equipo. “No podíamos creer lo que estábamos viendo”, aseguró Green. Afirma que sus colaboradores de WWF Ecuador lograron encontrar la marca en Santa Elena y consiguieron conversar con el pescador que entregó la marca que ahora se encuentra en Guayaquil y que será devuelta al proyecto para descargar todos los datos que se registraron en este tiburón ballena.

En el caso del tiburón de Jaramijó en Manta, fue Jonathan Green, padre de Sofía y director-fundador del Proyecto Tiburón Ballena de las Islas Galápagos (GWSP), quien primero vio que la marca estaba enviando señales desde tierra. Él contactó al resto del equipo del proyecto que confirmó los datos en línea y verificó que no se trataba de un error satelital.

Vista de un tiburón ballena marcado (Foto: cortesía de Sofía Green/ GWSP)
Vista de un tiburón ballena marcado (Foto: cortesía de Sofía Green/ GWSP)

La científica explicó a Infobae que las marcas satelitales son pinzas que se instalan a presión y que llevan un dispositivo de rastreo satelital que se colocan en los tiburones mientras están buceando. De esto se encarga un buzo experto que se aproxima al tiburón y simplemente lo instala en la aleta dorsal del tiburón en menos de 30 segundos. Se trata de un proceso rápido, que no es invasivo, e incluso el tiburón no se entera de nada. Después el tiburón es monitoreado a través del Google Earth.

Sofía Green reveló que si 2 de 8 marcas satelitales tuvieron ese fin el hecho resulta “impresionante porque demuestra la alta presión pesquera que debe haber para que, de una muestra tan pequeña, dos de nuestras marcas terminen en tierra. Esto me hace preguntar, y a todos los integrantes del equipo, si dos de nuestras marcas tuvieron este tipo de encuentro, ¿cuántos tiburones ballenas están encontrándose con otras embarcaciones?”.

La experta agrega que, aunque el Decreto 486 de 2007 permite realizar controles, monitoreos y estadísticas de la pesca incidental del tiburón, “por más de que bajara la comercialización y la pesca ilegal del tiburón dentro de la Reserva Marina de las Galápagos, se ve que no tuvo ese mismo efecto en el Ecuador continental, desafortunadamente. El hecho de que se pueda comercializar estas especies libremente bajo la figura de la pesca incidental posibilita que la cantidad de pesca de tiburones siga exactamente igual a lo que sucedía antes del Decreto. Por eso es importante la creación o ampliación de áreas marinas protegidas con los controles en tierra”.

Durante el tercer trimestre de todos los años, lo que coincide con la entrada a la temporada más fría del hemisferio norte o de la más cálida del hemisferio sur, los tiburones ballena viajan a las Galápagos en tramos de largas distancias. Admirablemente, más del 95% de los tiburones que se encuentran en las Galápagos son hembras preñadas, lo que significa que las islas son un lugar para el alumbramiento de nuevas crías y por tanto una ubicación fundamental para la conservación de los tiburones ballena en el mundo entero.

SEGUIR LEYENDO: