El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, arremetió el lunes contra los “orwellianos” pasos de China hacia la censura de activistas, escuelas y bibliotecas de Hong Kong basados en una nueva de ley de seguridad.
Autoridades de ese centro financiero ordenaron a las escuelas quitar libros para revisarlos en virtud de la nueva ley, que criminaliza opiniones como los llamados a la independencia o a la autonomía.
Algunas librerías de Hong Kong anunciaron que estaban retirando títulos de activistas prodemocracia.
“El Partido Comunista Chino (PCC) prosigue la destrucción del Hong Kong libre”, dijo Pompeo.
Bajo “la represiva ley de seguridad nacional, autoridades locales -en un paso orwelliano- establecieron ahora una oficina del gobierno central nacional, comenzaron a quitar de los anaqueles libros críticos con el PCC, prohíben consignas políticas y exigen a las escuelas que apliquen la censura”, dijo.
El secretario de Estado que son “asaltos a los derechos y libertades del pueblo de Hong Kong”.
“Hasta ahora Hong Kong prosperó porque se permitía la libertad de expresión y pensamiento bajo normas independientes de derecho” afirmó.
Las bibliotecas públicas de Hong Kong “revisarán si ciertos libros violan las estipulaciones de la Ley de Seguridad Nacional”, dijo el Departamento de Servicios Culturales y de Ocio, que dirige las bibliotecas, en un comunicado.
“Aunque se buscará asesoramiento legal en el proceso de revisión, los libros no estarán disponibles para el préstamo y la referencia en las bibliotecas”.
Por otra parte, la jefa del poder ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, afirmó el martes que el gobierno implementará “rigurosamente” la controvertida nueva ley de seguridad, y formuló una advertencia a los opositores “radicales”.
“El gobierno de Hong Kong implementará rigurosamente esta ley. Y advierto a los radicales que no traten de violar esta ley, o cruzar líneas rojas, porque las consecuencias son muy serias”, dijo Lam a periodistas.
Bejing enfrenta una andanada de críticas, especialmente de naciones occidentales, por imponer una ley de seguridad que castiga actos de subversión, secesión, terrorismo y la colusión con países extranjeros en Hong Kong.
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, dijo la semana pasada a la cadena CNBC que esa ley fue una “traición” y es “inaceptable para los amantes de la libertad en todo el mundo”.
La semana pasada, el Congreso aprobó nuevas y duras sanciones a bancos de ese centro financiero.
La resolución incluye castigos a bancos que realicen “transacciones significativas” con quienes violen la autonomía de Hong Kong. La vigencia de esa resolución del Congreso comenzará cuando la firme el presidente Donald Trump.
Con información de AFP
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