Estados Unidos superó los 200 mil muertos por coronavirus

El país es el más afectado por la pandemia que, además, ya contabiliza más de 6,5 millones de contagiados. Los expertos adelantaron que se espera un aumento en el número de nuevas infecciones en otoño e invierno

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Trabajadores de una funeraria de Nueva York acarrean el atáud de una de las 200 mil víctimas mortales del coronavirus en EEUU (REUTERS/Brendan McDermid)
Trabajadores de una funeraria de Nueva York acarrean el atáud de una de las 200 mil víctimas mortales del coronavirus en EEUU (REUTERS/Brendan McDermid)

El número de muertos por Covid-19 en Estados Unidos superó este martes la barrera de los 200 mil víctimas, con lo que se cumple así una predicción de varios expertos hecha en marzo, insondable en ese momento cuando el virus se estaba extendiendo.

El conteo de la universidad Johns Hopkins también indica que 6.860.484 personas se han contagiado de coronavirus hasta la fecha, con lo que Estados Unidos se mantiene largamente como el país con más víctimas fatales y más infecciones a nivel mundial.

El 30 de marzo, la médica Deborah Birx se paró frente a las cámaras en el césped de la Casa Blanca e hizo un pronóstico alarmante sobre el coronavirus, que, para entonces, había causado la muerte de 3.000 personas en el país. “Si hacemos las cosas juntos, bueno, casi a la perfección, podemos llegar a tener entre 100.000 y 200.000 muertes”, expresó Birx, coordinadora del grupo de trabajo sobre coronavirus de la Casa Blanca al programa “Today” de NBC News. Ahora, el umbral ya se superó mientras los casos continúan en aumento y se teme un alza de la curva con la llegada del frío.

El Presidente Donald Trump, acompañado por la Dra. Deborah Birx, coordinadora de respuesta al coronavirus de la Casa Blanca (Reuters)
El Presidente Donald Trump, acompañado por la Dra. Deborah Birx, coordinadora de respuesta al coronavirus de la Casa Blanca (Reuters)

En números acumulados, Nueva York (33.000 muertes), Nueva Jersey (16.000 muertes) y Texas y California (sendos 15.000 fallecidos) siguen siendo algunas de las regiones más afectadas del planeta por una pandemia que fue detectada por primera vez a finales del pasado diciembre en la ciudad china de Wuhan.

Estados Unidos ha pasado por dos oleadas: la primera afectó sobre todo a la costa este, con Nueva York como epicentro, con unos 25.000 nuevos casos diarios entre abril y mayo y 2.000 muertos en un solo día. La segunda se cebó con estados en el sur del país, con unos 60.00 contagiados diarios en julio y más de mil fallecidos. Los contagios volvieron a reducirse en agosto tras imponer nuevas medidas de contención, cierre de negocios y zonas de ocio y sobre todo después de que los republicanos abrazaran el uso de las mascarilla como principal medida de prevención. Con la reapertura de los colegios en septiembre, los datos muestran un aumento de los casos, pero con las muertes contenidas en una media diaria de 200 personas, en parte por la mejora de los tratamientos y la menor edad de los infectados.

Trump, concentrado en la campaña presidencial para las elecciones de noviembre, ha relegado la pandemia a un segundo plano y solo la menciona para asegurar que Estados Unidos tendrá una vacuna disponible este otoño y a finales de año comenzará a distribuirla entre la población

Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota, dijo que la predicción de Birx a fines de marzo fue “muy aleccionadora”. Según el experto, “ese era el momento de desarrollar e implementar un plan para detener o al menos frenar la propagación del virus”. “¿Dónde está nuestro plan nacional?”, se preguntó Osterholm. “¿Cómo estamos tan lejos y no tenemos uno? Tenemos un largo camino por recorrer”, acotó.

Investigadores como el doctor Tom Frieden, ex director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), dijeron que no tendría que haber ocurrido así. “Decenas de miles de personas no habrían muerto si la respuesta de Estados Unidos hubiera sido más eficaz”, expresó Frieden, ahora presidente de Resolve to Save Lives, iniciativa de salud pública mundial.

El país, que se prepara para elegir presidente en noviembre próximo, aún enfrenta muchos desafíos para superar la pandemia, incluido el acuerdo sobre los hechos más básicos.

Los estadounidenses todavía están discutiendo si deben usar máscaras, si el virus es grave y hasta qué punto es seguro reabrir ciertos negocios y reanudar ciertas actividades.

Ahora, la mayoría de los expertos coincide en otra predicción oscura: un aumento en el número de nuevas infecciones en otoño e invierno, que combinado con la creciente fatiga por el distanciamiento social y otras medidas de salud pública, podría resultar en más de 415.000 muertes en el país.

Ante esta presión, y las elecciones a la vuelta de la esquina, el presidente Donald Trump aseguró que se están haciendo “progresos históricos” en el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus, y adelantó que un gran anuncio será realizado muy pronto.

Con información de EFE y ANSA

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